lunes, 12 de abril de 2010

Es la mañana de Federico - 12/04/10 (esRadio-LDTV)

Gürtel, políticos, jueces

Gabriel Albiac en ABC

No existe en España soporte institucional de la división de poderes, desde que la Ley Orgánica de Felipe González puso en manos de los partidos la designación del Consejo General del Poder judicial y, con ella, la promoción profesional de los jueces. Garzón es la caricatura de lo que esa certeza desencadena. Que un juez intervenga las comunicaciones entre abogado y defendido, no sólo es un delito; es la destrucción del procedimiento judicial. La Albania de Hoxha lo hizo en modo más directo: puesto que el Estado socialista velaba por el bien y defensa del ciudadano, los abogados eran innecesarios; fueron abolidos. Violar la confidencialidad entre defensor y cliente es lo mismo. En más cínico. En el secreto de la comunicación con su abogado, el cliente debe contar todo: sobre eso reposa su relación. Si eso que cuenta es accesible al juez, ¿para qué el juicio? Gürtel puede poner a este país ante un dilema trágico: anular el procedimiento contra sujetos muy verosímilmente culpables, además de moral y estéticamente repulsivos... O... ¿O qué? ¿Juzgar y condenar sobre una instrucción viciada, que cualquier tribunal internacional -Estrasburgo, sin ir más lejos- declarará nula?

¿Qué pacto educativo?

Juan Manuel de Prada en ABC

Las ideas que a un ministro de progreso parecen interesantes ya sabemos cuáles son. Son las que, en sucesivas reformas educativas impulsadas siempre por ministros de progreso, han ido ajustando las clavijas de un proyecto monolítico que ha acreditado su fracaso, tanto académica como pedagógicamente, y cuyo objetivo final e irrenunciable consiste en completar una ingeniería social: postergación de las Humanidades, exaltación del igualitarismo y negación del principio de autoridad, utilización de la enseñanza como vía de adoctrinamiento e infiltración ideológica; a lo que en breve sumarán una asignatura de educación sexual, que es como finamente denominan la corrupción de menores. Contra tal proyecto de ingeniería social no hay consensos que valgan.

"He visto morir"

José Carlos Rodríguez en Libertad Digital

La escuela iba a ser el vehículo para implantar una nueva sociedad, que haría buenos los objetivos sociales de la izquierda. Se vistió de tolerancia la intolerancia con la moral tradicional. Y se ha vestido de libertad la imposición de nuevos valores. Con el nuevo sistema educativo tendríamos, entre otras cosas, menos violencia en las aulas. Lo que nos encontramos es exactamente todo lo contrario: una violencia que es experiencia común, aceptada e incluso filmada. Íbamos a ver más autonomía y libertad y lo que encontramos son dependencias tempranas a distintas sustancias. E íbamos a ver una juventud cada vez más preparada, y nos encontramos con que sus referentes intelectuales y morales son Crepúsculo y Harry Potter, y eso en el mejor de los casos. Todo un éxito, vaya.

Garzón, ese pájaro

Pedro de Tena en Libertad Digital

No es que haya utilizado la magistratura para fines inmorales; no es que haya usado su poder para vengarse de gente mala tal vez, pero necesitada como él ahora de la presunción de inocencia; no es que haya malusado las leyes y los procedimientos para joder al Partido Popular o al PSOE del señor X, sin miramientos; no es que haya desbaratado el Estado de Derecho para pisotear a quienes le incomodan. Es que quería dinero. Poderoso Caballero. Para ese viaje no hacían falta ni tantas alforjas ni tanta ideología. En dos tardes, Correa y algunos otros le hubieran puesto al tanto sin tantos aspavientos.

Patriotismo de partido

José García Domínguez en Libertad Digital

La más funesta de las lacras cívicas todas, el llamado patriotismo de partido; ese atavismo tan castizo que ordena juzgar los episodios de corrupción no por su propia naturaleza, sino por quién incurra en ellos. De ahí que la dirección del PP se sepa ahora relativamente impune, pase lo que pase con el sumario Gürtel. Tan impune como el felipismo tras aquella sucesión de escándalos que se saldaría al final con un coste electoral nimio, pese al atronador ruido mediático. Por algo, a imagen y semejanza de las tribus indígenas de la selva amazónica, los españoles damos prioridad a las voces "nosotros" y "ellos" por delante de los términos "verdad" y "mentira".  

La paz, para el futuro

Clifford D. May en Libertad Digital

En Camp David, en el año 2000, el entonces primer ministro israelí Ehud Barak ofreció a los palestinos secciones de Jerusalén Este en las cuales podrían establecer la capital de un Estado que también abarcaría el 100% de Gaza y el 95% de Cisjordania. El entonces líder palestino Yasser Arafat rechazó la oferta y puso en marcha una sangrienta intifada. En 2008, el entonces primer ministro israelí Ehud Olmert hizo una oferta similar. Ningún líder palestino mostró interés. El lema de los defensores del proceso de de paz podría ser: Viva y no aprenda.

Policía política

Agapito Maestre en Libertad Digital

Es imposible analizar el desmontaje del Estado de Derecho llevado a cabo por Zapatero en los últimos seis años sin la colaboración de un sector de la policía. Un futuro historiador de la sedicente democracia española estudiará este desmontaje recurriendo a fuentes diversas, pero jamás podrá dejar de estudiar cuál fue el rol que desempeñó la policía.

Cebando a la bestia

Juan Ramón Rallo en Libertad Digital

Están cebando a la bestia tanto como pueden. El problema para los ciudadanos es que el estómago del Estado no tiene fondo y sólo deja de comer en el momento en que ya no le queda nada que echarse a la boca. Cuando nos vuelvan a aumentar los tributos, tenga en mente que su única finalidad es la de financiar la cruzada ideológica de Rodríguez y compañía. Lo que Blanco llama "desafíos como país" y que, en realidad, no es más que añadir grasa al Estado a costa del músculo de familias y empresas.

iPads y coches eléctricos

Borja Prieto en Libertad Digital

Si la apuesta de Apple sale bien, unos cuantos afortunados tendrán un dispositivo útil, que les compensará el precio pagado por él. Otros fabricantes verán una oportunidad de negocio, y ofrecerán productos parecidos, más baratos, o con más prestaciones, con lo que todos los interesados en esa tecnología ganaremos. A los demás no les costará un céntimo. Si sale mal, sólo Apple perderá. En el caso de los coches eléctricos de Zapatero, casi todos hemos perdido antes de empezar a comprarlos, porque pagaremos una parte, queramos o no. Ganarán unos cuantos fabricantes, que tal vez no los hubieran vendido sin la subvención, y ganarán los que decidan comprarlo aprovechando que sus vecinos están obligados a pagar una parte del capricho.

El coche fantástico

Gabriel Calzada en Libertad Digital

Uno puede pensar que han vencido su aversión a la libertad que permite el coche porque puestos a tener coches, el eléctrico respeta más el medio ambiente. Sin embargo, la energía que requerirá cargar las baterías necesitará de la contribución de centrales eléctricas, muchas de las cuales emiten el denostado CO2 y gases contaminantes. Además, las propias baterías son un problema medioambiental. La respuesta está en lo que el gran economista Ludwig von Mises llamaba la dinámica del intervencionismo. Las enormes ayudas públicas a las energías renovables han hecho proliferar hasta tal punto las placas solares y los molinos eólicos que han puesto en serio riesgo la viabilidad técnica y financiera del sistema eléctrico español, según reconoce el propio Ministerio de Industria. Uno de los problemas de estas energías es que producen según el viento y otras variables meteorológicas y no cuando la gente quiere consumir. Por ejemplo, suelen producir electricidad por la noche, cuando nadie la demanda. En lugar de dar marcha atrás, a Zapatero se le ha ocurrido apuntalar los molinos haciéndonos consumir electricidad cuando sople el viento. ¿Cómo? Teniendo que recargar las baterías por la noche. Así es como Zapatero pretende que su coche fantástico, que nos va a costar un ojo de la cara a los españoles, rescate sus fantasiosas aspiraciones energéticas.

Economía, Estado y personas

Carlos Rodríguez Braun en Libertad Digital

Cuando vemos nuestro mundo, donde los Estados alcanzan cotas inéditas de intervencionismo, cuando el gasto público supera el 40 % del PIB y las regulaciones se extienden por doquier, la pregunta es: ¿qué entiende el señor Pigem por "supeditarlo todo a la economía"? Si esto es la economía ¿qué será para él la política?