lunes, 1 de marzo de 2010

Rafael de Penagos

Juan Manuel de Prada en ABC

Si la poesía fuese una ciudad, con sus avenidas de estruendo y sus callejuelas tortuosas, la poesía de Rafael de Penagos sería una plaza. No una plaza de arquitectura apabullante, pensada para las arengas y el tráfago vocinglero, sino más bien una plaza recoleta, hasta la que sólo llegan los paseantes más ariscos de los caminos trillados; una plaza bendecida por el sol, serena de jardines, huida del asfalto, donde aún es posible ensanchar el alma. 

Un asesinato muy común

Gabrial Albiac en ABC

«En Cuba no hay más que presos comunes», reza el dogma oficial. No miente. En Cuba no hay más que presos. Comunes. Matiz de puntuación. Cuba es el común presidio de los hermanos Castro. Gracias al cual, entre otras cosas, un puñado de empresarios turísticos españoles se embolsa una bonita pasta, sangrando mano de obra presidiaria, en hoteles robados a sus propietarios. Si alguien quiere explicarse la solidaria tolerancia española hacia esa rancia dictadura, no tiene más que hacer la lista de sus nombres, influencias y beneficios. No son tolerantes. Son cómplices. También, en el asesinato de Orlando Zapata. Aunque en sus caros trajes no salpique la sangre que mancha a los carniceros. Para la casquería, ya están los Castro. Además, les gusta.

En Cuba, de nuevo el silencio

Gina Montaner en Libertad Digital

A primera vista uno pensaría que los hermanos Castro habrían preferido no pagar un coste político frente a la Unión Europea y otros gobiernos del mundo que no han tardado en condenar la más reciente violación de los derechos humanos en la isla. Pero eso obedecería a un pensamiento lógico, alejado de la sintomatología de una mente asesina. Tratándose de estos dos sujetos, la cuenta que sacan les proporciona beneficios: la indignación por el fallecimiento de Zapata Tamayo se difuminará en cuestión de días. En un par de semanas pocos recordarán el desgarrador testimonio de su madre, Reina Luisa. Y, sobre todo, una vez más demostraron que pueden contener el menor estallido de insurrección popular propagando el terror desde la Habana hasta Banes, la localidad donde fue enterrado el opositor.

TDT

José Carlos Rodríguez en Libertad Digital

Hubo un tiempo en que al grupo Prisa le bastaba sacar la chequera para comprar a sus competidores, como hizo con Antena 3 Radio. Se mueve bien en el mundo de las licencias ("no hay cojones en España para negarme una televisión"), donde se comercian favores políticos. Eso sí que es la "técnica de ocupar y expulsar" de la que habla Gutiérrez-Rubí. Con la TDT la oferta es muy amplia, mucho más de lo que desearía este experto en comunicación. Y en internet, el otro objeto de su diatriba, ni siquiera hay licencias. Tú llegas y creas un periódico sin permiso de la autoridad. Un escándalo. El hecho de que cuanto más libre ha sido la creación de medios de comunicación, más lugar haya habido para el centro derecha en España, que eso es lo que refleja el artículo, es el motivo de tanto encono.

Titulares con plumero

Emilio Campmany en Libertad Digital

Una de las muchas cosas que no entienden los socialistas, da igual que sean leguleyos o plumillas, es que la ley es general. Y que, como es general, cuando se hace una para utilizarla en el propio beneficio, resulta que puede venir otro y emplearla para lo mismo. Dicho de otro modo: las leyes son un sitio en el que donde las dan, las toman. Eso es lo que ha ocurrido con la reforma del Poder Judicial que inconstitucionalmente impuso Felipe González con el fin de colocar en la cúpula judicial a gente de su cuerda. Cuando llegó el PP al Gobierno hizo lo mismo recurriendo a la misma ley. Y ahora viene El País a quejarse de que en el Supremo hay demasiados jueces conservadores. Llegará el día en que pretenderán que la ley diga que, para estar en el Supremo, hay que ser socialista viejo y estar avalado por cinco militantes del PSOE. Capaces son de proponerlo.

¿Se nos está rebelando la Naturaleza?

Gabriel Calzada en Libertad Digital

La naturaleza es y ha sido siempre tremendamente dura para el hombre. Sin embargo, la inteligencia humana nos ha permitido adaptarnos y adaptar el medio en el que vivimos para que nuestra relación con la naturaleza sea, en general, más segura y armónica. Sin embargo, quienes han convertido su oficio en hacernos creer que el capitalismo y el progreso socioeconómico es una especie de pecado, no soportan la idea de una naturaleza que destruye y mata sin otra razón que no sea eminentemente física o, si lo prefieren, natural. Sus ideas se han colado hasta tal punto en el ideario popular que periódicos como El Mundo titulan y califican el desastre chileno (y las borrascas ibéricas) de "rebelión global de la Naturaleza". ¿Contra quién se supone que opone resistencia o se subleva la Naturaleza? Contra el ser humano, está claro. ¿Y por qué? Por habernos atrevido a desarrollar nuestras sociedades y superar la etapa en la que íbamos en taparrabos.

La "rebelión" de la Naturaleza

José García Domínguez en Libertad Digital

Ya lo auguró el viejo Chesterton con lúcido sarcasmo: "Lo malo de que los hombres hayan dejado de creer en Dios no es que ya no crean en nada, sino que ahora están dispuestos a creerse cualquier cosa".

Explíquenselo a las viudas de los cinco bomberos catalanes que tuvieron que poner en juego –y perder– sus preciosas e irremplazables vidas por culpa de un simple y estúpido bosque. Porque si hasta los estertores mismos del siglo XX, la Historia, así con mayúscula solemnidad, dispuso de su propio Comité Central, el que condenaba o absolvía a los humanos según soberano e inapelable designio, ahora, su altar vacío vienen a ocuparlo todas las máscaras posibles de la Pachamama. He ahí los Na´vi de Avatar, diseñando ya las portadas de la prensa madrileña.

Haití liberal

Carlos Rodríguez Braun en Libertad Digital

Haití no sólo demuestra el fracaso del intervencionismo sino de una de sus criaturas más apreciadas: la ayuda exterior. El país ha recibido cuantiosos fondos desde el extranjero, y Theodore Dalrymple recuerda en el último número de Actualidad Económica que en Haití hay 10.000 ONGs, una por cada 800 habitantes. La mayor parte de las ONGs, al revés de lo que su nombre indica, son gubernamentales y se nutren del dinero de los contribuyentes. Su fracaso, por tanto, tampoco cabe atribuirlo a ese supuesto liberalismo que algunos fantasean con que ha imperado en Haití.

La diferencia crucial entre Haití y Chile

Editorial de Libertad Digital

Si tras el terremoto Haití se vio sumida en el caos total, hasta el punto de que tuvieron que ser los marines estadounidenses los que restablecieran el orden, en Chile ha sido el propio Gobierno el que ha tomado la iniciativa y ha tratado de estabilizar la situación. Con mayor o menor éxito, parece claro que, en el mejor de los casos, el auxilio de países extranjeros no habría tenido en este caso resultados muy diferentes a los logrados por las propias autoridades nacionales.