lunes, 29 de marzo de 2010

Maquiavelo no era así

Benigno Pendás en ABC

Mauricio Viroli lo muestra en un libro estupendo, publicado hace años en la colección de biografías de ABC. Melancolía y lucidez. La sonrisa del desencanto. También, la fama eterna. ¿Qué fue de sus jefes y soberanos? ¿Dónde quedan las minúsculas intrigas de aquellas cortes minúsculas de la Italia renacentista? Allí se concibe lo stato como una obra de arte, explica Jakob Burkhardt en su obra excepcional sobre la cultura del Renacimiento. Desde su sonrisa a medias, Maquiavelo es el único artista que nunca dejará la escena. Por eso, nos ofrece una continua lección acerca de las cosas antiguas y una mirada inteligente sobre las cuestiones modernas. He aquí el perfil del gran Nicolás Maquiavelo. ¿Ven ustedes como el personaje es mucho más atractivo que José Luis Rodríguez Zapatero?

Política de logotipo

Ignacio Camacho en ABC

La gran aportación del zapaterismo a la política consiste en la corporeización de la nada. El método operativo es el siguiente: se toma un pedazo de nada, se reviste de elocuencia con un discurso altisonante articulado en torno a un par de tautologías de manual o de mantras genéricos del tipo «igualdad», «paz» o «sostenibilidad», y luego se levanta con él una arquitectura retórica forrada de propaganda para dar soporte a estructuras administrativas huecas, que van desde una comisión a un Ministerio.

Las ilusiones de Aznar

Gabriel Albiac en ABC

Me equivoqué horriblemente en aquello años de Aznar. Tomé por realidades mis deseos. No fui el único. Era reconfortante pensar que la maldita guerra civil había terminado. Aunque fuera ya demasiado tarde. Pensar que España empezaba a regirse por criterios de elemental racionalidad. Sin milenarismos. Con una política internacional por primera vez propia de un país desarrollado del siglo veinte. Me equivoqué. El milenarismo seguía ahí. Y la maldita guerra. Y las fobias elementales que hacen que a nadie odie más el español medio que a esos Estados Unidos sin los cuales Europa hubiera sido, a partir de 1940, un feudo del nazismo alemán y el stalinismo ruso.

Guerra Civil y náusea

César Alonso de los Ríos en ABC

A González no se le ocurría hablar de «dictadura» porque le quitaba votos. Prefería referirse al «régimen anterior». Hasta que recientemente Zapatero descubre el filón de la guerra y Garzón su investigación personal. La recuperación de la mayoría para el uno y la recta final hacia el Nobel para el otro. Una versión perversa de la «memoria colectiva» que habíamos exigido en su momento quienes estuvimos en la batalla por la democracia, incluida la cárcel. ¿A estas alturas los sindicatos vienen con la comparación de Nurenberg?

Se me pregunta con frecuencia por qué dejé la izquierda. Algunas de las razones tienen que ver con la náusea por tanto oportunismo.

No es esto, no es esto

Juan Velarde Fuertes en ABC

Si las fuerzas políticas dan su aprobación a este proyecto, enlazado mil veces con el inane proyecto de ley de Economía Sostenible, sin efectuar en él modificaciones profundísimas, harán algo más que equivocarse. Hay que decirlo: habrán iniciado una senda populista que sólo lleva a lo que condujo, por ejemplo a la Argentina: de una situación económica confortable a una decadencia prolongadísima.

Non praevalebunt

Juan Manuel de Prada en ABC

Los enemigos de la Iglesia saben, desde luego, cómo suscitar farisaicamente escándalo y desaliento entre los católicos; saben cómo instilar el veneno del orgullo puritano entre quienes fueron llamados, con sus flaquezas a cuestas, a una misión que excedía sus fuerzas. El día en que los católicos llegaran a creer que la misión de la Iglesia depende de su condición de «hombres sin tacha», las puertas del infierno habrían prevalecido.