Islandia también ha hecho tambalear la sentencia, llevada a la práctica, del cortijero que se empachaba diciendo: «El mundo empieza en invierno en Écija y acaba en verano en El Puerto de Santa María». Apenas 200 kilómetros de distancia en los que se tendrán que incluir un desvío al volcán Eiyafajajokull. Aunque sólo sea para hacer ver, como hace unos meses con Haití, que la realidad que hemos construido es más frágil y diversa que lo que consta en la promoción de los blindajes de este frenético orden de vida. Los aeropuertos se han convertido en albergues y hemos vuelto al XIX buscando un tren.
lunes, 19 de abril de 2010
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