jueves, 19 de mayo de 2011

"Indignaos, que ya os diré yo contra quién..."



Viñeta de montoro en La Razón

El complejo de Luisa Fernanda

César Vidal en La Razón

No tengo duda alguna de que una parte notable de la sociedad española padece el complejo de Luisa Fernanda. Por pura sensatez, debería unir su vida a opciones de solvencia, nobleza, lealtad y bienestar. Sin embargo, prefiere a personajes que encarnan el resentimiento social, que carecen de dignidad, que se despepitan por coquetear con la jet set, que carecen de escrúpulos y que se vengan con saña de los que no los laminaron en su día como han tenido ocasión de ver, entre otros, Federico Trillo o José María Aznar. De vez en cuando, los Javier Moreno son derrotados por sentido común, pero su carrera no termina. Tras los GAL, un 24% de paro, la aniquilación del sistema educativo y la ruina económica, regresaron con ZP más obtusos, chulos, incompetentes y resentidos que nunca, y la España que tiene complejo de Luisa Fernanda volvió a votarlos. Todo parece indicar que el 22 de mayo, el PSOE sufrirá un revolcón considerable. No me tranquiliza. Hay suficientes españoles con complejo de Luisa Fernanda como para votarlos de nuevo el próximo año. Y es que yo lo siento mucho, pero si tuviera que definir de manera adecuada a Luisa Fernanda, diría pura, lisa y llanamente que es «tonta del culo».

Que la UEFA le juzgue

Ignacio Ruiz Quintano en ABC

El socialismo castizo ha enviado a uno de sus cómicos retirados a soltar el chascarrillo en Vallecas:

—No hay nada más tonto que un trabajador de derechas… —dijo allí Juanito Barranco.

Y los aplausos le impidieron concluir el pensamiento: «… pudiendo ser un parado de izquierdas».

El discurso izquierdista de que viene la derecha y los va a poner a trabajar ha calado en los jóvenes, que están en la Puerta del Sol exhibiendo su indignación.

La misma indignación que impulsó a Juvenal a escribir sátiras, impulsa a la juventud a proferir en el Kilómetro Cero frases de camiseta, con el apoyo moral de Toledo, el Cary Grant español, y de Cayo Lara, ese monstruo del marxismo científico que sumió en la estupefacción al Consejo Político del Partido con una cita falsa de «El Capital» que nunca ha leído:

—Los propietarios del capital estimularán a la clase trabajadora para que compre más y más bienes, casas, tecnología cara, empujándoles a contraer deudas más y más caras hasta que la deuda se haga insoportable. La deuda impagada llevará a la bancarrota de los bancos, los cuales tendrán que ser nacionalizados.

Leche de tigre.

Con eso, Cayo Lara se granjeó el respeto del periódico global en español, a cuya reportera decían (era 2009) los comunistas: «¡Si es que ya lo dijimos nosotros… hace 142 años!»

Ciento cuarenta y cuatro años después están en la Puerta del Sol jugando a la indignación «modelo revuelta árabe», pero sin «Tomahawks» autografiados por Zetapé cayéndote en el lomo.

—Por cierto, ¿cómo llevamos la guerra libia? No olvidamos la frase histórica de Méndez, el Largo de Badajoz, para justificar los bombazos: «En este momento, los segundos son preciosos.»

Todo indica que las urnas de Gadafi tendrán que esperar: los dos promotores de la democracia en las Sirtes, Sarkozy y Zapatero, andarán devanándose los sesos para liberar con un comando al bravo de Dominique de las mazmorras yanquis: Sarkozy, porque Dominique es francés («Dominique-nique-nique s'en allait tout simplement…»), y Zapatero, porque Dominique es socialista, no un «tonto de los cojones», que dirían el Besteiro de Getafe y Juanito Barranco.

Dominique tampoco es un cura, como François Houtart, ni un facha como Paul Wolfowitz, que subió el sueldo a su novia. Por no ser, ni siquiera es un personaje fascinante, como Mourinho, contra quien las fuerzas de progreso han soltado a los intelectuales de la piojera.

El caso de Dominique debería juzgarlo la Uefa, cuyo modelo de justicia, inspirado en el «No juzguéis» de san Lucas, es lo que se impone en Europa:

—Las cosas que suceden en el campo han de quedar en el campo.

Que ésta es, entre nosotros, la corrección que el Constitucional de Pascual hizo al Supremo en el zorzico del Norte, Maitechu mía, Maitechu mía, calla y no llores más.

Los indignados del M-15

Fernando Fernández en ABC

Basta ya de esperar y prometer milagros, de confiar en que papá Estado nos solucione los problemas y nos ponga cómodamente un puesto escolar, sanitario y laboral, un pisito para emanciparnos y una residencia para jubilarnos. El mundo no se va a parar a esperar que España resuelva sus incoherencias y obsesiones infantiles.

España se desmorona

Serafín Fanjul en Libertad Digital

Han pasado los años desde aquel entretenido sainete del "Cubillo en Argel" y los políticos en ejercicio han consentido (casi todos) que la hidra crezca y que –perdonen la frase, por lo repetida– en España no quepa un tonto más. No saben nada de historia, ni tienen la menor intención de aprenderla. Los esfuerzos, las pacientes políticas matrimoniales durante siglos (creen que todo se reduce al casamiento de Isabel y Fernando), la conjunción de intereses comunes, la acción coordinada frente al exterior, todo cuanto costó llegar a la unidad de España en un proceso de siglos, la documentación abrumadora que prueba cómo todos, aun en reinos separados, se sentían españoles, todo a la basura. Mezclan agravios económicos y sociales, ciertos o falsos, con reivindicaciones identitarias que nadie discute (cuando son reales) y sólo se les ocurre pensar en la independencia para resolver los problemas: ¡qué país de necios!

Menos democracia y más libertad

Manuel Llamas en Libertad Digital

Frente a la #DemocraciaRealYa, yo me apunto al movimiento #LibertadRealYa lanzado por el Partido de la Libertad Individual (P-Lib), cuyo manifiesto alternativo comparto casi al 100%, ya que sus propuestas sí otorgarían poder real al individuo (es decir, a usted), restándoselo a los políticos. ¡Eso sí que sería una revolución!

El Cacao Party

Cristina Losada en Libertad Digital

Un posible portavoz de los improbables árabes congregados en la Puerta del Sol declaraba, al parecer, que "los medios no se enteran de nada". Bien. Leído el manifiesto del asunto tengo para mí que sus autores aún se enteran de menos. Vaya empanada. Dos décadas logsianas y una larga tradición de desinterés por la res publica –aunque se vote en masse– han de traer consecuencias. El analfabetismo político es una de ellas. Pero esta empanada desprende un aroma conocido. Es anticapitalista y estatista. Unos ingredientes que gustan tanto a izquierda como a derecha y, en concreto, en los extremos de cada una de ellas. En esas zonas fronterizas siempre se le ponen apellidos a la democracia y fraguan movimientos antisistema, cual fueron el fascismo y el comunismo. Hoy, Sistema es sinónimo de economía de libre mercado. Y antisistema, un modo de externalizar la frustración: la cuenta de las expectativas incumplidas se le carga a la entelequia. Qué bonita irresponsabilidad, sentirse simple engranaje de una maquinaria pérfida.

Los indignados

José García Domínguez en Libertad Digital

Por no leer, ni siquiera han leído al tal Hessel. Indignaos, apenas treinta tristes folios a doble espacio. Acaso demasiada letra para la generación mejor formada –dicen– de la historia de España. Ni a Hessel, ni a Marx, ni a Bakunin, ni a Trotsky, ni a nadie. Y se nota. Lo peor es que se nota.

La privilegiada "indignación" mediática de la extrema izquierda

Editorial de Libertad Digital

Disfrutando de la privilegiada atención que le brinda la clase política y mediática de nuestro país, este movimiento liderado por la ultraizquierda viola impunemente con sus acampadas la legislación municipal y electoral, ante la pasividad de la delegación del Gobierno y del Ayuntamiento de Madrid. Dicen estar dispuestos a violar incluso la jornada de reflexión. No nos extrañaría que también lo hicieran con impunidad. No hay privilegio que no se conceda o abuso que no se permita a un grupo de "indignados"... siempre y cuando, claro está, se identifiquen con la izquierda.

He aquí la Spanish Revolution

Quim Monzó en La Vanguardia

Necesitados de una causa por la que luchar, los campistas se ven como revolucionarios, sin darse cuenta de que ese mismo nombre en inglés denota sumisión a todo un sistema de valores; no sólo lingüísticos. No seré yo quien defienda a los políticos con poltrona, que en general me dan arcadas. Que los campistas digan que luchan contra el bipartidismo es lindo, pero para eso están las urnas: para votar a otros partidos que no sean los dos que cortan el bacalao. La empanada que los campistas exhiben es tan grande que resulta difícil saber qué quieren. ¿Que, el próximo domingo, la gente no vaya a votar? ¿Ejecutar a González Sinde? ¿Enterrar al capitalismo? Vale, pero ¿para poner qué? Y, cuando hablan de acabar con la partitocracia, ¿qué piden exactamente? ¿Que no haya partidos? Miau, porque cuando no hay partidos es que hay partido único.