lunes, 26 de julio de 2010

Más antisemitismo con dinero público

GEES en Libertad Digital

¿Mediante qué mecanismo el dinero que los españoles pagan con sus impuestos va a parar a mediáticas denuncias en la Audiencia Nacional? ¿Cómo el dinero destinado supuestamente a ayudar a los más necesitados se acaba destinando a violentas campañas publicitarias contra Israel y de apoyo al régimen genocida de Hamás? Puede ser legal utilizar la devaluada Audiencia Nacional para denunciar lo que uno considere apropiado, aunque lo sea por quienes están más cómodos con Hamás que con un gobierno occidental; lo que no lo es, es que el soporte sea el dinero de todos los españoles. No es escandaloso que los activistas de la flotilla presenten las denuncias que crean oportunas; lo que sí lo es, es que sus organizaciones se lleven el dinero que podría ir a parar a proyectos verdaderamente cooperantes y humanitarios. Urge un control para saber a quién y para quién van a parar los fondos públicos. Una cosa es que éstos se dediquen a organizaciones dedicadas a la construcción de canalizaciones, casas, escuelas, o a la alfabetización de niños y adultos, y otra bien distinta que millones y millones vayan a parar a grupos de activistas caracterizados por hacer propaganda de la violencia contra razas o pueblos, que además han mostrado su voluntad de volver a llevar la tensión y el enfrentamiento a aguas israelíes.

¿También lo ponemos "en contexto"?

Hamas instaura una "policía moral" en Gaza contra mujeres y homosexuales

Los "contextos" de Stone(face)

Oliver Stone dice que el "lobby judío" impide poner a Hitler "en contexto"

Lo que habrá que poner "en contexto" es la inteligencia y la catadura moral de este personaje. Por no hablar de sus películas, esos tostones...

La prohibición de los toros

Juan Manuel de Prada en ABC

Preguntado por los chavales de los colegios sobre mis aficiones, cuando les mencionaba los toros, percibía en sus rostros los estragos del horror, y en sus labios una mueca de ofendido pasmo que no hubiese sido mayor si les hubiese dicho que me gustaba torturar niños para después comérmelos crudos. Esos chavales en quienes se inculca, mediante una propaganda emotiva, la aversión a los toros, son quienes en verdad deberían preocuparnos; porque lo peor no es que unos insensatos se quieran engañar, sino que sus insensateces, divulgadas con altavoces, acaben imponiéndose entre españoles a quienes se les está enseñando —de forma sibilina, pero imparable— a odiarse a sí mismos.