Fernando López Luengos en Libertad Digital
La rabia con la que se ha intentado imponer en el sistema educativo el relativismo como única moral admisible es proporcional a la sinrazón de legitimar la muerte del no nacido invocando el derecho de una mujer desesperada, y proporcional también al intento de justificación de un suicida depresivo. Legislar estos supuestos es convocar a los médicos a aprender el "arte" de matar, a los psiquiatras el "arte" de desasistir a los depresivos y a los docentes el "arte" de adoctrinar ideológicamente.