viernes, 19 de marzo de 2010

La asignatura y la malfollá

Cristina Losada en Libertad Digital

Y aún se pregunta la gente para qué sirve el Ministerio de Igualdad. La respuesta está en la telebasura y en el PSC, no necesariamente sinónimos. Uno de sus concejales, indignado por la entrevista que la directora de TV3 le practicó a Montilla, ha escrito "en caliente" que "está mal follada". De lo contrario, no podía ser "tan mala persona, tan tendenciosa, tan faltona, tan cínica y tan despectiva hacia su presidente". O sea, que para desplegar el mimo y el cariño que el PSC espera de la prensa, a esa periodista le hace falta un buen macho, amén de un cursillo y un mapa. ¿Habrá iniciado Aído los protocolos? Igual da. Escandaloso es el mensaje implícito. Que el poder no admita de la prensa otra conducta que la del lamebotas.  

Crónica de una llamada

Pilar Rahola en La Vanguardia

La campaña de descrédito que está sufriendo [Fernández de la Vega] desde hace semanas, ¿viene de las hordas enemigas? ¿O es un insistente, destructivo y eficaz fuego amigo? Nada, lo de las aguas revueltas de la política, y los pescadores de cargos que se aprovechan…

El tuenti y el feisbu

María José Navarro en La Razón

En Madrid, el Grupo Socialista en la Asamblea regional está preocupadísimo. Está ciertamente atribulado después de enterarse de que el Defensor del Menor de la Comunidad se ha fabricado un perfil falso en Tuenti para controlar a sus hijos. Dicen los socialistas que Arturo Canalda tiene que explicar qué es eso de hacerse pasar por menor siendo tan mayor y de paso añaden que ése es el reflejo de cómo están las instituciones de Esperanza Aguirre. A la chiripitifláutica zozobra socialista ha venido a sumarse la desfachatez de IU, que le ha pasado unas recomendaciones a Canalda en su faceta de padre. Para darse chocazos contra una esquina. Por si faltaba diversión, la red social de marras anuncia que le borra el perfil falso a este buen señor, y lo hace con la actitud de un selecto club de fumadores de puros, olvidando, por cierto, que no es más que una sucesión de chorradas en cadena.