viernes, 1 de abril de 2011

¿En qué país vivimos?

Un hombre que mató a su primera mujer, detenido por la desaparición de su pareja

La Audiencia le condenó a 57 años de prisión, aunque solamente llegó a cumplir nueve "por buena conducta".

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Sin comentarios.

Irak, golpeado

GEES en Libertad Digital

Con las revueltas árabes extendiéndose a Siria, y tras haber animado alguna protesta esporádica en Irak, es importante destacar que lo que verdaderamente debe de preocuparnos a todos respecto a este país árabe es la vigencia del terrorismo yihadista: osado como siempre, golpeando indistintamente a chiíes, suníes y cristianos y peligrosamente activo. Y todo en estos momentos en los que, recordémoslo de nuevo, muchos insisten en considerar a Al Qaida agonizante y a la ideología yihadista salafista superada por la marea democratizadora que estaría extendiéndose por buena parte del mundo árabe.

Osado fue el ataque producido el 29 de marzo contra la sede del Gobierno Provincial de Saladino, situada en el feudo de Saddam Hussein, en Tikrit. En la más cruel tradición de Al Qaida, seis terroristas atacaron el edificio disfrazados de militares, abriéndose paso con un terrorista suicida. Hicieron estallar un coche bomba cuando acudieron los servicios médicos, policiales y militares. Después, bien pertrechados con armas ligeras y cinturones con explosivos, tomaron varios rehenes en el interior del edificio. Los cinco terroristas murieron en unos enfrentamientos que duraron horas y que dejaron en el momento 60 muertos y decenas de heridos. Recordando el asalto a la ciudad india de Mumbai, la amenaza del yihad urbano se hace presente de nuevo con esta luctuosa página iraquí. Tikrit ya había sido escenario de una matanza cometida por un suicida el 18 de enero, cuando mató a 49 personas al atacar un centro de reclutamiento de la policía. Al día siguiente, en Baquba, eran 60 los muertos provocados por otro suicida en otro centro de reclutamiento policial.

Por otro lado las matanzas de chiíes no cesan y nos obligan a recordar que un gran defensor de los ataques contra esta comunidad heterodoxa musulmana corretea libremente por el vulnerable Egipto: Yusuf Al Qaradawi, que lanzará este viernes su consabida arenga contra infieles y apóstatas incluyendo a los chiíes entre estos últimos. Si queremos una prueba para testear Egipto, es la situación de Al Qaradawi.

A la matanza de 45 peregrinos chiíes en Kerbala el pasado 20 de enero–dos atentados suicidas cometidos con cinturones explosivos–, hay que añadir la cometida por otro suicida el 24 de enero también en la ciudad santa de Kerbala, muriendo 30 peregrinos. El 27 de enero, en Bagdad, un suicida provocaba la muerte de 50 chiíes en el barrio de Al Shuala. La fijación por la comunidad chií ha perdurado hasta hoy en atentados de menor envergadura o que han afectado a seguidores de ambas confesiones del islam, como el ataque suicida realizado el 17 de febrero en Muqdadiya, al noreste de Bagdad.

Finalmente, también en Irak puede hablarse de acoso contra los cristianos, como está ocurriendo en otros países árabes y musulmanes como Egipto, Turquía o Pakistán. Tras el atentado contra la Iglesia de Nuestra Señora de la Salvación, en Bagdad el 31 de octubre–que provocó 52 muertos–, líderes religiosos musulmanes recomendaron a los cristianos que no celebraran ni la Navidad ni los servicios religiosos mínimos. Muchos han recibido amenazas de muerte o incluso han sido agredidos: entre 4.000 y 6.000 han huido ya a Turquía, donde el régimen supuestamente dialoguista y puntal de la Alianza de Civilizaciones del primer ministro Tayyip Recep Erdogan les niega el estatuto de refugiados.

Padres presos por su conciencia

Jaime Urcelay en Libertad Digital

Hace tan sólo unos días, la opinión pública conocía asombrada que en un país democrático como Alemania se había encarcelado a una madre de familia numerosa por negarse a llevar a sus hijos a la clase de educación sexual estatal.

Los hechos han ocurrido en Salzkotten (Renania del Norte-Westfalia) y, según hemos sabido después, no se trata de un episodio aislado. De acuerdo con los datos de Alliance Defense Fund (ADF) –que defiende a las familias afectadas ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo– son ya 35 los padres condenados en Alemania por el mismo motivo. Es más, apenas hace unos días se conocían dos nuevos casos de encarcelamiento de padres en la misma localidad alemana por negarse a que sus hijos participen el programa escolar de educación sexual Mi cuerpo es mío.

Estos casos demuestran que hay estados en Europa dispuestos a llevar muy lejos –nada menos que el castigo de prisión– una pretensión que conocemos bien en la España de Zapatero y su proyecto de reingeniería social: que el poder político se arrogue unilateralmente la potestad de educar la conciencia moral de los futuros ciudadanos. A costa, por supuesto, de negar la responsabilidad de los padres en la elección de la educación que consideran más apropiada para sus hijos. La controversia de las asignaturas adoctrinadoras de Educación para la Ciudadanía o el capítulo educativo de la nueva Ley del Aborto son buenos ejemplos.

Es patente que en Alemania, como aquí, nos encontramos ante una grave anomalía en el respeto de derechos fundamentales básicos. El "derecho preferente de los padres a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos" quedó expresamente reconocido, tras la trágica experiencia de los estados totalitarios, en el artículo 26.3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948. El Convenio Europeo de Derechos Humanos no es menos explícito en el artículo 2 del Protocolo Adicional, en lo que constituye una derivación necesaria de la libertad de conciencia que el Estado debe garantizar también en la enseñanza (art. 9.1 del Convenio). Y es que, como recientemente escribía el profesor Navarro-Valls, "el derecho a elegir el tipo de educación que queremos dar (o no dar) a nuestros hijos forma parte de nuestro propio derecho a elegir una concepción del bien y a ponerla en práctica, sin interferencia de los poderes públicos".

La jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos confirma que cabe esperar, con fundamento, que la justicia prevalecerá cuando dicte sentencia, tanto en el caso de los padres alemanes como en el de los 375 demandantes españoles que han acusado al Estado español de conculcar el Convenio Europeo al imponer las asignaturas de Educación para la Ciudadanía y negar el derecho a la objeción de conciencia de los padres. Las sentencias de los casos Folgero y Zengin (2007) dejaron claro que la libertad de los padres para educar moralmente a sus hijos está por encima del poder coercitivo del Estado y que, por tanto, filigranas jurídicas como las del dividido Tribunal Supremo español en los recursos de Educación para la Ciudadanía o el encarcelamiento de los padres alemanes no son compatibles con el sistema europeo de libertades.

Pero mientras esto ocurre –que va a ocurrir–, es fundamental que casos como el de Alemania o los recientes atropellos con Educación para la Ciudadanía en Badajoz, Cabezas de San Juan (Sevilla) o Villalba (Madrid) no queden sin una respuesta ciudadana responsable y comprometida. La libertad se defiende ejerciéndola y es mucho lo que nos jugamos, como personas individuales, como familias y como comunidad política para el bien común.

Así lo han entendido el medio centenar de entidades y los varios miles de personas que ya se han adherido a la declaración que Profesionales por la Ética está promoviendo a favor de los padres alemanes condenados. Una acción con la que se pretende algo tan sencillo –y tan indispensable en este momento– como concienciar a la opinión pública y apoyar a los padres, exigiendo a las autoridades políticas que no vulneren los derechos humanos en la escuela.

¿Todavía hay tribunales en España?

Guillermo Dupuy en Libertad Digital

Todavía es popular en Alemania una antiquísima anécdota que refuerza la tesis hayekiana de que en Prusia, a pesar de la mala reputación que luego adquirió dicho reino en el siglo XIX, deben situarse los orígenes del movimiento germánico en favor del Estado de Derecho. Se dice que Federico II estaba molesto a consecuencia de un viejo molino que se alzaba cerca de su palacio de Sans Souci, desluciendo el paisaje. Después de varios intentos infructuosos de compra, Federico II amenazó al propietario con la expulsión. Ante tal amenaza se dice que el molinero respondió tranquilo: "Todavía hay tribunales en Prusia".

Volviendo a la España de nuestros días, no voy a negar que mi confianza en nuestro Estado de Derecho se haya recuperado algo al enterarme de que el juez Ruz se ha atrevido, finalmente, a citar y tomar declaración a Gómez Benítez, junto a otros dos emisarios del Gobierno ante ETA como son Moscoso y Eguiguren. Sin embargo y por grande que sea el coraje de este juez, ¿qué quieren que les diga? . La ignominia y la cantidad y gravedad de delitos que entraña la "paz sucia" de este Gobierno, que las actas interceptadas a ETA sólo vienen a confirmar, van mucho más allá que la que radica el capítulo del bar Faisán. El "proceso de paz" de Zapatero es todo él un inmenso y prolongado proceso de colaboración con banda armada y de omisión del deber de perseguir delitos y delincuentes, del que tampoco son ajenos el encubrimiento, la prevaricación o, en cierto sentido, incluso, la financiación ilegal. Y llevar ante los tribunales todos y cada uno de los capítulos de esta –me temo no concluida– historia de infamia podría salpicar, ya sea en el ámbito moral o en el ámbito penal, a quienes, sin llegar a ser reyes como Federico II, son altísimas autoridades del Estado.

A diferencia de los GAL, que fue una cadena vertical de pocos eslabones, la paz sucia de ZP es una red de ignominia que ensucia también algunas togas de jueces y fiscales. No se trata tan "sólo" de lo que pueda haber hecho u ordenado, ya sea ilegal, ya sea inmoralmente, un presidente de gobierno, un ministro del interior o un presidente del PSE en el País Vasco. Se trata del grado de implicación penal o moral que pudiera tener quien actualmente es Fiscal General del Estado (Conde Pumpido), quien lo ha sido, como Javir Moscoso, o quien actualmente es vocal del Consejo General del Poder Judicial, como Manuel Gómez Benítez.

Por otra parte, y para colmo de mi pesimismo, no dejo de tener presente el poco nivel de denuncia que cabe esperar del principal partido de la oposición: Al arriolano empeño de hacer una oposición de perfil bajo y centrada en la crisis económica, están los errores de pasados procesos de paz, de los que Arriola, por cierto, tampoco es ajeno. Naturalmente esos errores de pasados gobiernos no deben servir de excusa de la infamia perpetrada por el actual. Más aun cuando Aznar fue inducido al error y al autoengaño por la presión de los propios socialistas y de los nacionalistas que presentaban la tregua que estos últimos habían cocinado con ETA en Lizarra como "una oportunidad de paz que no debía frustrar el inmovilismo del Gobierno".

Se dirá, pues, que hay que tener desfachatez para equiparar los errores de Aznar y sus antecesores con la infamia que Zapatero ha protagonizado. Pero a los socialistas la desfachatez les sobra tanto como a la derecha los complejos. El miope de Rajoy no va a querer que el pasado le complique sus expectativas de futuro. Si a eso sumamos nuestras mediocres e insensibles élites periodísticas o la politización de la justicia, comprenderán mi pesimismo.

Ojalá me equivoque, pero no creo que en relación a este terrible asunto llegue el día en que pueda decir, parafraseando al molinero de la anécdota prusiana, que "todavía hay tribunales en España".

Sabina rima con Guadalmina

Cristina Losada en Libertad Digital

El cantante Joaquín Sabina, icono de nuestra progresía, tuvo a bien vulnerar la ley antitabaco en Uruguay, donde también gobiernan los suyos y, como aquí, llevan su pulsión intervencionista al extremo. Intervencionista e intolerante, amén de moralista, que la persecución al fumador es una faceta de la pretensión de imponer una moral obligatoria en que han fosilizado las proclamas de "prohibido prohibir" de tiempos más frescos. El caso es que Sabina se fumó un pitillo en un hotel, cosa que en España ya no se permite ni por exigencias del guión, a pesar de que le avisaron. Pero aparte de las consecuencias que afronta el Sheraton –donde ocurrió el tremendo desafío– y que se cifran en miles de dólares, no hay que esperar otras de enjundia mayor. Siendo Sabina de los nuestrosy dados sus servicios a la causa, su gesto pasa como una divertida transgresión, una voluta rebelde y simpática de quien, por lo demás, defiende la ortodoxia. Y lo hizo en Montevideo.

No corre Sabina, desde luego, el riesgo de que se le trate como al dueño del asador Guadalmina, cuya insumisión a la ley antitabaco fue exhibida como el rugido zafio y primitivo de los cavernícolas de la derecha. Y, sin embargo, en el rigor de hechos, son uno y el mismo. Si el propietario del restaurante andaluz representaba el desprecio a las leyes y al estado de Derecho, no menos lo representa el cantautor. ¿O en la capital de Uruguay no merece la ley tanto respeto como en Marbella? ¿O hay bula para el artista de izquierdas y no para el hostelero de derechas? Aunque más que el doble rasero, que ya es costumbre fatigosa, resalta la similitud entre figuras y estereotipos en apariencia diversos. Y es que bajo el barniz de modernidad que cultiva la grey de la Zeja, tras la cuidada pose de ilustración y cultura, se encuentra, a poco que se rasque, a ese sujeto que vocifera: ¡yo hago lo que me sale de los huevos y paso de leyes! En especial, si no paga la multa de su bolsillo ni perjudica a su negocio.

Puede uno ahorrarse, de cualquier modo, el sermón que incite a reflexionar a quienes, como este cantante, coadyuvaron al advenimiento de la Inquisición actual. Siempre se mantienen la distancia y la disonancia entre su conducta personal y aquella que exigen del común. Es el privilegio de los ungidos.

Suben la luz, el gas y la incompetencia

Editorial de Libertad Digital

Frente a la situación de penuria de miles de empresarios, cientos de miles de familias y millones de trabajadores, las administraciones continúan con sus prerrogativas, falsean déficits, aplazan pagos, lanzan emisiones de bonos y engordan la bola de impagados e incumplimientos como si la salida de la crisis dependiera de imponderables cuya culpa siempre es de los demás, antes de las subprime y ahora de las revueltas en Oriente Medio. Cualquier excusa es buena para subir las facturas, los precios y la desesperanza.

La socialización de la pobreza

Hermann Tertsch en ABC

Definitivamente el país mágico de Zapatero no sabe crear riqueza. Estamos volcados en redistribuir pobreza. Y condenados a hacerlo cuando se haya ido. Sepa que no le olvidaremos.

Palabra de Biblia

Pilar Rahola en La Vanguardia

¿Debemos leer La Biblia? La pregunta me parece, en sí misma, un inequívoco síntoma del naufragio de nuestra sociedad. ¿Tiene lógica que nos hagamos esa pregunta? Y no me refiero a la lectura espiritual que harán todos aquellos que la conciban como la gramática de su fe, sino a la lectura que nos atañe y nos apela a todos. Si nadie pone en duda que los niños deben conocer el Tirant lo Blanc, o El Quijote, ¿cómo podemos dudar de la lectura del referente más importante de nuestra civilización? No leerla no es ser más laicos o más progresistas o más multiculturales o más democráticos, y sigan ustedes con el diccionario de sinónimos de la tontería al uso. No.

Sencillamente, no conocer La Biblia nos hace más ignorantes, más ilusos, más necios y más desconcertados, porque no saber de dónde venimos nos impide saber, a ciencia cierta, hacia dónde vamos.

Viñeta de Esteban en La Razón