martes, 31 de marzo de 2009
Medidas verdes para una economía podrida
lunes, 30 de marzo de 2009
domingo, 29 de marzo de 2009
Aberraciones
Manifiesto de la Marcha por la Vida
A día de hoy existe la evidencia científica de que desde el momento de la fecundación existe una vida humana digna de ser respetada y protegida. Ante este hecho se puede afirmar que el aborto supone la muerte violenta de un ser humano y un terrible drama para la mujer que lo sufre.
El número de abortos practicados en España supera ya el millón, y sin embargo sigue sin ofrecerse ninguna información ni ayudas sociales a las mujeres embarazadas en situaciones difíciles, mientras que sí existe financiación para que vayan a abortar.
Ahora el Gobierno pretende aprobar una ley de aborto libre, que deja al no nacido completamente desprotegido y abandona a la mujer ante sus problemas, empujándolas al aborto. Además, considera a los enfermos y discapacitados como seres humanos de segunda categoría, permitiendo que puedan ser eliminados antes de nacer.
Con el aborto libre, el número de niños muertos aumentaría hasta casi el doble, así como el de mujeres que sufrirían los ya conocidos daños físicos y psicológicos que el aborto provoca en ellas.
Además, el Gobierno pretende que las menores puedan abortar sin el consentimiento paterno, dejándolas solas y despojando a los padres del derecho a ayudar a sus propias hijas ante la situación de un embarazo indeseado.
Con el aborto todos perdemos, salvo los centros abortistas que seguirán enriqueciéndose a costa del sufrimiento de muchos miles de niños y familias.
Por todo ello,
EXIGIMOS
Que nuestras leyes protejan el derecho a vivir y ser madre, amparando la vida en todo momento y en circunstancia y ayudando a las mujeres embarazadas a superar cualquier problema que un embarazo imprevisto puede generarles.
Además,
Que se respete el derecho a la objeción de conciencia del personal sanitario para que pueda cumplir su compromiso de defender y cuidar la vida y la salud desde el mismo instante de la concepción.
Al mismo tiempo,
A una nueva ley del aborto que sólo traerá más muertes y más sufrimiento para miles de mujeres.
"No se puede ser socialista y estar contra la vida"
Querrá decir que no se debe, porque poderse ¡vaya si se puede! Pero no hay que empañar el gesto de este hombre, un auténtico valiente, al asistir a la manifestación contra el aborto cuando el Gobierno de su partido pretende facilitarlo aún más.
sábado, 28 de marzo de 2009
El PSOE y CiU tienen razón, o casi
Al inventor del "liberalismo simpático", el diputado popular José María Lassalle, no se le ocurrió mejor idea que presentar una Proposición no de Ley para crear un Premio Nacional del Blog. De haber prosperado, España habría sido el primer país del mundo en el que el Estado otorga galardones a las bitácoras (ya existen otros reconocimientos que nacen de la iniciativa privada y que gozan de un gran prestigio). Tal vez a algunos les pueda parecer que esto hubiera estado muy bien, que habría resultado muy moderno ser los pioneros en reconocer oficialmente el valor cultural de este tipo de webs. Pero no es así. Por fortuna, la idea ha sido finalmente rechazada gracias al voto en contra del PSOE y CIU. Estos partidos han acertado, pero no del todo. Su postura ha sido la adecuada, pero no sus motivos.
Dicen los socialistas que la proposición del PP es "ocurrente" –en lo que tienen razón– pero que peca de "indefinición" y que es necesario "estudiar el carácter del blog como un nuevo género de creación cultural". Además, anuncian que presentaran una iniciativa parlamentaria similar, destinada a premiar los sitios web cuyo objetivo sea el fomento de la cultura. El motivo del rechazo de los convergentes no resulta nada sorprendente. Según ellos, el premio debe existir, pero sólo si puede otorgarse a autores de bitácoras que escriben en cualquiera de las lenguas oficiales existentes en España y no sólo en castellano. Motivo de rechazo peculiar, puesto que la Proposición presentada no habla en ningún momento de idiomas.
Tanto la Proposición no de Ley como los motivos para rechazarla son terribles. Todos pretenden, o al menos no buscan impedirlo, aumentar la intromisión del Estado en el ámbito cultural. Entre socialistas y nacionalistas no hay que sorprenderse debido a que el intervencionismo se encuentra en la propia esencia de esas ideologías políticas. Pero debería ser muy diferente en un diputado del PP que no sólo se define como liberal, sino que además pretende dar lecciones sobre qué significa esto último. Una muestra más de que ese "liberalismo simpático" que Lassalle propugna no es ni una cosa ni la otra.
La trampa de todos los galardones nacionales relacionados con la creación artística o literaria es que los políticos pretenden definir quiénes son los máximos exponentes culturales del país a través de la designación de los miembros del jurado. Y eso es algo que no les corresponde (es más, no debe entrar ni tan siquiera a definir qué es y qué no es cultura). De hecho, como resultó evidente con el Premio Cervantes que se otorgó al analfabeto digital con espíritu de censor Antonio Gamoneda, estos reconocimientos sirven muchas veces para elevar a los altares y premiar a los afines al Gobierno o a las amistades de quienes ahí están. No sería diferente en el caso de que se instituyera un Premio Nacional del Blog.
Con la excusa de este galardón, el Estado metería sus manos en el ámbito de las bitácoras. Terminaría utilizando el dinero de los ciudadanos para gratificar, primero vía premios pero después a través de las subvenciones que terminarían llegando –o incluso cánones– a los bloggers afines al poder político. Justo lo mismo que ocurre con el cine o la literatura.
Eugenesia contra el supuesto calentamiento
Los ecologistas por fin hablan claro. Después de algunos años especulando sobre las consecuencias dramáticas de un supuesto calentamiento global, teoría en la que ya sólo creen los presentadores de La Secta, y con todos los gobiernos progresistas legislando para “salvar” al planeta empobreciendo a sus habitantes, llegan ahora a la estación final de su absurdo periplo pidiendo, directamente, acabar con la humanidad. No toda, claro, porque alguien tendrá que quedarse para supervisar el éxito de la medida (ellos, por supuesto, que son los que “entienden”), sino, pongamos, la mitad.
Sorprende que después de una década en que la temperatura global no ha experimentado ningún calentamiento, y un último invierno en el que el grajo ha volado muy bajo con la consecuencia conocida, los ecolocos hayan decidido poner en marcha esta campaña grotesca en la que proponen una “solución final” para los problemas de la Tierra (muerto el hombre se acabó el CO2). Debe ser que las evidencias que están llevando a pensar a muchos científicos que en lugar de calentarse el planeta nos aproximamos a otra etapa glacial son tan abrumadoras, que los fieles de la Iglesia de la Calentología han decidido realizar este último esfuerzo pedagógico para preservar las toneladas de billetes de euro y dólar que reciben anualmente, casi tantas como el jet de Su Goricidad emite de CO2 a la atmósfera.
La idea de reducir drásticamente la humanidad a través de programas de esterilización y control de la natalidad obligatorios ha surgido de una universidad norteamericana, pero a este lado del Atlántico ya hay quien la ha tomado muy en serio. En concreto, un asesor del primer ministro inglés apellidado Porrit, al que desde aquí mando cortesmente a la ídem, es partidario de reducir la población de las islas británicas a la mitad. Malthus proponía lo mismo con la excusa de que el planeta no podía alimentar a tanta gente en el futuro. Sus herederos intelectuales lo hacen para reducir el nivel de CO2 atmosférico, con lo que demuestran haber superado en cretinismo al maestro.
En todo caso, obras son amores y no buenas razones, así que espero que los promotores de la idea den ejemplo capándose ellos los primeros, a poder ser sin anestesia. Sólo entonces comenzaremos a tomarles en serio.
viernes, 27 de marzo de 2009
jueves, 26 de marzo de 2009
Los abortos de Rodríguez
"No perseguir a la mujer que aborte es una cosa –así viene sucediendo desde la aprobación de la ley de González– y fomentar la extensión de la carnicería otra muy distinta." "Al parecer, a Rodríguez no le basta con 120.000 abortos anuales y quiere reafirmar que un huevo de águila vale más que un embrión humano."
Pues eso.
"Muerte al charnego"
O de cómo defienden a su "nación" algunos naZionalistas. Racismo y fascismo en estado puro. Que la Moreneta ens agafi confesats!
miércoles, 25 de marzo de 2009
martes, 24 de marzo de 2009
No, no y no
¿Se debe criticar a una ministra por ser ministra en vez de ministro? ¡NO!
¿Se debe dejar de criticar a una ministra por ser ministra y no ministro? ¡NO!
¿Se puede criticar a un ministro, aunque sea ministra, cuando hay motivos para ello? ¡NO! ¡SE DEBE!
A cualquier político, por muy mujer que sea, que pretenda estar libre de críticas, más le vale dedicarse a otra cosa.
lunes, 23 de marzo de 2009
domingo, 22 de marzo de 2009
sábado, 21 de marzo de 2009
viernes, 20 de marzo de 2009
jueves, 19 de marzo de 2009
miércoles, 18 de marzo de 2009
Mira que eres torpe, Teddy
Dicen por ahí que la SGAE está preocupada por su mala imagen, que considera producto de una campaña de los medios en su contra y de que las demás entidades de gestión se esconden para dejarles el protagonismo en la lucha para sacarles todo el dinero posible a los ciudadanos. No sé si perciben ustedes un punto en común en las dos explicaciones. Efectivamente, la propia SGAE y sus directivos no son culpables de ninguna de ellas.
En el reino de Teddy Bautista y Pedro Farré no existe la autocrítica. Porque aun manteniendo sus objetivos, las cosas se pueden hacer de una manera tal que no provoque tantas antipatías. Una manera de hacerlo hubiera sido evitar demandar a diestro y siniestro cada vez que se han sentido "insultados" –algunos dirían que calificados con precisión de cirujano– por aquellos a los que denominan "pendejos electrónicos", es decir, ciudadanos que cometen el tremendo pecado de conectarse a internet. No es fácil ser popular cuando se intenta acallar a los críticos mediante el llamado "terror procesal", es decir, la amenaza siempre latente de demanda que aun sin tener posibilidades de ganar obliga a contratar un abogado y sufrir gastos y molestias.
Hasta tal extremo llega su incapacidad para detectar sus propios errores que el presidente de la SGAE es capaz de decir en una misma entrevista que "nunca me habrán oído ni una sola declaración prepotente" y que Enrique Dans, que comete el grave pecado de estar en desacuerdo con él y con la institución que dirige, es "un imbécil o un inane, o cualquiera de las dos cosas".
Gracias, querido Teddy, ahora cada vez que alguien de esa santa institución que diriges proteste por supuestos insultos dirigidos contra la SGAE o alguno de sus miembros, todo el mundo podrá preguntar: "¿Eso es como llamar imbécil a Enrique Dans?". Hay que ser torpe.
Dotado como estoy de una infinita generosidad, creo que hasta puedo darle algún consejo gratuito a la SGAE. Sé que no me harán ningún caso, así que no hay peligro de que escribirlo suponga una ayuda real a los mayores enemigos que tiene actualmente en España la libertad en internet. Lo mejor que podría hacer la SGAE para mejorar su imagen sería dar una rueda de prensa en la que se anuncie la prematura retirada de sus cargos de Teddy Bautista y Pedro Farré, así como la retirada de todas las demandas en curso por "derecho al honor".
Evidentemente eso no evitaría las críticas, porque el canon digital seguiría existiendo y seguro que continuarían sus manejos para lograr que los proveedores de acceso a internet siguieran la vía Sarkozy de persecución del P2P. Pero al menos ofrecerían la sensación de que están dispuestos a entrar en un debate normal y no penal con sus críticos.
martes, 17 de marzo de 2009
lunes, 16 de marzo de 2009
domingo, 15 de marzo de 2009
sábado, 14 de marzo de 2009
Torquemada en Nueva Zelanda
No tengo el placer (o la desgracia, nunca se sabe) de conocer a ningún adolescente de Nueva Zelanda. Sin embargo, algo me dice que a pesar de situarse en las antípodas geográficas de España en ciertas cosas deben de ser muy parecidos a los de la vieja piel de toro. Al fin y al cabo, los jóvenes de todo el mundo que todavía no han llegado a la mayoría de edad comparten una amplia gama de aficiones y gustos. Y entre todos ellos están, que duda cabe, consumir productos de entretenimiento destinados a adultos.
La mayor parte de los adolescentes de todo el mundo comparten varias pasiones: las escenas ficticias de violencia (sobre todo los chicos); la imagen de señoritas o mozalbetes, depende del sexo y los gustos de cada uno, de buen ver con la mayor superficie posible de piel a la vista; las conversaciones subidas de tono... En definitiva, todo lo que se suele clasificar como apto sólo para mayores de edad. Y la cuestión de estas clasificaciones, a pesar de que estemos acostumbrados a ellas, resulta más peliaguda de lo que podría pensarse en un principio.
No hay nada que objetar cuando se limitan a recomendaciones, sobre todo si surgen de la iniciativa privada, o se trata de autolimitaciones impuestas por el propio sector en cuestión (el cinematográfico, el de los videojuegos, etc.). Otra cosa muy diferente es cuando el Estado se mete por medio e impone prohibiciones. En estos casos se trata de una intromisión directa en el ámbito del hogar. Son los padres, y no un funcionario, los que deben considerar si unos contenidos audiovisuales, fotográficos, electrónicos o de cualquier otro tipo son los adecuados para sus hijos.
Tan sólo por eso resulta demencial la pretensión del censor jefe del Gobierno neocelandés (de hecho, resulta demencial el hecho de que en un país democrático exista ese cargo) de meter en la cárcel a los padres de menores que se entretengan con videojuegos para adultos. Lo que pretende este señor es que aquellos progenitores que no eduquen, o no puedan hacerlo, a sus hijos como los políticos creen que deben hacerlo terminen con sus huesos en prisión. Pero hay más. Bill Hasting, que es como se llama este moderno Torquemada austral, justifica su pretensión con la excusa de que la cárcel es una buena manera de obligar a los padres a aprender lo suficiente sobre tecnología para poder controlar a sus retoños.
Tal vez debería preocuparse menos por la moral ajena y más por desarrollar su propia inteligencia y sentido común. ¿Se le ocurriría a Hasting meter en la cárcel a un padre analfabeto por el hecho de que un hijo suyo que sí ha estudiado lea una novela erótica? ¿Y encarcelar a una madre que no sabe bloquear el DVD para que no reproduzca contenidos pornográficos o violentos, suponiendo que el aparato lo permita? O, incluso, ¿condenaría a un ciego por no saber cómo impedir que su hijo mire fotos de chicas desnudas? Porque la argumentación en la que basa su propuesta, aunque la aplique sólo a los videojuegos, justificaría todas esas tropelías.Yo también quiero reflexionar
El responsable de cultura del Neopepé está muy preocupado por la catástrofe de la cinematografía española y se pregunta retóricamente qué está pasando con nuestro cine para que, a pesar de su evidente calidad (sic, cágate lorito), cada vez menos espectadores se atrevan a pagar una entrada. En efecto, prácticamente ni Dios va a ver una película española, entre otras cosas porque el Altísimo tiene otras muchas ocupaciones y además le gustan las películas de Schwarzenegger, hechas para atraer a la audiencia como Él manda. Esto demuestra que el razonamiento de Lasalle es un ejemplo claro de falacia pues llega a una conclusión cierta (cada vez menos espectadores van a ver cine español) a través de un argumento erróneo (el cine español es un producto de calidad). A menos que Lasalle suponga que los españoles padecen un brote agudo de cretinismo, que les lleva a consumir productos infumables pudiendo elegir otros excelentes por el mismo precio, habrá que concluir que si la gente va cada vez menos a ver películas españolas es porque son... ¿cómo decirlo sin ofender demasiado? ¿Una puñetera castaña, Lasalle?
El cine español, como cualquier otra actividad subvencionada fuertemente por los poderes públicos, no responde a los gustos de los consumidores a los que supuestamente va destinado, sino a las exigencias estéticas e ideológicas de quien ocupa el poder y tiene el mando del grifo de la subvención pública. Es normal, por tanto, que la inmensa mayoría de las películas que se hacen en España sean un ejercicio de onanismo sectario técnicamente mediocre, estéticamente lamentable e ideológicamente insultante, cuyo único objetivo es contribuir a la promoción de la agenda ideológica de la izquierda zapateril.
Los zejateros han conseguido la dudosa hazaña de hacer que la recaudación de las películas españolas sea inferior a la cuantía de las subvenciones directas que reciben del Estado, que no son sólo los famosos 88 millones de euros del fondo para la cinematografía, sino alrededor de doscientos cincuenta millonazos, una vez sumado el impuesto revolucionario que se exige a las televisiones españolas a través del famoso cinco por ciento de los beneficios que obligatoriamente deben destinar a la promoción del cine español. Para que se entienda bien la magnitud del expolio, es como si Zapatero subvencionara cada coche que sale de la factoría de SEAT con un importe superior al precio que el cliente paga por él cuando lo adquiere. Un despropósito de tintes delictivos y un insulto a la inteligencia, que sin embargo los políticos de todos los partidos dan por bueno siempre que en lugar de un utilitario con cambio automático se trate de una película que ataque virulentamente las creencias de más de la mitad de los resignados contribuyentes.
No deja claro el gran Lasalle cuál es la solución que propone el Neopepé para arreglar "el problema" del cine español, pero a tenor de la trayectoria reciente del partido, suponemos que consistirá en darle aún más dinero a la casta de mediocres subvencionados que viven del cuento cinematográfico, con la única condición de que en vez de tocarse la ceja durante la campaña electoral de 2012 se pongan una barba postiza en honor de Rajoy y aparquen momentáneamente el famoso cordón sanitario.
En cambio, la mayor parte de los votantes del PP seguramente preferirían que el responsable de cultura del partido hiciera gala de una mayor contundencia en sentido contrario. Con que tratara a los cineastas españoles como hizo con su compañera María San Gil sería suficiente.
viernes, 13 de marzo de 2009
jueves, 12 de marzo de 2009
miércoles, 11 de marzo de 2009
Ateísmo e islam, las religiones en boga
La decadencia de Occidente, a la que unos asisten con alborozo, otros con indiferencia y otros horrorizados. La mayoría, preocupada o idiotizada (alienada, diría un marxista) por otras cosas, ni se entera. Pero es un hecho.
Por un ADSL más barato
Hay campañas e ideologías de las que hay que desconfiar por sistema. Son aquellas que intentan convencerte exponiendo únicamente sus metas, sin especificar cómo han de alcanzarse ni, sobre todo, a qué precio. Los ecologistas son especialistas en eso. ¿Quién no va a querer árboles más verdes, aire más respirable, menos contaminación? El problema es que jamás se detienen a explicarte qué nos va a costar todo eso. Y en ese ámbito, como en tantos otros, funciona la ley de rendimientos decrecientes: sale relativamente barato dejar de tener nieblas artificiales como la de Londres, creadas por la polución, pero rebajar los pesticidas de un microgramo por litro de agua a un nanogramo puede resultar astronómicamente caro, además de inútil para nuestra salud y nuestro bienestar.
Con esa lupa hay que examinar la campaña "Por un ADSL más barato". Evidentemente, estoy a favor de los objetivos, ¡cómo no estarlo! Aunque sólo fuera por el interés egoísta de tener una población de internautas más amplia y, por tanto, más lectores potenciales de Libertad Digital, nada podría gustarme más que una rebaja en el precio del ADSL que supondría, cabe esperar, una mayor demanda. Tampoco tengo ninguna objeción a un aumento de las velocidades de subida y bajada, pese a que por supuesto no las piense utilizar con el eMule, porque como bien saben quienes vieron en su día Conectados, ni Fabián C. Barrio ni yo empleamos jamás esas cosas. Y eso sin hablar del dinero que me ahorraría.
Pero cuando llegamos al apartado de la "brecha digital", ya empieza uno a mosquearse. En España cuando se menciona este concepto se refiere a la diferencia de acceso a la banda ancha entre el campo y la ciudad. Es inevitable con las tecnologías actuales que sea más caro conectarse en las zonas rurales, más dispersas, donde en ocasiones hay que tirar kilómetros de cable para llegar a un puñado de casas. Para evitar que eso supusiera un coste prohibitivo para los consumidores rurales, piden que el fondo para garantizar el acceso telefónico a todos los españoles que pagan las operadoras, y que por tanto sale de lo que nos cobran a los consumidores de ciudad, se amplíe para garantizar el acceso en banda ancha de los consumidores rurales.
Francamente, si a mí no me pagan la gasolina para llegar al trabajo ni el elevado precio de los pisos no sé por qué debo pagarles el ADSL ni, ya que estamos, la ayudas al campo de la UE. Pero aunque se pudieran calcular todos los subsidios cruzados y fueran ellos quienes nos están subvencionando a nosotros, la solución sería eliminar todos esos pagos, no aumentarlos.
Y una vez abierta la desconfianza, pues claro, habrá que sospechar también de cómo se pretende conseguir esa reducción de precio y mejora de velocidad del ADSL. ¿Aumentando la competencia? ¿Incrementando los incentivos de invertir en redes a esas empresas que no ofrecen nada más que revender las infraestructuras de Telefónica? Permítanme dudarlo. Seguramente lo que pretendan es que la CMT regule los precios y la oferta minorista de Telefónica, perdón, Movistar ADSL. El problema práctico es que esto es comida para hoy y hambre para mañana. Las empresas invierten porque esperan obtener beneficios. Pero si temen que les va a pisar la bota regulatoria, ¿para qué mejorar el servicio?
Como recordaba recientemente Fernando Herrera, el regulador modelo de todos los reguladores europeos, el británico Ofcom, después de un cuarto de siglo de obligar a BT a someterse a condiciones cada vez más draconianas, ahora estaría considerando la posibilidad de volver a nacionalizarla. Ya saben, aquello de esperar más de un año para que te instalen la línea. ¿O es que no se acuerdan de aquello? Se ve que no, porque siempre hay quien está dispuesto a volver a estatalizar empresas, aunque sea mediante una lenta asfixia.
martes, 10 de marzo de 2009
lunes, 9 de marzo de 2009
domingo, 8 de marzo de 2009
La propina de Sarkozy
Si al Gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapatero le jugó una mala pasada el tema de la supuestamente sacrosanta propiedad intelectual con el embarazoso condón del Ministerio de Sanidad, ahora le ha ocurrido lo mismo al partido de Nicolas Sarkozy con el uso de una canción del grupo estadounidense MGTM en mítines y propaganda por internet de su formación. Ya no les unen tan sólo unas ansias intervencionistas brutales en lo económico, ahora también se parecen en la caradura demostrada en todo lo que tiene que ver con los derechos de autor. De hecho, si cabe, lo del francés resulta todavía peor que lo del vallisoletano con aires de leonés, y por varias razones.
Es cierto que ZP y los suyos han hecho todo lo inimaginable por contentar y forrar con el dinero ajeno a los Bardem, Bautista, Ramoncín y demás; incluso han intentado otorgarles capacidad de censura en internet sin supervisión judicial. Pero no han llegado, al menos por el momento y a pesar de la insistencia de la SGAE y similares, a aprobar una norma como la terrible Ley de los tres avisos impulsada por "Sarko" y aprobada por la Asamblea Nacional francesa sin oposición alguna.
En España las entidades de gestión se quedan de una forma tan legal como ilegítima con parte de nuestro dinero cada vez que compramos un CD o una impresora, entre otras muchas cosas, todo en nombre de algo cuya existencia es más que discutible como son los derechos de autor. Pero en Francia es peor: con el mismo argumento, cualquiera puede verse privado de su conexión a internet por el hecho de descargarse canciones o películas a través de redes P2P. Claro que con este presidente o con cualquier otro, eso no debería extrañar a nadie si se tiene en cuenta que en el país situado al norte de los Pirineos se aprobó hace cinco años una norma que, imitando el "Fumar es malo para la salud" de las cajetillas de tabaco, obligaba a incluir la frase "El pirateo perjudica la creación artística" en todos los anuncios de los proveedores de internet.
Pero Sarkozy no queda peor que Zapatero sólo en eso. Cuando salió a la luz la posible violación de derechos de autor por parte del Ministerio de Sanidad con el asunto del Sólo con koko, desde el Gobierno se limitaron a hacerse los despistados. Sin embargo, el presidente francés ha optado por la ofensa pura y dura. Eso de ofrecer un mísero euro por usar sin autorización y de forma masiva una canción recuerda demasiado a cuando se da un céntimo de propina a un mal camarero para mostrarle el desagrado por el trato y sabiendo que le sentará muy mal.
Si en España conocemos sobradamente ese "síndrome de La Moncloa" por el cual los jefes de Gobierno tienden a aislarse de la sociedad y endiosarse, es evidente (sólo hay que ver cómo se comportan siempre los presidentes galos) que existe un "síndrome del Elíseo" de efectos todavía más devastadores. El marido de Carla Bruni debería someterse a un tratamiento de humildad y superarlo, o al menos tratar de ser coherente y someterse a las mismas normas restrictivas que impone al resto de sus compatriotas.
La solitaria dignidad del Perroflauta
La vanguardia estudiantil de la Universidad Autónoma de Madrid hace muy bien en utilizar sus instalaciones para manifestarse de forma continuada contra el proceso de Bolonia, que pretende uniformar las titulaciones universitarias en la Unión Europea. Acampar en un edificio público, como la universidad, es lo más apropiado en estos casos, aunque tal vez la protesta tuviera un mayor efecto si los defensores del derecho al autarquismo académico de los jóvenes españoles okuparan la vivienda del rector Gabilondo y el resto de miembros del claustro. En tal caso, las autoridades de la Autónoma estarían mucho más sensibilizadas con el drama de unos jóvenes que se ven obligados a dormir en tiendas de campaña para defender la universidad española de aquellos que la atacan allende nuestras fronteras.
De paso, el resto de estudiantes no se verían obligados a asistir diariamente a este festival solidario y a las abluciones mañaneras de unos ciudadanos con un ejemplar concepto de la higiene, como se puede comprobar echando un vistazo al reportaje de Libertad Digital Televisión.
El ejemplo de estos revolucionarios nos enfrenta una vez más a la figura clásica del solidario, dispuesto a sacrificar su bienestar en defensa de los derechos de todos. Porque es prácticamente seguro que todos los que acampan en los pasillos de la autónoma, flauta en ristre, son estudiantes de sobresaliente para arriba. Pues bien, aún así prefieren sacrificar su prometedora carrera en defensa de principios tan evidentes como el derecho a vegetar una década en el Alma Máter, sin la amenaza de que una empresa puntera reclame tus servicios para integrarte en la odiosa maquinaria capitalista, a mayor gloria de la burguesía.
Los perrillos que suelen llevar siempre de compañía, y que te miran como diciéndote "por favor, mátame", hoy se sienten legítimamente orgullosos de sus amos. Nosotros también. Si aún queda un gramo de justicia en el mundo, la mayoría de estos activistas acabarán de vicerrectores. Qué menos.sábado, 7 de marzo de 2009
Más "progreso" (2)
Trabajo considera un éxito que el paro entre hombres supere al de las mujeres
Dice Rodríguez, ese señor que quiere facilitarles el aborto a las niñas de 16 años; ese señor al que le importan un pimiento los sentimientos, las creencias y la ideología de la mitad de los españoles, que se siente feminista. Pues qué bien. También está preocupado porque hay pocas mujeres en los Consejos de Administración de las empresas. Que no se preocupe, que al ritmo que vamos, pronto no quedarán empresas que administrar. Qué decir de Maravillas Rojo, aparte de que tiene más de lo segundo que de lo primero. Seguro que también se siente muy feminista.