domingo, 10 de enero de 2010

Socialismo devaluado

Carlos Rodríguez Braun en La Razón

La devaluación empobrecerá al pueblo, dificultará la acción de las empresas y encarecerá la repatriación de dividendos, pero allegará más recursos a la populista Hacienda bolivariana, que seguirá aumentando el gasto público y los impuestos. También usurpará Chávez las reservas del Banco Central, sin las resistencias que, con una incursión análoga, ha levantado su amiga la deplorable señora de Kirchner. Pobreza y opresión, mercados negros, paro, escasez e inflación. Vaya, por Dios. Resulta que el tan cacareado y renovado socialismo del siglo XXI es como el socialismo de toda la vida.

Automulta

Alfonso Ussía en La Razón

José Luis Rodríguez Zapatero ha sido contundente en su primer discurso como Presidente semestral de la Unión Europea. Y ha advertido, con la contundencia y firmeza que le caracterizan, que multará a los Estados que no cumplan los objetivos económicos que se establezcan de mutuo acuerdo. Lo ha dicho el Presidente del Gobierno del Estado que ha incumplido en los últimos años todos los objetivos económicos habidos y por haber.

Europa, ja, ja, ja

Martín Prieto en La Razón

Nuestro Rey de Reyes ha empezado tronante, amenazando con sanciones a los países que no cumplan las normas económicas.

¡Ista, ista, ista!

Ángela Vallvey en La Razón

Por esa ley tan chula y adelantada le gritaron a Zapatero con alegría: «¡Ista, ista, ista, Zapatero es feminista…!». Hay que decirlo: una de las rimas más bobas de todos los eslóganes de la historia del pensamiento pancartista socialista (el único que hay, dicho sea de paso). Pero, bueno. Yo pensaba por entonces: «¿Zapatero feminista? Sí, vale. Aunque muchísimo más feminista me parece a mí el marido de Margaret Thatcher, por ejemplo».

Desde París (y IV)

César Vidal en La Razón

Causa un inmenso dolor decirlo, pero o reformamos nuestro sistema hacia un modelo de administración territorial lo más parecido al francés o muy pronto, con una economía aniquilada y unas instituciones en estado de saldo, se dirá que «lo serio empieza en los Pirineos».