miércoles, 8 de julio de 2009

Auschwitz es ahora

Gabriel Albiac en ABC

"Sucedió en Madrid. Hace ocho días. Auschwitz no es aquí cosa del pasado."

Mientras, otros preparan la bomba.

Decencia, please

Hermann Tertsch en ABC

"Las botas militares no pintan nada en el debate político. Ni en Honduras ni en Venezuela ni en Cuba. ¿Estamos de acuerdo? Pero llevamos varias jornadas de escabechina en Xingjian, en el oeste de China y nuestro embajador en Pekín se siente tan feliz y cómodo como si estuviera en La Habana."

Masiva

Alfonso Ussía en La Razón

"No duden que en estos momentos todos los miembros del Sindicato de la Ceja se hallan reunidos en la casa de Pilar Bardem redactando un enérgico manifiesto de protesta por el asesinato de doscientos musulmanes a manos del régimen comunista chino."

Economía y avaricia

Cristina López Schlichting en La Razón

"Me pregunto cuánto hago para que mis hijos adoren el bien, para que lo antepongan a todo lo demás (estudios, dinero, carrera, placer, viajes). Me he quedado colgada de esa última frase de la encíclica: «Aborreced lo malo y apegaos a lo bueno. Como buenos hermanos, sed cariñosos unos con otros, estimando a los demás más que a uno mismo». Suena a otro mundo."

Maldigo mi destino

Eva Miquel Subías en Libertad Digital

"Loquillo siempre ha tenido clara su defensa sin ambages de la libertad de elección lingüística y la crítica a porcentajes idiomáticos aniquiladores en las escuelas públicas, por poner tan sólo un pequeño pero gráfico ejemplo."

¿Nadie recurrirá la Ley de Educación de Cataluña?

Álvaro Vermoet Hidalgo en Libertad Digital

"La estrategia de Alicia Sánchez Camacho consiste en que el único partido nacional que queda en Cataluña presione para que no se defiendan los derechos de los catalanes castellanohablantes ante el Constitucional."

Prohibir los enlaces para salvar los periódicos

Daniel Rodríguez Herrera en Libertad Digital

La industria discográfica no es la única que se está muriendo por no saber encarar una difícil transición. Los grandes periódicos de papel también están sufriendo lo suyo. Sin embargo, y al contrario que otros afectados por internet, lo cierto es que no pueden culpar a la piratería de sus problemas. Tampoco es que los otros sí puedan, pero al menos es una excusa plausible. En cambio, los diarios se enfrentan a un cambio de hábitos, que ha sustituido el papel por la pantalla, y el notable incremento de competencia que ese mínimo cambio ha traído consigo.

El problema para los diarios no es el cambio de soporte. Al fin y al cabo, cuando bajamos al quiosco pagamos sólo una parte del coste de escribir, maquetar, imprimir y distribuir esos cachos de papel; el resto lo sufraga la publicidad. En internet los costes de impresión y distribución se reducen a la mínima expresión, de modo que los anuncios podrían seguir pagando lo que cuestan los contenidos. Pero claro, al haber desaparecido esos costes, las barreras de entrada a la cosa periodística son ahora ridículas y los periódicos se enfrentan a la competencia de, entre otros, ¡sus propios lectores!

Como siempre que sucede un cambio fundamental, una "destrucción creativa" de esas, las alternativas se reducen a dos grandes grupos: adaptarse o morir. Curiosamente la prensa, mayoritariamente progresista en todo Occidente, parece haber optado por olvidarse de Darwin y hacerse creacionista, con lo que se ríen de los yanquis por eso. Así, en todo el mundo se suceden demandas contra Google News por el pecado de poner a disposición de los usuarios los titulares de las principales noticias y ofrecer enlaces para leerlas en los medios que las publicaron. ¿La razón? Que Google gana dinero y "utiliza nuestros contenidos", según los editores de prensa. Sin embargo, el gigante californiano no hace nada que no hagan los propios periódicos, que se hacen eco (o deberían) de las noticias de sus competidores. Simplemente lo hace de forma automática.

En éstas estábamos cuando Richard Posner entró en juego. Para quienes no lo conozcan, que serán muchos, Posner es un jurista norteamericano de reconocido prestigio (pero de verdad, no al Bacigalupo modo) que al contrario que muchos de sus colegas algo sabe de economía, lo que por otra parte probablemente le haya cerrado las puertas del Supremo. Es un "Chicago boy", con todas las virtudes y los defectos que esa etiqueta conlleva. Tiene un blog que escribe a medias con el Nobel de Economía Gary Becker, en el que ambos exponen semanalmente su visión sobre un asunto. ¿Y cuál fue el de la semana pasada? La muerte de los periódicos.

Mientras Gary Becker lamentaba, básicamente por motivos sentimentales, la suerte funesta de la letra impresa, pero admitía que no había riesgos de muerte de la prensa dada la vitalidad que ofrecía internet, Posner parecía no creer que pudiera existir forma alguna de que pudiéramos tener periodismo sin periódicos. Convencido de que hacerse eco y enlazar a las noticias de otro medio es pernicioso para esos grandes diarios que son los únicos que crean contenidos relevantes, exponía dos soluciones, que mostraban su ignorancia del negocio: prohibir el enlace y la cita a los diarios o prohibir el acceso a contenidos protegidos por derechos de autor sin permiso de eso, del autor.

Seamos serios, todos los medios en internet quieren que la gente los enlace, porque es la manera de que se los lea más y, por tanto, ganar más dinero con la publicidad y tener suficiente para crear esos "contenidos diferenciales" que tanto le preocupan a Posner. Además, ya está prohibido acceder a las noticias que los medios quieran proteger, como demuestra el Wall Street Journal; otra cosa es que quieran, porque el diario neoyorquino es el único que ha tenido cierto éxito cobrando por parte de sus contenidos.

Pero el problema de Posner es algo más profundo. Al fin y al cabo, podría haber propuesto la obligatoriedad de enlazar con la fuente del contenido, que sería una medida más razonable dentro del entorno de la web, y que podría evitar casos de vampirismo que todos conocemos. Lo malo es que todas estas medidas son un ataque a derechos fundamentales, para cuya violación las conveniencias económicas no deberían ser razón suficiente. Y perder eso de vista parece ser desgraciadamente habitual para demasiados de los Chicago Boys. Es lo que tiene ser "experto" y "tecnócrata", que a veces se pierde de vista lo más importante.

Las consecuencias de no decir la verdad

Pablo Molina en Libertad Digital

Si todos los altos cargos que han aceptado alguna vez un regalo dimitieran nos quedábamos sin clase política, algo muy higiénico por otra parte dada la calidad de nuestros profesionales de la cosa pública. Pero no serviría de mucho, porque es dudoso que los sustitutos rompieran con la más arraigada tradición de nuestra democracia, en la que la única forma de hacer negocios con la administración es "llevarse bien" con el poderoso.

Lo que llama la atención en el caso de Francisco Camps es que haya sido tan ingenuo como para provocar él mismo la decisión del tribunal de llevarlo ante un jurado popular. El presidente de la Generalidad Valenciana no dijo la verdad cuando fue interrogado por la autoridad judicial, y ningún juez acepta de buen grado que le mientan a la cara. Camps ha sostenido todo este tiempo que él personalmente pagó los famosos trajes de corte italiano, pero hasta la fecha no ha podido demostrarlo. Al contrario, las evidencias recogidas en el sumario indican que jamás lo hizo. Si le hubiera dicho al juez "mire, Señoría, estos trajes me los regalaron, sí, pero esta mañana los he pagado (aquí tiene el recibo) y he ordenado al comercio que devuelva el importe a quien fuera que los pagase, que por cierto no sé quién pudo ser". Todo se hubiera saldado con una multa y Camps se habría dado un baño de multitudes a las puertas del juzgado, con miles de votantes emocionados y agradecidos al primer político de la Historia de España que reconoce un trinque y, además, lo devuelve. Coste económico siete mil euros incluyendo la multa; coste político cero.

Pero como ningún partido político admite que en sus filas haya personajes "regalados", es difícil que el PP, en última instancia una maquinaria de votos como el resto de formaciones, le hubiera permitido semejante acto de honestidad que hubiera evitado el pequeño calvario al que ahora se enfrenta su líder valenciano. Y además con estas temperaturas, bajo las cuales ni la más fina seda italiana te evita el sofocón.

En todo caso, lo más interesante de este asunto es que no se ha producido un trato de favor a cambio del regalo, como el mismo juez reconoce en el auto, por lo que no ha habido cohecho activo ni, en consecuencia, perjuicio para los contribuyentes. Por eso sorprende que en otros casos en los que las arcas públicas sí han sido saqueadas, las fiscalías sean tan remolonas y los jueces tan pacatos. España sigue siendo diferente. Si te regalan cuatro trajes vas a juicio, en cambio si regalas tú una televisión en abierto a los amigos o diez millonazos a la empresa de tu hija ganas las elecciones. Cosas de nuestro hecho diferencial, qué le vamos a hacer.

Tras el español, prohibirán los toros

José García Domínguez en Libertad Digital

"Como es fama, quienes festejan el Correbou de Cardona, al igual que cuantos participan en esos dos centenares largos de encierros que al año se celebran en Cataluña, todos, sin excepción, resultan ser oriundos de Australia."

Menores, criminales e impunes

Editorial de Libertad Digital

"Un adolescente puede no ser del todo consciente de las gravísimas consecuencias que pueden tener ciertos comportamientos temerarios. Apalear y degollar a una chica no es uno de esos casos."