viernes, 5 de marzo de 2010

Russell no puede hablar

Pilar Rahola en La Vanguardia

Como contra Israel todo el mundo vive bien, especialmente los que tienen un largo currículum en criminalizar a dicho país, un grupo de amigos y residentes en la misma obsesión antiisraelí han decidido usar el nombre de Russell para pasear por el mundo una especie de Inquisición contra Israel, donde el país no puede defenderse, donde los miembros de la cosa tienen la sentencia hecha, y donde las complejidades del conflicto con los palestinos -incluyendo algunas bonitas barbaridades terroristas, o las amenazas de destrucción iraní, o la participación de los países de la zona en contra de Israel- quedan reducidas a una postal de buenos palestinos y malos israelíes.

Willy y Smiley

Carlos Rodríguez Braun en La Razón

Lo realmente sombrío de don Willy no es que sea detestable sino que está lejos de ser una anomalía. También es anómalo proclamar que ningún gobierno saca a ningún país de ninguna crisis, porque la riqueza la crean los ciudadanos, los trabajadores y los empresarios, no las autoridades. Ellas habitualmente no ayudan, y en cambio fastidian mucho o poco. Para ayudar deberían bajar apreciablemente el gasto público y abrir todos los mercados, no sólo el de trabajo. Smiley no lo hace ni lo hará.

El asesor

Alfonso Ussía en La Razón

En Argentina siempre ha destacado la altura intelectual y cultural del debate taurino. Anselmi lo ha vivido desde niño, y su militancia en la izquierda le ha convertido en el abanderado de la prohibición. Como todo intelectual de la izquierda, sufre con el padecimiento de los toros y aplaude el aborto, la situación de los presos políticos en Cuba, las expropiaciones en Venezuela y la piratería en Somalia. De ahí su gran importancia en el progresismo provacuno.