viernes, 20 de noviembre de 2009

Argumentos nos dé Dios

Si hay algo insoportable de los partidarios del aborto, aparte de su defensa de la aberración que supone extraer un embrión o un feto del vientre de su madre para que deje de vivir (matar creo que se llama eso), es lo rancio de sus argumentaciones. ¿Conseguirán alguna vez defender su postura sin atacar a la Iglesia católica? Ya sabemos que los curas son malos, muy malos. Son las brujas de nuestro tiempo. A estas alturas, ya habrá quien crea que se comen a los niños. Y hablando de niños, hay quien compara la lucha contra el aborto con los casos de curas pederastas, siempre generalizando. Claro que hay curas pederastas, pero también hay profesores y nadie dice que los profesores sean pederastas. Y si nos ponemos a comparar a lo bruto, el aborto es todavía más repugnante que la pederastia. ¿Comprenderá alguna vez esta gente que un feto o un embrión es un ser humano, pequeñito pero humano? Tan partidarios de la ciencia que suelen ser para otras cosas, en lo que concierne al principio de la vida les da igual lo que aquella diga.

Luego está eso tan archisabido de que "como se aborta de todas maneras, mejor que se haga dentro de la ley". Claro que sí. Y como la gente no deja de matarse, hay que legalizar el asesinato. Pero no es eso, es que esta gente no quiere que ninguna mujer vaya a la cárcel por abortar (el último en blandir tan brillante argumento ha sido el mismísimo Rodríguez, o sea El Mismísimo). Si es que no puede ser, las cárceles están llenas de mujeres que han abortado. ¿Verdad que sí?

Y por fin, tenemos El Argumento: el abortar o no debe ser una decisión libre que deben tomar las mujeres. Los padres de las criaturas aquí no pintan nada. El Estado sí, pero los padres a callar. Y algunos tan tranquilos, oiga, todo sea dicho. Que los padres y las madres de-hoy-en-día tienen hijos cuando les da la real gana. Eso sí, cuando los tienen, pocos, ya se encargan de malcriarlos. El Progreso que se dice.