miércoles, 24 de noviembre de 2010

Independentistas destrozan una carpa de Ciudadanos y agreden a los militantes

Libertad Digital

En pleno centro de Barcelona, junto a la salida del metro Verdaguer, cuatro energúmenos han agredido a los militantes y simpatizantes de Ciudadanos que se encontraban en una carpa informativa de la formación que lidera a Albert Rivera, la única no nacionalista que concurre a estas elecciones.

Muy agresivos los independentistas, que tenían entre 18 y 22 años, fueron directos al puesto. Uno llevaba una navaja y otro unas tijeras para rajar la carpa, bandera y los carteles, mientras los otros dos se dedicaban a tirar pintura y huevos a los presentes y arramplar con las mesas, sillas y todo lo que se encontraron por delante. Después, se escaparon por la boca de metro cercana.

El grito de guerra era el típico nacionalista contra todo aquel que les lleva la contraria: "¡Iros a España!". Ciudadanos ha denunciado los hechos a la policía autonómica que está buscando a los agresores.

Senofobia escepcional en la Carlos III

Pablo Molina en Libertad Digital

Hay países que consideran a su universidad como el centro superior de formación, cuyo objetivo es ofrecer a la sociedad generaciones de grandes profesionales en todos los ámbitos del conocimiento. Al privilegio de recibir esta educación de élite, los estudiantes responden empleando todo su esfuerzo en alcanzar la excelencia académica, pues también su futuro profesional y personal depende del tesón que desplieguen en sus años universitarios. El resultado es que los profesionales más cualificados en las ramas de conocimiento avanzado proceden de países que se toman muy en serio la labor de la universidad para la economía, la cultura y el progreso del país en su conjunto.

En España, sin embargo, la universidad pública rechaza por reaccionarios estos principios basados en la excelencia y la utilidad social y por eso se ha convertido en un microcosmos en el que un grupito de ingenieros sociales fuertemente marxistizados juega a hacer la revolución, mientras se embrutece con ideas políticas que sólo es posible encontrar ya en la vida real tras una ardua labor paleontológica.

Lo ocurrido en la Carlos III contra Pío Moa es lo normal en las universidades que pagamos todos los españoles cuando un conferenciante ajeno al cotarro de extrema izquierda pretende decir unas palabras en su recinto. En lugar de ducharse y estudiar, la vanguardia estudiantil se dedica a acosar a los que defienden ideas distintas de sus profesores, lo que dice mucho también de la independencia de criterio que debe fomentar el Alma Mater.

Pero nada define mejor el estado de la universidad pública que los textos estudiantiles cuando nuestros futuros líderes sociales rompen a escribir. Sin ir más lejos, en la leyenda que cierra el video en que recogen su última hazaña antifascista, los miembros de la agrupación estudiantil Carlos Marx y del colectivo Rise Up, organizadores de la algarada, denuncian a Moa por practicar la "senofobia", asunto realmente sorprendente porque conozco al bueno de Pío desde hace tiempo y nunca percibí en él un rechazo a los senos, ni matemáticos ni mucho menos anatómicos. A mayor abundamiento, el kolectivo denuncia también en su web las medidas de "escepción" del Estado portugués a raíz de una algarada internacional a la que asistieron sus miembros más relevantes, lo que demuestra que, o bien los estudiantes marxistas tienen un problema ideológico con la letra equis a la que han identificado con el sector reaccionario del alfabeto y por eso no la utilizan, o bien dedican tanto tiempo a hacer la revolución contra el sistema que no han tenido tiempo de hacer acopio de los rudimentos educativos que maneja con soltura cualquier niño de diez años.

El resultado es que países que hace treinta años estaban en el subdesarrollo como Corea del Sur, Taiwán o Singapur, tienen a sus universidades entre las mejores del mundo mientras la universidad Carlos III, laboratorio revolucionario del perroflautismo patrio y ariete contra la "senofobia", no aparece ni entre las quinientas primeras. Vamos, lo normal en nuestras universidades o, como diría un afiliado de la asociación Carlos Marx, nada "escepcional".

"Carta abierta a Pío Moa"

Pío Moa en su blog de Libertad Digital

Empecé a dar la charla, y a los tres minutos se levantan de pronto un gran número de muchachos y muchachas vociferando, llamándome fascista, sacando tarjetas rojas como si fuesen jueces de algo y arrogándose el derecho a decidir sobre quién puede hablar y quién no en la universidad, que deben de considerar propiedad suya.

Pyongyang de nuevo

GEES en Libertad Digital

"Si les parece escandaloso lo de nuestra central nuclear, miren esto", vienen a decir los norcoreanos. Lo hacen con la convicción de que, mientras ellos parecen dispuestos a llegar a la guerra total, Corea del Sur cederá y enfriará el asunto buscando ayuda internacional. Pocas veces se puede observar tan claramente la asimetría entre una dictadura y una democracia como en este caso, en el que el agresor actúa sabiendo que el agredido se tentará la ropa antes de incendiar –literalmente– la región. Corea del Norte actúa con Corea del Sur de órdago en órdago, sin que nadie sea capaz de evitar tan siniestro juego. Y con la convicción de que a éste ataque seguirá otro en el futuro, aunque la pregunta es cuando.

Y ahora Corea...

Lara Vidal en Libertad Digital

Mientras aún resuenan las advertencias de Mike Mullen, presidente de la Junta de jefes de estado mayor, calificando a Corea del norte de "país muy peligroso", hace apenas unas horas, fuerzas de artillería norcoreanas han disparado sobre Yeonjpyeong, una isla surcoreana considerablemente poblada que se encuentra en las cercanías de la frontera occidental. Si la dictadura de Kim Jong Il no está crecida, entonces ya no hay manera de saber lo que es pavonearse en el plano internacional. O, si ustedes lo prefieren, eran pocos los problemas internacionales de Obama y parió Corea del norte.

La carta de los cien

José García Domínguez en Libertad Digital

No sé si por el vago eco regeneracionista del título o porque no tenía nada mejor que hacer, ayer, se me ocurrió entrarle a Transforma España, ese celebrado documento de los empresarios de postín que tanto revuelo ha venido a causar en el gallinero; sobre todo, entre quienes ni lo han leído ni hay el menor riesgo de que vayan a hacerlo; o sea, entre la mayoría vociferante. Así, pues, fue como di en descubrir que la flor y nata del capitalismo patrio predica sesudas sentencias del siguiente cariz: "Hay que ‘desideologizar’ la política. Todos somos ecologistas, pacifistas y demócratas". Es decir, que andamos entre Gonzalo Fernández de la Mora, Mahatma Gandhi e Imma Mayol, la dona pijiprogre y antisistema del Joan Saura. Bueno es saberlo. Aunque empiezo a sospechar que el mismo que se llevó su queso también debió birlarles el sentido del ridículo a esos cien caballeros.

Que te mueras, España

José Antonio Martínez-Abarca en Libertad Digital

Si la cosa ha llegado a estar tan grave como para señalar, según los empresarios, que el problema de españa no es de crisis económica, sino institucional y político, y manifestarlo ante quien lo sabe a la perfección porque estaba presente cuando en la transición se creó intencionadamente el problema (como aquel alcalde franquista que se presentó a las elecciones democráticas diciendo con autoridad incontrovertible aquello de "yo soy el único que conoce la problemática de este pueblo porque fui yo quien la creó"), entonces aquí va a ocurrir como en el viejo chiste barato de la serpiente.

Se acabó

Juan Ramón Rallo en Libertad Digital

El proceso es muy simple: España está tremendamente endeudada en todos los ámbitos y no puede pagar. El Estado –incluyamos a las autonomías– tiene un déficit monstruoso y los activos de la banca están inflados y para más inri vencen a muy largo plazo. Nuestros acreedores, por consiguiente, han de refinanciarnos día a día miles de millones de euros con la esperanza, cada vez más ingenua, de que algún día les paguemos. Si nos cortan el chorro, y ya lo han hecho en alguna ocasión este año, sólo tenemos tres opciones: o suspender pagos, o lanzarnos a los brazos de Alemania o esperar que el Banco Central Europeo cree más euros para refinanciarnos.

Esa desgraciada letra griega

Francisco Rodríguez Adrados en ABC

Francamente, estoy cansado de las hostilidades frente a la lengua griega y a su impacto en la lengua española. Sin el griego, las demás lenguas se habrían quedado en mantillas. Nuestro alfabeto es griego, griegas son las palabras para hablar de la lengua: fonética, morfología, sintaxis, léxico, también poesía, historia, tragedia, comedia, química y demás. Y las latinas que traducen o modifican las griegas, tales acento, nombre, adjetivo, verbo, diccionario, ciencia y las demás. Y desde luego Academia, que era el jardín sagrado en que se daba culto a Apolo, las Musas y el héroe Academo, a la salida de Atenas, a poca distancia del Cerámico, es allí donde enseñaba Platón. Tras el debate, surgía la iluminación, nos dice en la República.

España no es Irlanda… ¡Ya quisiera!

Gabriel Albiac en ABC

«España no es Irlanda». Todo un hallazgo. Digno de cabezas tan ilustradas como las de Blanco, Pajín o Zapatero. Un hallazgo que envidiaría el Platón al cual le dio por inventar esa rareza a la cual los griegos —o sea, nosotros— llamaron filosofía: «que lo igual sólo se dice de lo distinto». No, claro que no somos iguales. ¡Ya quisiéramos! Hay una pequeñísima diferencia: lo de aquí es infinitamente más difícil de arreglar. Porque, bien que mal, Irlanda tiene un Estado. Uno. España, diecisiete.

El último poeta de la copla

Antonio Burgos en ABC

A usted quizá le pase con el Maestro Guerrero como le ocurrió a Isabel mi mujer, un claro día de Cádiz, cuando paseábamos por la Plaza de las Flores y en la esquina de la calle Columela, sentado en un velador, viendo pasar el tiempo, la vida y la mañana, estaba el Maestro Guerrero. Se lo presenté:

—Mira, Isabel, éste es el Maestro Guerrero...

Salvador Guerrero vio la cara que puso Isabel y comprendió que no sabía quién era. Y más largo que su «Carretera de Asturias», le dijo:

—¿Tú sabes lo del «cordón de mi corpiño, cariño, que no lo puedo cortar»? Pues ese soy yo, Isabel, que Antonio no te lo ha dicho: yo soy el que escribió «El cordón de mi corpiño».

En Hollywood, el autor de «El cordón de mi corpiño» hubiera estado en un casoplón de Beverly Hills, viviendo como un rajá con las regalías de su canción. En España, el autor de «El cordón de mi corpiño» estaba en la butaca de su velador de la Plaza de las Flores, viviendo modestísimamente, hasta olvidado por el artisteo, aunque siempre honrado por sus convecinos gaditanos.

En el templo

Laura Campmany en ABC

Hay algo en el templo, aun en el más humilde, que te aleja y te salva de ti mismo. Que te convierte en algo que te eleva y trasciende. Y en razón que no sabe, pero entiende. Que sopla por tus huesos como una dulce flauta, o como un enigmático instrumento, o como un misterioso interrogante. Cuya respuesta, breve y cegadora, quizás me encuentre en misa un domingo de Adviento.

Por la vida naciente

Antonio Cañizares en La Razón

Si hoy, con razón, nos avergonzamos de la esclavitud legal de otros tiempos, no tardará en llegar un día –no está lejano– en que nos avergoncemos y arrepintamos de esta cultura y legislaciones permisivas de muerte también legalmente establecidas, y de manera singular nos arrepentiremos y avergonzaremos de los millones de abortos anuales amparados por leyes antihumanas y, por tanto, antisociales, o de otras prácticas antivida amparadas por leyes igualmente antihumanas y antisociales.

Chorradas

Alfonso Ussía en La Razón

Un total de cincuenta y cinco personas, o lo que es igual, una inabarcable muchedumbre del presumible «ámbito cultural» le ha puesto los cuernos a Zapatero y Montilla con Joan Herrera, del que se dice que es el candidato de ICV, Iniciativa-Los Verdes, a la presidencia de la Generalidad. Demasiado disfraz. Es el candidato comunista, y punto. El manifiesto resulta surrealista y poco pragmático. Su lema es divertido: «Si yo viviera en Cataluña votaría a Joan Herrera».

(...)

El problema es que casi todos ellos viven en Madrid, y mi asesor electoral me asegura, que si bien todo se andará, todavía no nos dejan votar a los ciudadanos madrileños en Cataluña, pues en tal caso la presidenta de la Generalidad sería Esperanza Aguirre.

(...)

Puede ser motivo de satisfacción y orgullo, pero no sirve para nada. Ese ámbito cultural al que pertenecen los firmantes que no pueden votar es original, pero poco práctico. Una chorrada más, nube que se deshace, hoja que cae, redacción a la papelera y aerofagia de colibrí. En resumen, nada de nada.