miércoles, 14 de julio de 2010

Debate de altura

Un diputado socialista llama "maricón" a Rajoy

Nos cueste lo que nos cueste

Zapatero: "Voy a seguir, cueste lo que cueste y me cueste lo que me cueste"

Jugar a ser feliz

Gabriel Albiac en ABC

Todos mis amigos saben que me aburre el fútbol. Pero no era fútbol, esto. Era la rara afirmación de que se puede ser feliz. Con poca cosa. Aun para el pascaliano animal mortal, muriente y muerto. Y supe que está bien que a veces pase.

Estado de desapego

Ignacio Camacho en ABC

La Copa del Mundo ha inyectado autoestima en el cuerpo ciudadano y ha sacudido el derrotismo de una nación resignada al sufrimiento histórico, pero también ha manifestado la falta de sintonía entre las aspiraciones de la gente y las de su dirigencia. Mientras el pueblo se ha agarrado con fuerza a los lazos de solidaridad emotiva e integración nacional que ha propiciado la épica gesta futbolera, la clase política se empeña en acentuar el divisionismo y la fragmentación a contracorriente de la opinión colectiva.

La Roja y el rojo

Ángela Vallvey en La Razón

La llaman «La Roja», a la selección española. Me ha sorprendido lo estupendos que son los chavales que la componen, su concepto de equipo tan sofisticado, pero disciplinado y natural, la ausencia de egos en sus filas, lo sanos que se les ve, libres de envidias, rivalidades y malos rollos entre ellos. Son el ejemplo de una juventud trabajadora, con sentido de la unidad, desprejuiciada, amistosa, hermosa, triunfadora. Hacen una piña, se les nota en los gestos que se tienen afecto, que son conscientes de que, lo que hacen, no podrían conseguirlo solos, de uno en uno, sino que forman parte de un cuadrilla bien ensamblada, una máquina tan poderosa que ni la eficacia alemana ni la marrullería holandesa los pueden parar. Han hecho historia futbolística. Y le han llevado la copa triunfal a ZP que, si pasa a la historia, desde luego no será por poseer las mismas cualidades que «La Roja» (unión, elegancia, compromiso, talento, eficacia, sobriedad... Etc.).
 


¿Hay que comprender?

Quim Monzó en La Vanguardia

Que alguien llegue al punto de decidir cambiar de sexo para escapar a la obligación de tener que casarse con quien no quiere sería un argumento fenomenal para una película –con Antonia San Juan de protagonista, por ejemplo–, porque lo de casarse a la fuerza es una tragedia cotidiana en buena parte del mundo. Yo, entre secuencia y secuencia, insertaría –en plano medio corto– imágenes de un conformista que, mirando a cámara con expresión bondadosa, recitaría: "Hay que comprender su cultura...". Y luego: "Hay que comprender la dificultad de adaptarse a nuevas costumbres...". Y más tarde: "Hay que comprender la postura de la familia...". Aunque, ahora que lo pienso bien, para describir mejor su empanada mental casi que sustituiría al actor por un autómata.

El chavismo en España

Ignacio Cosidó en Libertad Digital

La corrupción es sin duda un problema político en España que, según los datos de la Fiscalía, afecta en mayor medida al PSOE que al PP. Sin embargo, operaciones como la ejecutada estos días en Alicante intentan trasmitir la falsa impresión a la opinión pública de que es el PP la principal fuente de la corrupción en nuestro país. Los sucesivos fracasos cosechados hasta ahora por el Gobierno en esa estrategia no desalientan a un Rubalcaba que considera la criminalización del principal partido de la oposición como la única tabla de salvación tras el naufragio económico del Gobierno de Zapatero. Hasta las próximas elecciones todas las instituciones gobernadas por el Partido Popular serán escrutadas por la lupa de Rubalcaba, mientras los escándalos más numerosos y graves que acumula el PSOE serán silenciados y tapados por todos los medios posibles desde el Ministerio del Interior.

La falacia de Moratinos

Juan Morote en Libertad Digital

El destierro que se impone a los disidentes hará que dejen de temer por sus vidas cada noche. Cuando apaguen la luz no habrá un esbirro de los Castro rondando su celda. En cambio, seguirán temiendo por la vida y por la libertad de sus seres queridos, porque serán el próximo objetivo de la red de delatores y policías del régimen socialista cubano. Cada llamada de teléfono les llenará de congoja. Su angustia seguirá mientras la democracia no sea una realidad en Cuba, aunque supongo que esto tampoco lo entenderá Moratinos.

Violento final

GEES en Libertad Digital

El momento escogido para los atentados tampoco ha sido casualidad. Al Shabaab y otras milicias radicales prohibieron en Somalia ver los partidos de fútbol por la televisión a población de las zonas bajo su control, por considerar que iba contra el Islam y encarnar valores que desprecian. Qué mejor momento que esperara la final del Mundial, seguida por miles de millones en todo el mundo. Algunos expertos en terrorismo sospechan además que Uganda no era el objetivo primordial, sino el plan B de un atentado mucho mayor impulsado por Al Qaeda en la propia Sudáfrica y que por motivos de seguridad no se ha podido llevar a cabo.

La farsa del Debate de la Nación

Agapito Maestre en Libertad Digital

Al lado del beso del portero de la selección nacional, Iker Casillas, a su novia, la periodista de Telecinco, Sara Carbonero, el resto de la vida, incluida la política, suena a farsa. A engaño. El ósculo espontáneo, alegre y auténtico de Iker a Sara es la feliz expresión de la educación sentimental de todo un país. El resto es sombra. Deambular de un engaño a otro. Pongamos el caso de hoy: la "política" española, esa voraz voluntad de la casta política por agotar la vida pública en beneficio propio, volverá a ser este miércoles, 14 de julio de 2010, una gran farsa. El Debate de la Nación pasará sin pena ni gloria para los españoles, sencillamente, porque le faltará lo fundamental: los parlamentarios españoles no tienen voluntad de ser reales.

Más multas contra el español

José García Domínguez en Libertad Digital


Basta con entender apenas un párrafo de Argumentos para el bilingüismo, lúcido ensayo de Jesús Royo Arpón, para descifrar al punto el enigma lingüístico catalán. En concreto, éste:

El idioma, que estaba en las últimas y a punto de ser abandonado como un trasto inútil, de repente se tornó muy útil: funcionó como marca diferencial entre los nativos y los forasteros. Y eso, evidentemente, tenía consecuencias en cuanto al reparto de los bienes sociales, o sea, del poder (...) Los que tenían el catalán como lengua materna comenzaron a valorarlo como una marca entre ‘nosotros’ y ‘ellos’. Y el inmigrante lo valoraría aún más, como el medio para ascender un peldaño en la escala social.

Así de simple. Así de triste.