sábado, 10 de abril de 2010

Un poco de "memoria histórica" (reciente)

¿Dónde estaban los defensores de Garzón, dónde los firmantes de manifiestos "profesionales" cuando el juez quería procesar al jefe de los GAL? ¿Dónde estaban los "intelectuales" y manifestantes "profesionales" (siempre contra el PP, eso sí), los del "No a la guerra", los del "Nunca mais", cuando ETA mataba un día sí y otro también? ¿Dónde?

Si Israel cae

GEES en Libertad Digital

Tras el fin de la era Bush, el Estado judío es el único occidental dispuesto a defenderse y defender la democracia mediante el uso de la fuerza. Sólo Israel se interpone entre los misiles iraníes y las capitales europeas, más preocupadas en polemizar sobre el Papa y en reconocer matrimonios homosexuales que en evitar un hongo nuclear sobre ellas. Que nadie se llame a engaño: la única esperanza occidental está en la tradicional determinación histórica del pequeño país mediterráneo. Si los israelíes no solucionan el problema iraní, garantizando su supervivencia y nuestra tranquilidad, nadie más lo hará. A estas alturas, sólo Israel puede salvar a Europa de los misiles iraníes.

¿Por qué se odian tanto a sí mismos?

Pablo Molina en Libertad Digital

El progre es un ser humano con una terrible mala conciencia que intenta lavar a toda costa con el dinero de los demás. Esto es suficientemente conocido y, de paso, aceptado por los que pagamos impuestos, de los cuales brotan las nutricias subvenciones que permiten a estos clérigos laicos soportar los rigores del capitalismo salvaje que tanto denigran en sus discursos.

Pero tal vez porque en sus tiernos cerebritos queda alguna capacidad de autocrítica, últimamente nos enfrentamos al fenómeno de que ni siquiera viviendo del esfuerzo ajeno están contentos. Necesitan justificarse de alguna manera ante las masas depauperadas que sufren el sistema social que ellos enaltecen constantemente, y eso les produce una quemazón moral que ya sólo subliman a base de chorradas cada vez más lamentables.

Un progre "avant la lettre" como Toledo se avergüenza de ser rico en un país capitalista. Le encanta tener una vida regalada, claro, pero preferiría disfrutarla en un país comunista. El problema es que sólo una elite muy reducida de las tiranías marxistas pueden permitirse los lujos que disfruta la clase media occidental, y tampoco es cuestión de emigrar al paraíso socialista para pasar unas décadas escalando posiciones en el organigrama del partido comunista, tan proclive a las traiciones y a meter en la cárcel, acusado de traidor, al trepa incómodo que amenaza los privilegios de otro camarada con mejores contactos. Demasiado riesgo para un señor que ya frisa los cincuenta almanaques.

El progre a la violeta que se queda en el odioso occidente capitalista siente entonces una mayor necesidad de justificarse ante no se sabe quién, pero la constatación de que actúa exactamente al contrario de lo que pregona le lleva a un grado de esquizofrenia notable, en cuya clave hay que entender el espléndido grado de gilipollez de sus constantes declaraciones públicas.

Ni siquiera un actor español puede creer sinceramente que los cubanos viven en un paraíso, mientras los europeos nos debatimos en una agonía existencial provocada por el consumismo. Es sólo que nuestros progres se odian a sí mismos por no tener los cojones suficientes como para ordenar su vida de acuerdo a las premisas que intentan imponer a los demás. Un asunto muy feo que, espero, no llegue a afectar a su trabajo. El cine español es tan excelso que un bajón anímico de sus primeros espadas provocaría un desastre mundial. Willy, cuídate y disfruta de la vida, tronko. Total, con Zapatero en el Gobierno, al capitalismo en España le quedan dos telediarios.

Los irresponsables del INEM

Antonio José Chinchetru en Libertad Digital

Como ocurre cada semana, la última columna de Daniel Rodríguez Herrera es inteligente y está bien escrita. Esto, como siempre, se le agradece. Y como me sucede en muchas ocasiones, mi primer pensamiento al comenzar su lectura fue que "me ha vuelto a pisar el tema". Es lo malo de publicar tres días después de él. Si hay un tema especialmente jugoso, Daniel se encargará de comentarlo. Y lo hará de forma tan brillante que nada nuevo podrá aportar otro columnista (en este caso, yo) de Libertad Digital.

Sin embargo, en esta ocasión sentí un malicioso placer al leer la columna "Nuestra intimidad, con el culo al aire". Hay un pequeño, pero importante matiz que puedo hacer a Daniel Rodríguez Herrera. Tiene razón al denunciar los males que genera la ausencia de castigos en el régimen sancionador para las administraciones públicas incluido en la Ley Orgánica de Protección de Datos. Como bien dice, esto "crea un incentivo perverso: mientras que las empresas se han ido poniendo las pilas en cuanto a la protección de sus datos, las administraciones se lo toman con una pachorra que pa qué".

Sin embargo, en contra de lo que parece creer Daniel, la inclusión de multas a las administraciones no arreglaría nada. La web del INEM seguiría dejando al descubierto todos los datos de cualquiera que esté o haya estado en paro y la DGT seguiría sin cambiar su sitio en internet a pesar de haber sido "condenada" por la Agencia Española de Protección de Datos por un error similar. El problema de los incentivos seguiría presente. Un cargo político o un funcionario de alto nivel no se sentirían más responsables que ahora. Al contrario de lo que ocurre con un directivo de una compañía privada, ellos no suelen percibir que un castigo a la entidad para la que trabajen les afecte de forma personal.

Para evitar los descuidos informáticos de las administraciones que se traducen en dejar al aire la intimidad de los ciudadanos, los responsables deben verse afectados de forma directa. El régimen sancionador debería contemplar castigos para ellos, tanto funcionarios como políticos. A los primeros, por ejemplo, se les podrían imponer suspensiones de empleo y sueldo por periodos determinados. A los segundos, la destitución (temporal o definitiva, según la gravedad) y la inhabilitación para ocupar cargos públicos durante cierto número de meses o años.

Este tipo de sanciones, y no otras, son las únicas que funcionarían en la Administración. Sin embargo, no nos engañemos, ningún político va a legislar de esta manera puesto que perjudicaría a los suyos. Y si a pesar de todo, alguno lo intentara, los sindicatos de funcionarios harían lo posible para frenarlo. Así que todo seguirá igual.

Los Catedráticos: aprender de los errores - 09/04/10 (LDTV)



Por desgracia, y los españoles somos un buen ejemplo de ello, no aprendemos ni de los horrores.

Entrevista a Juan de Ávalos, hijo del escultor del Valle de los Caídos - 09/04/10 (esRadio-LDTV)



Esto sí que es "memoria histórica". Y artística.