domingo, 5 de diciembre de 2010

Cuando las barbas de tu controlador veas cortar...


En toda comedia hay un tonto o un malo que acaba llevándose todos los palos y en esta
tragicomedia llamada España, el papel, desde ayer, lo está representando a la perfección un "colectivo" (como se dice ahora): el de los controladores aéreos. Aparte de su comportamiento (no seré yo quien los defienda), cumplen con unos requisitos que los convierte en presa fácil del odio nacional: son pocos, muy bien remunerados y no tienen detrás a los sindicatos "de clase". ¿Puede alguién imaginarse al Gobierno socialista actuando así contra afilliados de UGT o CCOO? Por otra parte, el PSOE sólo sabe jugar "a la contra". Siempre tiene que tener algún enemigo. Y si no lo tiene, se lo inventa. El PP, la "derecha extrema", la Iglesia, los "homófobos", los "machistas"... Ahora le ha tocado el turno a los controladores, que se lo han puesto a huevo. Pero ya puede andarse con ojo don Mariano si no quiere que los golpes acaben en sus espaldas, que algunos ya le están rozando. Ha dado a entender un insigne socialista, el señor Zarrías, que el PP estaba detrás de lo que ha ocurrido o que sabía que iba a ocurrir (también ha dicho algo muy "significativo": "No caben medias tintas: o se está con el Gobierno y los ciudadanos o con los controladores." Lo que traducido viene a querer decir: "O estáis con nosotros o sus vais a enterar.") Me extrañaría, porque el PP lleva mucho tiempo que no se entera de nada. Y aquí el único que lo sabe todo es don Alfredo Losespañolesnomerecenungobiernoquelesmienta.

Calmas noches de otoño

José Jiménez Lozano en La Razón

Los Cabritos de la constelación del Auriga siguen siendo hermosos, y, por el simple hecho de que navegamos por la vida, nos llena de melancolía su ocaso por estas fechas de diciembre. Aunque es verdad que están ahí, luego, la maravilla azul de Sirio y el fulgor de Las Pléyades o Cabrillas para consolarnos. Platón decía que se nos habían dado los ojos para mirar incansablemente esos incandescentes cuerpos, y a lo mejor tenía razón, porque Platón era muy platónico, evidentemente, pero también tenía sus ramalazos de realismo enorme, y, cuando descendía hasta la política misma, por ejemplo, decía cosas como que en los regímenes demagógicos, pródromos de las dictaduras, los padres tienen miedo de sus hijos, y los maestros de sus alumnos, y entonces hay que estar tan sobre aviso y mucho más que cuando los Cabritos se ocultan, y poder así leer en los «Arcana Imperii», además de en las estrellas.

Por fin, un héroe

Ángela Vallvey en La Razón

Veo un vídeo grabado en el Metro de Madrid. Un hombre pierde el equilibrio en un andén y cae a las vías. Los demás pasajeros tratan de avisar al conductor del convoy que está entrando. De repente, otro hombre –un policía de paisano, creo– salta a las vías y logra arrastrar el cuerpo del accidentado. Le salva la vida dos segundos antes de que el tren, que no consigue detenerse, lo arrolle. Viendo esas imágenes, el corazón me da un vuelco y tengo la certeza de que ese héroe anónimo no sólo acaba de salvar una vida sino que ha salvado el mundo para mí. Y siento que aún hay esperanzas porque cada día se producen los milagros.

Descontrol y respuesta

José María Marco en La Razón

Las medidas de reforma económica tomadas esta semana tal vez hayan tranquilizado a los mercados, pero no resultan particularmente populares. En cambio, una respuesta fulminante y enérgica a una situación de emergencia nacional proporciona una excelente imagen: confianza, responsabilidad, liderazgo. (...) El Gobierno socialista, agobiado por su propio descontrol, ha dado un puñetazo en la mesa y ha dejado bien claro quién manda. Es posible que de aquí a las próximas elecciones nos esperen varios momentos intensos, como éste. Los socialistas todavía creen saber cómo se ganan unas elecciones.

Sobreactuación

Ignacio Camacho en ABC

¿No ha habido una sobreactuación política en la creación de una atmósfera de emergencia con el despliegue de coroneles por los aeropuertos como si estuviese a punto de producirse una invasión de alienígenas? ¿Es el estado de alarma una medida constitucionalmente aceptable sin mediar catástrofe natural ni desabastecimiento básico?

(...)

Salvo que el Gobierno sea mucho más desavisado e incompetente de lo que parece, que es mucho, resulta evidente que la regulación unilateral del horario de los controladores iba a crear problemas que nadie podía desconocer. Pese a ello, la decisión se mantuvo y se plasmó en una fecha crítica, con cientos de miles de viajeros a merced de cualquier contingencia en el puente festivo. La posibilidad de que esos ciudadanos hayan servido de tablero humano de un siniestro ajedrez político es inquietante y los convierte en rehenes no sólo de los controladores, sino del propio poder ejecutivo.

Estado de alarma y algo más

M. Martín Ferrand en ABC

En la crisis presente, en la que la ineficacia de Fomento ha requerido la intervención del Ejército, sería razonable la dimisión del titular de la cartera que, instalado en la astucia del ya veremos, da manotazos totalitarios para reparar unos daños a los que su departamento no es ajeno.

En ese inquietante barullo no se debe pasar por alto que el líder de la oposición, víctima en Lanzarote del desbarajuste aéreo, limitara su reacción a la de un viajero contrariado. En esa circunstancia y en su posición no basta con señalar la responsabilidad del Gobierno. Cabe exigir un plus de discurso y un apunte de solución que le jerarquice y sirva de pedestal en su propósito gobernante.

Muy mal

Alfredo Abián en La Vanguardia

Cuando un país se desespera por la acción de dos mil y pico civiles y tiene que recurrir al ejército y al Código Penal militar para meterlos en vereda, una de dos: o la crisis económica, pero también política y de autoridad, nos está conduciendo al delirio colectivo; o bien las torres de control aéreo se han convertido en refugio de células durmientes del PP que pretendían hundir al Gobierno, como sugieren algunos socialistas. En cualquier caso, estamos mal. Muy mal.



Supongo que lo de las "células durmientes" irá en tono irónico, de lo contrario formará parte del delirio colectivo. ¿Un PP maquiavélico? Qué risa.