domingo, 8 de marzo de 2009

Debates en Libertad: ¿Cómo se va el nacionalismo vasco?

Gran Torino

Juan Orellana en Libertad Digital

El bocazas golpea de nuevo

Luis Margol en Libertad Digital

¡Pues menos mal!

3,9 millones de parados no impiden a De la Vega hablar de año "positivo"

Predicando con el ejemplo

Sólo cuatro ministerios alcanzan la paridad que Zapatero pide al sector privado

La ministra superguay

Ángela Vallvey en La Razón

Dieciséis años

César Vidal en La Razón

A Svetlana

María José Navarro en La Razón

Pagos en especie

Alfonso Ussía en La Razón

El verdadero Che Guevara

Guy Sorman en ABC

La Iglesia y el aborto

Jorge Trias Sagnier en ABC

El aborto según Aído

Manuel Martín Ferrand en ABC

En manos de burócratas

José María de Azpilcueta en Libertad Digital

El 38

Eva Miquel Subías en Libertad Digital

La propina de Sarkozy

Antonio José Chinchetru en Libertad Digital

Si al Gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapatero le jugó una mala pasada el tema de la supuestamente sacrosanta propiedad intelectual con el embarazoso condón del Ministerio de Sanidad, ahora le ha ocurrido lo mismo al partido de Nicolas Sarkozy con el uso de una canción del grupo estadounidense MGTM en mítines y propaganda por internet de su formación. Ya no les unen tan sólo unas ansias intervencionistas brutales en lo económico, ahora también se parecen en la caradura demostrada en todo lo que tiene que ver con los derechos de autor. De hecho, si cabe, lo del francés resulta todavía peor que lo del vallisoletano con aires de leonés, y por varias razones.

Es cierto que ZP y los suyos han hecho todo lo inimaginable por contentar y forrar con el dinero ajeno a los Bardem, Bautista, Ramoncín y demás; incluso han intentado otorgarles capacidad de censura en internet sin supervisión judicial. Pero no han llegado, al menos por el momento y a pesar de la insistencia de la SGAE y similares, a aprobar una norma como la terrible Ley de los tres avisos impulsada por "Sarko" y aprobada por la Asamblea Nacional francesa sin oposición alguna.

En España las entidades de gestión se quedan de una forma tan legal como ilegítima con parte de nuestro dinero cada vez que compramos un CD o una impresora, entre otras muchas cosas, todo en nombre de algo cuya existencia es más que discutible como son los derechos de autor. Pero en Francia es peor: con el mismo argumento, cualquiera puede verse privado de su conexión a internet por el hecho de descargarse canciones o películas a través de redes P2P. Claro que con este presidente o con cualquier otro, eso no debería extrañar a nadie si se tiene en cuenta que en el país situado al norte de los Pirineos se aprobó hace cinco años una norma que, imitando el "Fumar es malo para la salud" de las cajetillas de tabaco, obligaba a incluir la frase "El pirateo perjudica la creación artística" en todos los anuncios de los proveedores de internet.

Pero Sarkozy no queda peor que Zapatero sólo en eso. Cuando salió a la luz la posible violación de derechos de autor por parte del Ministerio de Sanidad con el asunto del Sólo con koko, desde el Gobierno se limitaron a hacerse los despistados. Sin embargo, el presidente francés ha optado por la ofensa pura y dura. Eso de ofrecer un mísero euro por usar sin autorización y de forma masiva una canción recuerda demasiado a cuando se da un céntimo de propina a un mal camarero para mostrarle el desagrado por el trato y sabiendo que le sentará muy mal.

Si en España conocemos sobradamente ese "síndrome de La Moncloa" por el cual los jefes de Gobierno tienden a aislarse de la sociedad y endiosarse, es evidente (sólo hay que ver cómo se comportan siempre los presidentes galos) que existe un "síndrome del Elíseo" de efectos todavía más devastadores. El marido de Carla Bruni debería someterse a un tratamiento de humildad y superarlo, o al menos tratar de ser coherente y someterse a las mismas normas restrictivas que impone al resto de sus compatriotas.

El campeón de la miseria

Emilio J. González en Libertad Digital

Cuando menos, curioso

José T. Raga en Libertad Digital

Verbos caprichosos

Amando de Miguel en Libertad Digital

Querencias secretas

José María Marco en Libertad Digital

El juego del gallina

Emilio Campmany en Libertad Digital

La solitaria dignidad del Perroflauta

Pablo Molina en Libertad Digital

La vanguardia estudiantil de la Universidad Autónoma de Madrid hace muy bien en utilizar sus instalaciones para manifestarse de forma continuada contra el proceso de Bolonia, que pretende uniformar las titulaciones universitarias en la Unión Europea. Acampar en un edificio público, como la universidad, es lo más apropiado en estos casos, aunque tal vez la protesta tuviera un mayor efecto si los defensores del derecho al autarquismo académico de los jóvenes españoles okuparan la vivienda del rector Gabilondo y el resto de miembros del claustro. En tal caso, las autoridades de la Autónoma estarían mucho más sensibilizadas con el drama de unos jóvenes que se ven obligados a dormir en tiendas de campaña para defender la universidad española de aquellos que la atacan allende nuestras fronteras.

De paso, el resto de estudiantes no se verían obligados a asistir diariamente a este festival solidario y a las abluciones mañaneras de unos ciudadanos con un ejemplar concepto de la higiene, como se puede comprobar echando un vistazo al reportaje de Libertad Digital Televisión.

El ejemplo de estos revolucionarios nos enfrenta una vez más a la figura clásica del solidario, dispuesto a sacrificar su bienestar en defensa de los derechos de todos. Porque es prácticamente seguro que todos los que acampan en los pasillos de la autónoma, flauta en ristre, son estudiantes de sobresaliente para arriba. Pues bien, aún así prefieren sacrificar su prometedora carrera en defensa de principios tan evidentes como el derecho a vegetar una década en el Alma Máter, sin la amenaza de que una empresa puntera reclame tus servicios para integrarte en la odiosa maquinaria capitalista, a mayor gloria de la burguesía.

Los perrillos que suelen llevar siempre de compañía, y que te miran como diciéndote "por favor, mátame", hoy se sienten legítimamente orgullosos de sus amos. Nosotros también. Si aún queda un gramo de justicia en el mundo, la mayoría de estos activistas acabarán de vicerrectores. Qué menos.

Envidia

Maite Nolla en Libertad Digital

La mujer, ariete de la agenda socialista

Editorial de Libertad Digital