miércoles, 17 de junio de 2009

Federico Jiménez Losantos, César Vidal y Luis Herrero presentan esRadio

El error de Obama

Gabriel Albiac en ABC

"Teherán respondió el lunes. Ni Ahmadineyad, ni el Consejo de los Guardianes, ni el Jefe espiritual Jamenei van a ceder un paso. Irán es una locomotora, lanzada sin frenos hacia la guerra. Nuclear."

Los chiringuitos de los partidos

Antonio Burgos en ABC

"¿Por qué el demostrado intervencionismo del Estado que nos ordena la vida y se nos mete hasta en el cuarto de baño cuando nos estamos duchando no se emplea a fondo para impedir la mangoleta de la chiringuitocracia de los partidos y deja tranquilos a los espeteros de las playas, que no le hacen mal a nadie ni se llevan el dinero de nadie?"

El ridículo

Hermann Tertsch en ABC

"Quizás el ridículo mundial lo tenga que enmendar un minúsculo país que se sabe el primer objetivo de la futura bomba iraní. Adivinen cuál."

Alegre a destiempo

Alfonso Ussía en La Razón

"De haber conocido Sabino Arana a Arantza Quiroga, el nacionalismo vizcaitarra no habría nacido. A Sabino le gustaba mucho la estética de su raza. Hasta la fecha, el orgullo sabiniano de la belleza lo representaba Anne Igartiburu, que ha cometido un error de alta gravedad y que puede impedirle ingresar en la nómina de las heroínas nacionalistas. Se ha enamorado de un torero."

Los pajines de Feijóo

Pablo Molina en Libertad Digital

El fichaje de Núñez Feijóo, para colaborar en el gabinete que asesora al responsable del departamento más importante de la Junta de Galicia, es un poco más modesto que los que tradicionalmente realiza el PSOE desde que los socialistas llegaron al poder en los años ochenta.

Servidor, que a mediados de aquella década era funcionario de carrera en una administración autonómica gobernada por el PSOE, tuvo como director general a un señor de diecinueve años (lo juro), cuyo principal mérito, aparte de ser "hijo de" y formar parte de la directiva de las juventudes socialistas, era su destreza en el juego del Tetris, a cuyo perfeccionamiento dedicaba duras sesiones de entrenamiento en un salón de juegos recreativos que había frente a las oficinas de la consejería. Trescientas mil pesetas de los años ochenta, era lo que los contribuyentes pagaban mensualmente a este joven de estado para que realizara muchas "políticas de juventud" y dinamizara los movimientos juveniles en los ratos que le permitía su principal ocupación: llegar al grado "Fuck Master" en el endiablado juego electrónico de encajar piececitas a toda velocidad.

No hemos avanzado nada. La juventud sigue siendo una "virtud" política en lugar de un grave defecto, y el hecho de haberse dedicado desde pequeñito a medrar en un partido un mérito curricular, en lugar de una perversión impropia de una edad en la que uno debería alejarse de la política todo lo posible para dedicarse a entender cómo funciona el mundo real, lo que en tiempos más civilizados se llamaba "hacerse un hombre de provecho".

Los pajines no sólo nos sacan la pasta sino que, además, nos quieren gobernar. Ignoro la valía de los consejos que este joven estudiante de derecho (¡anda, como Pepiño!) va a proporcionar al responsable gallego de Economía e Industria, pero a juzgar por los contenidos de su blog no parece que el rapaciño sea precisamente Manuel Pizarro. Mil eurazos mensuales, sin horario ni cometido concreto y pisando moqueta todo el día no es precisamente el puesto de trabajo que más se estila entre los jóvenes de veintiún años, pero es que no todos tienen una gran conciencia política desde la infancia, como le ocurre a los pajines de todos los partidos.

En todo caso, ante esta generación de políticos veinteañeros se abre un futuro lustroso, amarrados a la ubre presupuestaria hasta que a los cincuenta se encaminen hacia el cementerio de paquidermos del Parlamento Europeo para terminar de hacerse un capitalito. Si llegan a la treintena sin verse afectados por la corrupción no habrá más remedio que declararlos Padres de la Patria.

Un cauce para la libertad: esRadio

Editorial de Libertad Digital

"La información critica e independiente y la defensa de unos principios, que no se confunde con la de las siglas de ningún partido político, son las señas de identidad de quienes no se amilanan ante las presiones ni del gobierno ni de la oposición."