Agapito Maestre en Libertad Digital
Hay que tener mucha mala fe y, sobre todo, ser un indigente intelectual para mantener que existe aquí y ahora, en la España de 2010, una fuerza política defensora de un nuevo centralismo español. Por favor, sean serios, y reconozcan algo evidente: es la debilidad de esa fuerza política central, o mejor, su carencia, precisamente, la única capaz de explicar el drama de España. Más aún, la desaparición de las instituciones democráticas es el resultado, en efecto, de un asalto a la nación, que tiene en los defensores del Estatuto de Cataluña, entre los que destaca el propio presidente del Gobierno, sus principales valedores.
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