miércoles, 24 de junio de 2009

LD Libros, con Isabel García Zarza

Lo que el burka dicta

Gabriel Albiac en ABC

"Al anunciar la inmediata promulgación de una ley para prohibir el uso del burka, el presidente francés sabía bien que no estaba abordando una anécdota ligada a la libertad religiosa. Sino algo más primordial: la pervivencia de la esclavitud, cínicamente enquistada en nuestras sociedades."

Calidad

Hermann Tertsch en ABC

"Matas previo pago a un nene que no te ha hecho nada en una clínica de Barcelona y eres un médico excelso. Aquí todos somos malos menos los que adoran al líder. Cuestión de calidad. Hay días que uno ve los ojos del talante y da gracias de tener tamaño para no caber en la trituradora."

Una sueca en el Parlamento catalán

Xavier Pericay en ABC

"Lo normal es que en el Parlamento catalán acabe prevaleciendo el absurdo. Es decir, que a Inger Enkvist y a sus razones no les hagan el menor caso. De lo contrario, ni Cataluña sería Cataluña, ni España, ¡ay!, sería ya España."

El policía y el ertzaina

Edurne Uriarte en ABC

"La impresionante reivindicación del ertzaina Josu Puelles de la heroicidad de su hermano policía nacional, de Eduardo, pone patas arriba la asfixia étnica de los nacionalistas. Ambos vascos, ambos españoles, ambos policías en la defensa de la libertad. Ambos gudaris, como dice Josu, frente a los asesinos."

El asesino vasco

Cristina López Schlichting en La Razón

"Los plañidos de las viudas están reñidos con la calma hipócrita de ciertos salones de Bilbao o San Sebastián, donde se sirve el té de las 5 mientras se comenta con paciencia «lo pesados que son estos chiquitos , que no dejan de matar»."

Menéndez

Alfonso Ussía en La Razón

"Después de las últimas bocanadas amenazadoras de Sastre, como consecuencia del asesinato de Eduardo Puelles, asistir junto a su marido Palomo a una manifestación que convoca el «abertzale» vallecano se me antoja, más que una temeridad, una falta de respeto inconcebible."

La soledad de los revolucionarios

Daniel Rodríguez Herrera en Libertad Digital

Vean este vídeo. Se lo advierto, es muy duro. Pero no quiero que se fijen en las heridas de estos dos estudiantes iraníes, ni en su agonía. Deténganse en el segundo 45. Podrán ver al menos a tres personas grabando lo que sucede en su teléfono móvil, además, claro está, del responsable de habernos hecho llegar estas imágenes. Algo parecido sucedió con Neda, la joven que se ha convertido en mártir de esta revuelta y cuya muerte hemos visto en dos grabaciones distintas e incluso momentos antes de ser asesinada.

El caso es que se supone que no deberíamos ver esto. Irán había expulsado o detenido a los periodistas extranjeros. La represión habitual debía tener lugar en la más estricta intimidad, como siempre había sucedido. Internet está férreamente controlado y no se puede subir nada a YouTube o Facebook, o al menos no sin que el Gobierno sepa quién lo ha hecho y actúe en consecuencia. El autor del vídeo lo sabía, así que envió el vídeo por e-mail a varios amigos europeos y un par de medios. Un iraní exiliado en Holanda lo colgó en YouTube, y ahora el mundo entero conoce a Neda.

El proveedor estatal y único de telecomunicaciones ha restringido el acceso a sitios como YouTube, que ha visto reducirse en un 90% el tráfico desde Irán, o Facebook, que ha perdido la mitad. Pero los iraníes han podido sortearlo de diversos modos, incluyendo el uso de proxys, una suerte de intermediarios que permiten canalizar el tráfico a través suyo, ocultando a terceros qué estamos viendo realmente. La única vía para impedir que las protestas lleguen al mundo es cortar internet, como hizo Birmania con un éxito notable. Pero intentar ponerle trabas nunca es suficiente, porque basta y sobra con un pequeño porcentaje de usuarios avanzados para que el mensaje llegue al mundo.

El problema está, precisamente, en el mundo, que no parece estar haciendo nada al respecto. ¿Qué les importa a los obamas de todos los países que los iraníes se jueguen la vida en las calles por un poco más, seguramente muy poco más, de libertad? ¿Qué van a hacer cuando ni siquiera han hecho nada para detener el programa nuclear de los ayatolás, que pone en juego su propia seguridad? Las manifestaciones podrán tener éxito si logran el apoyo de parte del régimen, porque está claro que no van a recibir ninguna ayuda de quienes promueven insultos a la inteligencia y a la libertad como la alianza de las civilizaciones.

Internet es, sí, un invento maravilloso. Pero ya sea para lo bueno o para lo malo no deja de ser un instrumento. No crea pedófilos ni revoluciones contra tiranos islámicos. Y probablemente no pueda hacer triunfar a la marea verde, aunque pueda darle una oportunidad que de otra forma no tendría. Ojalá la puedan aprovechar, porque por mucha comunicación que haya están completamente solos.

Si el PP fuera una junta vecinal

Pablo Molina en Libertad Digital

Suponga por un momento que es usted presidente de la comunidad de propietarios del edificio en el que vive, trance nada agradable por el que todos pasamos tarde o temprano, dicho sea de paso.

En su junta directiva hay lógicamente un tesorero que, vaya por Dios, resulta imputado por la justicia y al que se acusa de haberse aprovechado de su posición para trincar comisiones de las empresas que prestan servicios diversos a su comunidad. Súmele a eso el hecho de que el tesorero, hombre de su máxima confianza, haya aumentado sensiblemente su nivel de vida pagando grandes sumas en efectivo a lo largo de su mandato. Llegados a este punto, ¿seguiría usted manteniéndolo en su puesto con la llave del dinero de todos los propietarios en su poder? Yo tampoco, mayormente porque a estas alturas los vecinos nos habrían corrido a palos a usted y a mí por las escaleras, y ante argumentos tan categóricos acabas reconociendo tu error de inmediato.

Lo raro sería que los afectados por las actividades delictuosas de ese tesorero imaginario no exigieran su despido fulminante y se personaran en el juzgado como acusación, porque no sólo es que tales conductas afecten negativamente a la imagen de un colectivo, sino que el perjuicio económico causado a sus miembros es evidente, dado que el dinero entregado bajo mano al comisionista se traduce inmediatamente en un sobreprecio del servicio realizado. ¿O es que alguien piensa que las comisiones pagadas por el fontanero, el electricista, el pintor y el resto de oficios salen de sus bolsillos? Naturalmente que no. Siempre que hay un convolutto el producto se encarece y lo que sorprende es que personas formadas pretendan creer que existen individuos, dueños de negocios en los aledaños del poder, a los que les encante regalar cientos de miles de euros a cambio de nada.

Si un líder político, Dios no lo quiera, se viera algún día en esa tesitura, actuaría de inmediato y con la máxima firmeza por muy amigo que fuera del tesorero, porque cuando uno depende del voto de los demás, estas cosas las cuida especialmente por una cuestión de mera supervivencia. Es lo menos que cabe esperar de alguien que aspira a presidir el edificio de La Moncloa. ¿O no?

El Comentario de Dieter Brandau - 23/06/09