domingo, 3 de enero de 2010

Una Europa mínima

José Jiménez Lozano en La Razón

No sólo las nuevas generaciones corren el peligro de ser todas «hegelianas» en el sentido, algo lato desde luego, de que considerarán al Estado como fuente y encarnación del universo moral, y también como origen del conocimiento, y de la realidad entera; sino que las generaciones mayores no quieren quedarse atrás en esta aventura de la persecución del «Vellocino de oro» de la famosa modernidad y «Los Grandes Expresos Europeos y Coches Cama», que son ahora los famosos consensos de sus políticos sobre cuanto hay en la tierra, en el aire y en el cielo, e incluso sobre lo que no hay y puede inventarse, y lo que hay pero de lo que se quiere hacer tablarrasa. 

Temblor en Europa

Alfonso Ussía en La Razón

Zapatero no puede sacar a Europa de crisis alguna, porque ha metido a España en un áspero pozo de desesperanza y resentimiento. Zapatero no puede representar internacionalmente a Europa, porque Zapatero es partidario de sostener tiranías y dictaduras insoportables para cualquier amante de la libertad. Zapatero no puede moverse por Europa porque para decir «yes» necesita tres intérpretes. Zapatero es un desconsuelo encadenado, una ristra de improvisaciones y frivolidades, un barco a la deriva siempre a babor.

Prepárate, Europa...

Ángela Vallvey en La Razón

Zeta avisa: «Europa, desde hace tiempo, necesita algún cambio de más profundidad». ¡Claro: están muy fachas, hay que enseñarlos a ser modernos! Educarlos en la ciudadanía hippie-progre, el sindicato (vertical), el odio al neocón asimétrico, la metafísica del INEM, el todo gratis y el prohibicionismo político. Y esa colosal tarea sólo puede ejecutarla… Mister Zapatero.

París (II)

César Vidal en La Razón

El Estado francés se puede permitir, con izquierdas y con derechas, tener una inmensa cobertura social porque desde la Revolución captó que los regionalismos –no digamos ya los nacionalismos– son un cáncer letal para una democracia dispuesta a avanzar y lo son porque siempre anteponen miras mezquinas y aldeanas a un gran proyecto nacional.