El Gobierno ha dado un giro que radicaliza aún más su proyecto, hace más libre y más fácil el abortar, limita la objeción de conciencia e introduce en la Medicina, contra toda ética hipocrática, la asignatura inédita de cómo eliminar una vida en gestación. En suma, el Gobierno cede al feminismo ultra, cuela por la puerta de atrás el aborto hasta las 22 semanas y lo eleva a la categoría de derecho, ignorando así todos los dictámenes jurídicos, entre ellos el del Consejo de Estado.
¡Cuánto les molesta la conciencia ajena a los que, definitivamente, parecen no tenerla propia! Y dormirán tan tranquilos mientras, gracias a ellos, todavía más seres humanos en estado de gestación no verán nunca la luz...
