En nuestra transición la mayoría de españoles, inspirados por una extrema generosidad, miraron hacia delante y juntos caminaron hacia el momento más próspero de nuestra reciente historia. Se desarrolló un modelo de transformación política, sin rupturas, pero con una profunda reforma legal, de ley a ley. En esto estamos la mayoría, salvo este grupo de nostálgicos que tratan ahora de curar su cobardía creyéndose los dueños de nuestra democracia, haciendo lo peor que se puede hacer, restar legitimad al adversario. Pero lo que es mas grave es engañar a las víctimas, hacerles creer en la existencia de falsos procesos, de soluciones penales imposibles; en España hace ya mucho tiempo que se han inciado los procesos reparadores, que no tienen que ir unidos a procesos penales, sino a claros y sinceros esfuerzos de reparación, los cuales no pueden ir unidos a la búsqueda de responsables penales ya fallecidos. Esta utilización de las víctimas es, además de profundamente injusta con las mismas, un engaño infame que al final se volverá en contra de los que las utilizan.
lunes, 19 de abril de 2010
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