miércoles, 30 de junio de 2010

Eficacia constituyente

Gabriel Albiac en ABC

El alma de una Constitución no está en ninguno de sus artículos. Está en los Preliminares que, al definir la nación que opera como sujeto constituyente, fijan el límite para las sucesivas Constituciones, a lo largo de las cuales un pueblo permanece mientras sus normas cambian. La «nación catalana» del Prólogo del Estatuto no tiene «eficacia jurídica», en la medida misma en que concentra en sí toda la eficacia constituyente. Si Cataluña es una nación, el sujeto fijado por la Constitución de 1978, la nación española, ha dejado de existir, y la Constitución con ella. Y no queda ya más que convocar nuevas Cortes Constituyentes.

Spain is not Catalonia

Pablo Molina en Libertad Digital

Quién nos iba a decir que un día acabaríamos apoyando las tesis soberanistas de Carod Rovira y el resto de la muchachada separatista, pero el hecho es que, desde ayer, muchos españoles apoyamos entusiásticamente el proyecto soberanista catalán. Más bien el propósito independentista español, pues en la tesitura actual lo más apropiado es que España se independice de Cataluña y así todos contentos.

De esta manera el resto de España no oprimiría a los jardineros de ERC, ahora con cochazo oficial y un sueldo diez veces mayor de lo que corresponde a sus merecimientos académicos, ni al resto de la clase política catalana, que ha hecho del agravio constante una letanía cansina con que justificar el latrocinio de los fondos comunes.

La iniciativa de independizarnos de Cataluña puede parecer injusta hacia los catalanes que quieren seguir siendo españoles. Tal vez lo sea y es una pena, pero lo cierto es que a muchos nos preocupan bastante más nuestros hijos, condenados a financiar durante toda su vida las francachelas de unos políticos regionales de los que sólo van a recibir el insulto y el menosprecio como pago. No estamos dispuestos a que nuestros descendientes paguen los pecados de un sistema que no eligieron, ni a que tengan que abonar la diferencia resultante para que Cataluña permanezca en un lugar de la clasificación financiera de las comunidades autónomas que no le corresponde por culpa del latrocinio y la locura estrambótica de sus dirigentes. Tampoco queremos que nuestros hijos vivan en un país que trata a una de sus regiones como si de otro Estado se tratara, negociando transferencias e infraestructuras de forma particular a despecho de la solidaridad entre todos los españoles tal y como establece la constitución, desde ayer derogada "por la fuerza vinculante de los hechos", que diría un famoso vendedor de informes jurídico-políticos al mejor postor.

Si es cierto que Cataluña se ve abocada al atraso secular por culpa de la rémora que le supone pertenecer a España, lo más apropiado es que se convierta de una vez en un Estado independiente, con su deuda pública, sus productos sujetos a los aranceles y cupos de la Unión Europea y el molt honorable Josep Montilla de comandante en jefe de sus fuerzas armadas.

Como la constitución del 78 no existe desde ayer, ni siquiera sería necesario guardar las formas previstas para su transformación. En todo caso, después de la sentencia del Estatut, el Tribunal Constitucional es muy capaz de confirmar "con eficacia jurídica interpretativa" que la secesión de un territorio es perfectamente factible de acuerdo con la carta magna.

Y después de Cataluña el resto de las regiones que quieran seguir sus pasos. No hay que escandalizarse ni recurrir al sentimentalismo histórico para evitar lo que ya es inevitable. Se trata únicamente de una decisión utilitarista. Estamos hartos de pagar y que nos insulten, y no estamos dispuestos a que nuestros hijos soporten también esa humillación. Spain is not Catalonia. Buen viaje, buena suerte y el último que cierre el gas.

Culo veo, culo quiero

Juan Morote en Libertad Digital

El lenguaje de los nacionalistas es asumido por quienes en teoría no lo eran. Hoy han salido miembros del gobierno valenciano a la palestra para decir que la Comunidad Valenciana no va a ser menos y que para eso se introdujo la denominada "cláusula Camps". Son razones poco sólidas. Si el PP sostenía ayer que el Estatut era inconstitucional de cabo a rabo, era porque tras un estudio de la norma habían llegado a la conclusión de que su contenido suponía un ataque a la nación española, como conjunto único conformado por todos y cada uno de los ciudadanos españoles. Si los populares argumentaban que el Estatut creaba ciudadanos de primera y de segunda, no dejará de hacerlo porque el constitucional haya evacuado una sentencia sólo comparable a la de Rumasa.

Una nación es una nación, es una nación

José García Domínguez en Libertad Digital

Absolutamente todos los habitantes de Cataluña habrán de acreditar pericia en la lengua vernácula, excepto los señores jueces y magistrados, claro está. Corporativismo se llama la figura. Y tampoco conoce patria.

Es Zapatero

Agapito Maestre en Libertad Digital

Zapatero, ese tipo curioso que algunos daban por amortizado, empieza a resucitar. Es el destino del listillo, del político-basura, que está en el sitio oportuno en el momento elegido. Zapatero aún dará mucho que hablar. Es el producto mejor destilado por un perverso sistema político, que algunos llaman despectivamente "régimen de derecho" y otros insultan, con sobradas razones, con la expresión "democracia morbosa". Un sistema encanallado, que hace de lo anormal algo ordinario, sólo puede estar liderado por un ser como Zapatero. Él, en efecto, es el responsable de las medidas "represivas" y de los "recortes" salariales, pero los sindicalistas salvajes le montan el pollo a los modositos del PP. He ahí una de las claves de lo que viviremos a partir de septiembre.

A la calle

Juan Ramón Rallo en Libertad Digital

Al menos Kant exigía que prevaleciera la justicia para aceptar que reventara el mundo. Otros parece que tienen bastante con llenarse el bolsillo a fin de mes a costa de unos madrileños a los que machacan inmisericordemente tan pronto como se les toca el fuero. Mientras la maquinaria estatal cuente con gas suficiente para seguir extrayendo sus emolumentos de una economía moribunda, poco les importa que tengamos cinco o diez millones de parados y que el Estado impague o no a sus acreedores. Mientras prevalezca la injusticia –sus privilegios– el resto del mundo puede irse al carajo. Va siendo hora de que noten algo del frío que hace ahí fuera causado, entre otros motivos, por la hipertrofia de un sector público que ellos contribuyen a consolidar.

Necesitamos a una Reagan

Editorial de Libertad Digital

La Comunidad de Madrid debe mantenerse firme y no ceder en ningún momento. Necesitamos a un Reagan o a una Thatcher que devuelva un poco de cordura a este país. De momento, Esperanza Aguirre no parece haber caído en la tentación típicamente arrioliana o gallardonita de sacrificar el bienestar de los ciudadanos en beneficio de los grupos de presión y de la dictadura de lo políticamente correcto. Esperemos que no cambie de opinión. Muchos madrileños, sobre todo los de filiación más liberal, la votaron precisamente para que haga lo que está haciendo: defender a los ciudadanos de la rapiña política y sindical.