sábado, 13 de noviembre de 2010

Luis García Berlanga ha muerto. ¡Viva el cine!

Santiago Navajas en Libertad Digital

De talante individualista y escéptico, nos contó cómo había conseguido burlar con humor y astucia la doble censura que en la España de la post guerra asolaba el panorama cinematográfico español: la franquista, claro, y ¡la comunista! Inmediatamente después de su intervención tuvo que torear el aquelarre comunista que algunos de los asistentes al Congreso, profesores universitarios de rancias querencias en la extrema izquierda, le organizaron.

Sostenible

Alfonso Ussía en La Razón

Es el vacío mensaje «progre». Se encaja en cualquier esquina. Sostenible. El adjetivo de Zapatero. En Seúl, sin que se le agriete la cara y manteniendo una seriedad solemne ajena al lógico ataque de risa, Zapatero ha anunciado la creación en España de un millón de puestos de trabajo con empleos de la «economía verde sostenible». También se refirió a la edificación sostenible, que no termino de entender lo que es. Toda edificación tiene la obligación de ser sostenible. En caso contrario sería una edificación derrumbable, y no tendría sentido. En los ríos de España se ha impuesto la gestión sostenible de las truchas, y en las sierras y dehesas, de los conejos y los jabalíes. Nos hallamos en la era de la economía sostenible que no se sostiene por ninguna parte.

(...)

Pero lo del millón de puestos de trabajo no resulta aceptable ni desde el sentido del humor. A los parados les importa un bledo la economía verde, azul, violeta o naranja. Lo que desean es un puesto de trabajo, después de que los gobiernos de Zapatero hayan destrozado dos millones de ellos. Zapatero es el creador de la angustia sostenible en millones de hogares de España.

Je-20

Pablo Molina en Libertad Digital

Es fácil imaginar la expectación que la presencia de ZP en cualquier foro debe despertar entre sus asistentes, porque como humorista involuntario el tipo no tiene rival. Cualquier cumbre internacional se convierte automáticamente en el Club de la Comedia cuando ZP sube al estrado, con el añadido de que nuestro presidente, al contrario que los cómicos profesionales, jamás repite un show.

Su capacidad para provocar la risa con cualquier motivo hace que el repertorio presidencial sea prácticamente inagotable, aunque forzoso es reconocer que haciendo chistes sobre economía es donde ha cosechado sus principales éxitos. Es lógico que sea en las cumbres de las organizaciones económicas donde su presencia adquiere mayor relevancia.

Antes de acudir al G-20, es decir, antes de convertir el encuentro en el Je-20, ya avanzó las líneas fundamentales con las que pretendía trazar su intervención, a saber, el apoyo a los desempleados y la creación de un millón de puestos de trabajo, pero verdes.

Si Felipe González prometió crear ochocientos mil, y encima contaminantes, a ver por qué no va a poder ZP generar un millón de plazas de vigilante de aerogeneradores o de responsable del grupo electrógeno que alimenta a los paneles solares cuando anochece, que es curiosamente cuando más energía solar producimos en España. Total, sólo se trata de conceder las subvenciones necesarias que hagan factible, por la vía del expolio ajeno, un negocio al que sólo el fanatismo alocado de los progres terminales permite subsistir.

Con los graves problemas a que se enfrentan los líderes mundiales, escuchar al presidente del país que peores resultados está cosechando dar lecciones sobre la forma de salir de la crisis tiene una gran utilidad. Después de unas risas escuchando a ZP, el ambiente se relaja y las ideas fluyen con más facilidad. Falta les hace.

La cosa está verde

José T. Raga en Libertad Digital

"Las cuentas del presidente, que sinceramente creo que no existen, consideran los puestos de trabajo que se podrían crear si se pasara a la implantación de esa economía verde. No cuenta cuántos obreros quedarían en el paro como consecuencia del abandono de actividades que no cumplieran con aquellos requisitos. Pero, además, querido presidente, a usted le consta que lo verde es hoy sustancialmente más caro que lo que no da con aquella cromatografía; el kilovatio renovable tiene un coste superior al del kilovatio de energía térmica o hidráulica, más aún si la primera es de origen nuclear; el papel reciclado es más caro que el de materia prima virgen; que el coche eléctrico es más costoso que el de motor convencional, etc."

(...)

"Pero, además, ¿cómo se atreve a hablar de eso, cuando usted acaba de dictar normas de protección al carbón, que no es verde, ni siquiera rojo, sino negro? ¿Cómo se atreve a presentarse con semejante discurso, cuando ha cambiado las reglas del juego con las que despertó inversores en energías renovables, que ahora se sienten engañados?"

Zapatero y el síndrome del pato cojo

Jorge Vilches en Libertad Digital

Según dejó la conferencia empresarial se dirigió al Parlamento coreano para participar en una reunión del grupo de Impulsores de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU. Este grupo, cuyos resultados son tan palpables como predecibles, le permitió soltar otro alegato huero: "Un pequeño esfuerzo de cada país (...) incrementando la ayuda al desarrollo, supone millones de personas con acceso a la educación, a la salud, niños que podrán sobrevivir, (...), pueblos que podrán tener dignidad y esperanza". Ni se oyó ni una palabra contra los Gobiernos corruptos que tiranizan a esos pueblos y roban sus recursos, que es la primera causa de la pobreza en esos países.

Sufridos diputados

Antonio José Chinchetru en Libertad Digital

Parece ser que sus señorías están molestas debido a que miles de ciudadanos les escriben en masa para pedir que no se apruebe la mal llamada (puesto que hay que ser muy inocente para pensar que Zapatero no tiene nada que ver con ella) "Ley Sinde". No cabe duda de que la cantidad de mensajes por este motivo (más de 400.000 en sólo dos días) que reciben los diputados en sus cuentas deben de resultar un incordio, pero nadie ha dicho que representar a los españoles tenga que ser cómodo. Y una de las incomodidades del cargo debe ser el escuchar a los ciudadanos cuando estos se dirigen a ellos.

No es la primera vez que los miembros del Parlamento protestan por este motivo, si bien nunca se habían visto sometidos a una campaña masiva como la actual. En 2008 casi todos los diputados mostraron su disgusto debido a la gran cantidad de correos electrónicos con peticiones y protestas de todo tipo (contra el aborto o los transgénicos, por ejemplo) que los ciudadanos les hacían llegar. Ya entonces se planteó en la Cámara Baja aplicar un filtro para evitar que llegaran a las cuentas de sus miembros muchos de esos mensajes, si bien se dijo que había que tener en cuenta que los correos que podían molestar a algunos resultaban gratificantes para otros. No sabemos si al final se hizo algo, pero el simple hecho de planear hacerlo resulta grave.

"Proteger" a los diputados de los correos con propuestas o quejas de los ciudadanos que no resultan de su agrado sería, precisamente, cerrar un importante canal de comunicación entre los españoles y quienes son elegidos para representarlos en el Parlamento. Los miembros de las Cortes Generales son los representantes de los ciudadanos, que son constitucionalmente los soberanos. Es, por tanto, su obligación escucharles en todo momento, no sólo cuando les aplauden o les dan la razón.

La campaña de envíos de correos que sufre en este momento el Parlamento, por mucho que se haga a través de una herramienta creada por un grupo de activistas para facilitar el envío de los mensajes, no es spam. Muy al contrario, responde a la esencia misma de la democracia representativa. Internet y el correo electrónico no varían la naturaleza de este sistema político, pero sí lo mejoran. La relación entre representantes y representados cambia de forma que favorece a los segundos. Diputados y senadores están más expuestos a los ciudadanos, que ahora cuentan con herramientas más sencillas y poderosas para hacerles llegar sus opiniones.

Sí, es un engorro recibir en pocos días miles de correos electrónicos en los que miles de ciudadanos muestran su disgusto por un proyecto de Ley. Pero mayor molestia será para esos españoles tener que sufrir en el futuro dicha legislación. Por ese motivo, en vez de quejarse, los diputados deberían leer esos mensajes de e-mail y hacer caso a su contenido. Todos, ellos y nosotros, nos jugamos la continuidad o la desaparición de la libertad en la red.

¿Y si Israel hubiese atacado El Aaiún?

Editorial de Libertad Digital

Apenas unas horas después de que el ejército israelí matara en defensa propia a una decena de activistas de la mal llamada Flotilla de la Libertad, el Gobierno español no dudó un momento en llamar al embajador israelí, Rafael Schutz, para exigirle explicaciones por los "graves", "preocupantes" y "desproporcionados" hechos acaecidos. El propio PSOE, por boca de Elena Valenciano, no tardó ni unas horas en "condenar energéticamente (...) este inadmisible ataque".

(...)

Cinco días después de que el ejército marroquí entrara en El Aaiún y asesinara a varios saharauis –incluido uno de origen español–, el Gobierno español sigue sin condenar su actuación. La nueva ministra de Exteriores ha justificado su pusilanimidad en que "hay un flujo de informaciones contradictorias, y no se conoce el recuento". En otras palabras, para el Ejecutivo español la condena de los asesinatos no depende de las circunstancias en que éstos se produzcan –si suponen una iniciación de la violencia o una respuesta legítima a la misma– sino de la cuantía de los cadáveres.

(...)

Para ser antisemita no es necesario militar en un partido neonazi ni hacer apología del odio contra Israel; basta para ello con excusar a los antisemitas activos y con disimular las propias pulsiones antijudias detrás de un doble lenguaje que permite censurar siempre y en todo momento la actuación de los israelíes. Nunca nos cansaremos de denunciar esta sofisticada hipocresía detrás de la que se esconde la secular judeofobia de la izquierda y de la derecha. En momentos como éstos, es imprescindible recordarlo.

Indigno esperpento

Hermann Tertsch en ABC

El régimen dictatorial de Marruecos no se ha vuelto loco. No puede asegurarse lo mismo de nuestra democracia. Rabat ha visto que una nueva generación de saharauis cristaliza en una amenaza real. Ha decidido decapitarla. Y goza de una constelación ideal para esta empresa, con EE.UU. y Francia preocupados por cualquier brote radical en el Magreb, y una España dirigida por esta tropa de ineptos. Obsesionados por no perder sus intereses en Marruecos. Suyos, no de España. Renunciaron a utilizar los medios de presión que tiene España. Que son más que los de Marruecos frente a nosotros. Como con otras satrapías, han pretendido una armonía tramposa a cambio de jirones de dignidad española. Rabat les ha cogido la medida. Son incapaces de defender a los periodistas. Excuso hablarles de nuestra soberanía.

El diccionario Bono

Tomás Cuesta en ABC

Pensaban los cabalistas que el universo cabe en una letra: el aleph. A la hora de incensar al mando, el caballista Bono, sin embargo, necesita un diccionario. Aunque sea cortito, incluso capado. González, de la A a la X.

En el país de los tres monos

Ignacio Ruiz Quintano en ABC

El retratista ecuestre pregunta con la actitud pedante de los que por no comprender nada bien simulan explicárselo todo, y Gonzalón responde con la melancolía de un Bono o una corvina. Mas carecen de importancia, salvo como metáfora del país de los tres monos. Gonzalón, que vive de hacer bisutería con las caracolas de Chirino, despacha lo de Marey como una discusión de tráfico, y su retratista ecuestre no se inmuta, porque para él la única verdad palmaria —cosa que escapó a la sensibilidad de dos sacamantecas tremendos como Lorca o Cocteau— es que los toros son tortura, maltrato y vilipendio.

Pluma en ristre

Juan Manuel de Prada en ABC

"Todos venimos a este valle de lágrimas con alguna misión modesta que no suele coincidir con las misiones farrucas y altisonantes que, en nuestro engreimiento, solemos arrogarnos; y en cumplir esa misión que nos ha sido asignada está la gracia del vivi."

(...)

"Castellani aborda los más diversos asuntos humanos —políticos, económicos, filosóficos, culturales—, contemplados siempre bajo una luz divina; y es esta luz unificadora lo que le permite ser a un tiempo polemista y apologeta, en una simbiosis rara y deslumbrante que lo convierte en eso que los franceses llaman un maître à penser: alguien que, a través de sus reflexiones, no sólo nos invita a reflexionar, sino que nutre de esqueleto y musculatura nuestras reflexiones, que a la vez que estimula y vigoriza nuestra inteligencia la impulsa por caminos nunca transitados."

El caudillo que no pudo ser

Xavier Pericay en ABC

Si algo han evidenciado esos siete años de tripartito es el carácter meramente instrumental —y, en consecuencia, oportunista— de la bipolaridad socialista. Por más que los rectores del partido hayan insistido, una y otra vez, en la transversalidad del PSC en tanto que supremo garante de la cohesión social en Cataluña, los hechos han demostrado, con parecida insistencia, que en esta parte de España no existe otra transversalidad —es decir, otra instancia de poder político y social— que la constituida por el nacionalismo catalán. Así fue con Pujol y Maragall, así ha sido con Montilla, y así será, presumiblemente, con Artur Mas. Si ahora el partido opta por esconder su cara más autonomista en vísperas de unas elecciones autonómicas es tan solo porque está convencido de que las va a perder. Y porque considera que, ya puestos, más vale perder por poco tratando de recuperar unos votos, los del cinturón de Barcelona, que en otro tiempo fueron suyos, que hacerlo por goleada. Al fin y al cabo, aquel caudillo que no pudo ser aspira a seguir viviendo, mejor o peor, del cuento. Y, con él, toda la tropa.