miércoles, 10 de noviembre de 2010

El almuédano y el filósofo

Gabriel Albiac en ABC

"Vaya usted a saber qué insensato decidió que el día de esos grandes incordiantes que son los filósofos fuera acogido por la ciudad en la cual son lapidadas las mujeres adúlteras, colgados de grúas los homosexuales, condenados a muerte ateos y blasfemos… En la ciudad en la cual Sócrates, Platón, Aristóteles, Maquiavelo o Spinoza hubieran sido primero descuartizados, quemados a la parrilla luego, a continuación aventados hasta no dejar ni resto de memoria. ¿Sus libros? ¿Quién hubiera podido publicar la Ética, o el Fedro, o el De generatione et corruptione, o los Discorsien el Teherán de Ahmadineyad?

De algo servirá, si, al fin, ese encuentro se realiza. Bastará una contabilidad de los cómplices con la República Islámica para saber quiénes no son, quiénes no serán jamás, filósofos. Y, ya que no su conciencia, espero que la cantilena, al menos, del almuédano les arruine el sueño."

¿Algo se mueve?

Daniel Rodríguez Herrera en Libertad Digital

Después de años legislando siempre en la misma dirección empiezan a percibirse los vientos del cambio. Hicieran lo que hicieran, que generalmente era o malo o nada, los políticos siempre hablaban en el mismo sentido: había que proteger a los autores, esto de la piratería estaba muy mal, había que tomar medidas, etc.

Pero esta última semana parecen haber cambiado las tornas. David Cameron fue el primero en disparar, anunciando que el próximo año se revisará la legislación sobre derechos de autor. Al parecer, el premier británico quedó impresionado por una conversación con los fundadores de Google en la que éstos aseguraron que, de haberse regido por las leyes británicas, nunca podrían haber creado el buscador. La razón: las leyes de propiedad intelectual en el Reino Unido son muy estrictas, y los casos de "uso legítimo" muy limitados.

Lo más probable es que tras la revisión las leyes sean más parecidas a las de otros países, respetando la posibilidad de citar o hacer parodias sin enfrentarte a una demanda por violación de derechos de autor. Pero el cambio de tendencia sí es significativo. Cameron sigue escuchando a los lobbys, mas no sólo a los de siempre.

El bombazo, no obstante, venía de Bruselas. La vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de esa cosa pomposa llamada Agenda Digital, Neelie Kroes, aseguró que el "copyright no es un fin en sí mismo" sino un medio para incentivar la creación y que deja la capacidad de decisión en manos de intermediarios, impidiendo en muchos casos al público acceder a las obras artísticas y dejando "un vacío que es cubierto por contenidos ilegales". Incluso rechazó "enmarcar el debate sobre los derechos de autor en términos moralistas satanizando a millones de ciudadanos".

¿Se traducirán estas opiniones en medidas concretas? Pues previsiblemente no, al menos a corto plazo. Pero parecen indicar que los lobbys culturetas ya no lo tendrán tan fácil en Europa y deberán remar contracorriente.

¿En toda Europa? No. Aquí, naturalmente, la ley Sinde que permite a la administración cerrar sitios web a las órdenes de las esgaes sigue su curso y será aprobada con los votos de PSOE, PNV y CC. Volveremos a llegar tarde, naturalmente.

La rodilla capitalista de Evo Morales

Pablo Molina en Libertad Digital

Los progres son tan generosos con los servicios públicos que dispensa el Estado que prefieren que sean disfrutados por la gente más desfavorecida, mientras ellos se sacrifican acudiendo a la odiosa iniciativa privada incluso para asuntos tan sensibles como la educación de los hijos o el cuidado de la propia salud. La educación para la ciudadanía y los doctores Montes los dejan para los obreros y sus hijos, que lo necesitan más.

Lo fascinante del asunto es que se trata de una actitud transversal en el fenómeno del progresismo, ya sea indigenista, revolucionario, caribeño, rockero, ecologista o literario. Todos los autoproclamados defensores de los humildes, sin excepción, huyen de los servicios públicos como un liberado sindical de un pico y una pala, y eso que, si hemos de creer a esos mismos ungidos, la calidad de "lo público" es muy superior a la que pueda ofrecer una empresa cuya única finalidad es acumular ganancias para sus propietarios.

En la Bolivia bolivariana también ocurre este fenómeno como hemos podido ver en la fotografía de su presidente, Evo Morales, siendo reconfortado en el lecho del dolor por una abnegada Trinidad Jiménez en representación de todos los españoles. ¿Ha ido Morales a un hospital público a realizarse esa intervención quirúrgica de la rodilla? Por supuesto que no. Evo, como buen marxista, ha acudido a una clínica privada de lujo –para el nivel andino–, que blasona en su web de contar con un nivel de confort para el paciente acorde a los estándares internacionales, amén de una equipación médica que incorpora los principales avances de la ciencia en el terreno del cuidado de la salud. Vamos, lo normal en un señor que defiende el estatismo marxista y cada mañana le pide a la Pachamama que le conceda ver la destrucción del capitalismo opresor.

Está bien que Morales disfrute de la atención especializada que presta la iniciativa privada, pero estaría mejor si abandonara avergonzado las ideas que impiden que algún día sus compatriotas puedan acceder también a ese selecto club, reservado hasta el momento para los socialistas acomodados. Y encima va el tío a operarse de los ligamentos de una rodilla sólo porque lo necesita para poder seguir jugando al fútbol. ¿A que nos sale metrosexual?