domingo, 7 de noviembre de 2010

El dique dental

Ángela Vallvey en La Razón

En España, en los últimos años, los embarazos de menores de 15 años se multiplican a ritmos del 400%. De los abortos, ni sabemos; y menos ahora que una niña de 16 años puede abortar sin el consentimiento de sus padres. En España se editan guías de «Sexualidad y Anticoncepción» para niños de «doce años en adelante». Se ofrecen descuentos del 20% en algunas clínicas abortivas presentando la «Tarjeta Joven». Es más fácil conseguir una rebaja para abortar que para comprar un libro. Las autoridades encargadas de esa fantasía llamada «bienestar social» reparten entre niños y adolescentes lubricantes anales y vaginales y preservativos con sabor a fruta. También «diques dentales». (Dios mío). Un dique dental es un trozo de látex o poliuretano, impermeable, que los dentistas utilizan como filtro profiláctico para aislar dientes, y que ahora se emplea como preservativo para mantener contacto buco-genital.

(...)

Una se pregunta si las autoridades competentes (¡!) no habrán confundido «educación sexual» con «estimulación precoz». ¿Y éste es el mismo país que luego se indigna o se alarma ante los casos de pederastia?, ¿el mismo que está incitando a sus criaturas a practicar sexo cuando debería obligarlas a dejarse las hormonas en los gimnasios y las aulas?, ¿el mismo que anima a llevar una «vida sexual sana», propia de adultos de treinta años, a críos que no saben ni multiplicar…?

Un charrán

Alfonso Ussía en La Razón

Vilalta, si aún le queda una resolana de pudor en su piel, una brizna de dignidad, está obligado a renunciar inmediatamente a su escandalosa solicitud. De no hacerlo, irá por la vida marcado por la ignominia. Vilalta y sus compis hicieron oídos sordos a continuas advertencias y, por hacerse los buenos, montaron el lío. España pagó por sus vidas muchos millones de euros. Si Vilalta fuera honesto, y dado que no parece tener problemas económicos, los devolvería. No es el caso. Pero que encima pida más dinero y una consideración social, es de charrán sin plumas.

Linajes

Jon Juaristi en ABC

Siento una apremiante curiosidad por saber el nombre (y los apellidos) del genio que ha engendrado o alumbrado la idea, y, sobre todo, la cantidad que le estamos pagando mensualmente. Cualquiera que sea ésta, se la merece. Casi ha conseguido convencerme de la necesidad de suprimir por completo el Estado, antes de que acabemos todos en el frenopático. A veces, las ocurrencias mentecatas tienen cierto valor pedagógico. El programa del Tea Party parece una broma comparado con el que necesitaríamos en España para liberar a la población de la banda de psicópatas que nos pastorea. Si alguien, después de conocer esta última parida gubernamental, no ha llegado a la conclusión de que el vicepresidente tercero está del tanque cuando afirma que la mencionada ley «supone un paso más hacia la igualdad y termina con la diferencia de género», es que se ha puesto a delirar al unísono con un poder ejecutivo demenciado.

La i griega yeyé

Antonio Burgos en ABC

Parece que la Real Academia quiere ponerlo todo facilito, para que no la acusen de facha. A «truhán», sin que se sepa por qué, le quitan el acento. Como se lo quitan a «guión». ¿Qué daño hacían esos acentos, a quién molestaban? Hasta el nombre a las letras les cambian, para hacerlo más moderno. La i griega, cuyo solo nombre evocaba las raíces de nuestra cultura, ya no se llamará así: ahora es la «ye».

Zapatero, el laico

M. Martín Ferrand en ABC

Aristide Briand, premio Nobel, socialista, francés, laico y pionero, en los años veinte, de la unidad europea en la que, ya en los cuarenta, se inspiro Jean Monnet para el diseño de la UE, decía que el camino que conduce a Santiago, como los que llevan a Roma, son el sistema circulatorio que le da vida a un Continente imposible sin la filosofía griega, el derecho romano y la ética cristiana.

(...)

Un Estado como el nuestro, y una Historia como la que transcurre en su territorio, ¿tienen sentido sin el cristianismo como fundamento? Nos estamos quedando sin fe, ¿también sin cultura?


La respuesta es sí, por desgracia. Ya no sin cultura, sin raciocinio siquiera.

Una bofetada cívica al Gobierno... y a la Oposición

Editorial de Libertad Digital

La soledad institucional de las víctimas en la concentración convocada por la asociación cívica "Voces contra el terrorismo" debería interpelar a los dirigentes políticos sobre su cada vez más acusada falta de legitimidad. Si los partidos son los representantes de la voluntad popular, no se explica su ausencia en una manifestación popular convocada para oponerse a la negociación con los terroristas, asunto que concita más del 70 por ciento de aprobación en todas las encuestas realizadas al efecto. Que lo haga el PSOE de Rubalcaba y Zapatero, por ese orden, es vergonzoso pero entendible. Que se sume a ese desprecio el partido de Miguel Angel Blanco y Ortega Lara es la amarga demostración de que en el PP se ha perdido cualquier atisbo de vergüenza política.