lunes, 8 de noviembre de 2010

Los nuevos iscariotes

Juan Manuel de Prada en ABC

Los que hoy lamentan los gastos acarreados por la visita de Benedicto XVI son los mismos que se encargan de fabricar pobres a porrillo, reclamando financiación para «redimirlos políticamente» (esto es, para nutrir sus burocracias autonómicas), mientras la Iglesia encabezada por ese Papa se encarga de atender a los pobres que ellos previamente han fabricado.

La herida del felipismo

Gabriel Albiac en ABC

Felipe González corrompió el alma de este país. No conozco nada igual en el siglo que fue el mío. Pero eso sucedió cuando aún no era este viejo penoso, al cual leo enunciar necedades como puños, pero que es ya inofensivo.

(...)

Llamar «detención de Segundo Marey» a lo que hizo el ministerio del Interior es mucho más que un insulto, cuando se habla de un hecho juzgado, condenado y con sentencia firme ratificada en Estrasburgo: el secuestro de un ciudadano por orden de un ministro de Interior del Gobierno socialista presidido por Don Felipe González.

Hablé demasiado de él en otro tiempo. Ahora preferiría soñar que ni él ni lo que él hizo de nosotros existió nunca. Este país había salido de la dictadura cargado de esperanzas. No fueron los involucionistas del franquismo quienes le quebraron el espinazo. Se lo quebraron aquellos de quienes se esperaba todo. Y que sólo supieron delinquir en beneficio propio.

El Papa y España

César Alonso de los Ríos en ABC

Los gobernantes y los comunicadores españoles que están por el laicismo (no por la laicidad ) han mantenido una actitud ofensiva frente a este viaje del Pontífice a España. No han mantenido el juego limpio de los británicos ante el viaje de aquel a Gran Bretaña a pesar de que allí este entró en puntos tan delicados como la conversión de Newman o el caso Moro. Y esta diferencia, que revela la situación de la Iglesia en España, explica la actitud preferente del Papa por ella.

El Papa filósofo

Jorge Trias Sagnier en ABC

Este Papa al que tildan, aquellos que desprecian cuanto ignoran, de inquisidor e intransigente, tiene, como escribió magistralmente en estas páginas hace unos días el cardenal don Julián Herranz, la doble dimensión intelectual y pastoral que le emparenta con los padres de la iglesia antigua, que supieron interpretar —como Benedicto XVI hace ahora— los signos de su tiempo. Se trata, nada menos, que de un Papa filósofo e ilustrado, a quien no solo no asusta sino que se deleita en el diálogo, franco y abierto, con filósofos, historiadores, científicos e intelectuales en la Academia del conocimiento.

Chaleco anti-Papa

Ignacio Camacho en ABC

Zapatero ha inventado el chaleco antiPapa. Una coraza simbólica con la que parapetarse del peligrosísimo mensaje del Vaticano, un escudo contra los sermones de destrucción masiva de largo alcance, tan largo que hay que irse hasta el Transcáucaso para quedar fuera de su radio de acción. El presidente del Gobierno español considera más leve el riesgo de un balazo perdido de los talibanes que la exposición directa a la homilía de una misa pontifical. Puede que en el fondo tenga razón: no hay arma de convicción más poderosa que la palabra de la gente de corazón limpio. Con su sola prédica y su ejemplo moral el antecesor de Ratzinger derribó el Telón de Acero, pese a que le pegaron dos tiros por no llevar el oportuno chaleco bajo la sotana.

Tea Party

César Vidal en La Razón

Nacido de la robusta tradición democrática de los puritanos ingleses y de los Padres fundadores, el actual Tea Party tiene un mensaje sencillo y contundente. Primero, los políticos tienen que responder ante los que los eligieron y no pueden convertirse en una casta aparte que no de cuentas a nadie de sus acciones; segundo, los políticos tienen que responsabilizarse hasta del último céntimo que gastan, porque ese dinero no es suyo sino de los ciudadanos que pagan impuestos y tercero, los políticos no tienen derecho alguno a seguir aumentando el gasto público y a subir los impuestos sin que carguen con las consecuencias de sus actos. Que ideas tan sencillas formen parte del código genético de la nación norteamericana explica su éxito histórico y también la creciente impopularidad de Obama y su aplastante derrota esta semana. En España, esa casta privilegiada que vive de nuestros impuestos –y que va de los titiricejas a los políticos pasados por los liberados sindicales– no ha dudado en distanciarse de un movimiento popular dirigido fundamentalmente contra los parásitos de la política. Es lógico que lo haga, por ejemplo, Ruiz-Gallardón, porque con un sistema de listas abiertas no saldría elegido jamás ni para concejal de una pedanía y, por añadidura, con unos valores como los del Tea Party convertidos en ley estaría entre rejas por haber endeudado Madrid como lo ha hecho a pesar de triplicar, por ejemplo, el impuesto sobre la vivienda.

Un gran hombre sencillo

Enrique López en La Razón

Un país como Estados Unidos, cuna de la democracia actual, se desarrolló a base de minorías religiosas que eran expulsadas del contiente europeo, y sobre la base de la libertad religiosa se fraguó nada más y nada menos que la libertad ideológica. Esta se base en tres frentes, la libertad de conciencia, que permite tener y mantener las propias creencias con el único límite de los derechos ajenos; la libertad de confesión, que permite manifestar las propias creencias religiosas, e incluso con el ánimo de intentar extenderlas; y la libertad de culto, que permite la manifestación de ritos y ceremonias religiosas, tanto en recintos privados como públicos, con las únicas limitaciones que impone el orden público.

La Cruz y la Media Luna

Gustavo Bueno en La Gaceta

En mayo de 1894, el metafísico Nicolás Salmerón sostenía en el Congreso que era absurdo enviar misioneros a Marruecos, pues así se excitaba el odio de los hijos de Mahoma, de las kábilas rifeñas, al recordarles la lucha de la Cruz y la Media Luna. Un irónico Vázquez de Mella le apostilló raudo, entre risas de los diputados, aquel famoso “…enviaremos krausistas”.

El activismo anticlerical anticatólico ha vuelto a salir del armario con todo su vigor y la prensa se atropella para jalear las protestas de tan entregados como ingenuos y trasnochados talibanes, que en su odio patológico se envalentonan ante una Iglesia en recesión, pero prefieren ignorar el verdadero peligro, al que respetan porque temen o apoyan. Y así nada les alarma el incremento de mezquitas y oratorios islámicos en Cataluña, favorecido por el odio a lo español de unos políticos secesionistas que han relegado la inmigración hispana para preferir la musulmana, más dispuesta, al parecer, a dejarse catalanizar.

La raíz cristiana de España

Ignacio Cosidó en Libertad Digital

Hoy nos encontramos en una doble encrucijada. Por un lado, hay quienes quieren desterrar a Dios de Europa, borrar esa dimensión espiritual de nuestra identidad e incluso negar esa raíz cristiana que nos sustenta en términos históricos. Se trata de acabar con cualquier límite moral impuesto por la religión o la tradición como supuestos atentados contra la libertad del hombre. Se impone un relativismo absoluto en el que el bien o el mal dependen exclusivamente de la opinión de la mayoría en cada momento. Se ataca a la religión como algo contrapuesto al progreso científico y social.

En España la situación es especialmente grave porque el Gobierno socialista ha hecho de ese laicismo radical uno de los ejes de su acción política. Se desprecia la vida humana cambiando la concepción del aborto como un delito, que tiene algunas excepciones como mal menor, al aborto como un derecho fundamental de la mujer. Se desnaturaliza la familia considerando como matrimonio a uniones de personas del mismo sexo. Se intenta adoctrinar a los niños ideológicamente a través de una educación para la ciudadanía que en muchos casos hurta a los padres su derecho a educar libremente a sus hijos en sus propios valores. Se intenta borrar del espacio público cualquier manifestación religiosa, como ocurre con los crucifijos en las aulas. Un laicismo radical que puede derivar en un peligroso anticlericalismo que como advertía el Papa tiene en España antecedentes nefastos.

El sentido común de la Posición Común

Gina Montaner en Libertad Digital

Reina Luisa Tamayo, una Madre Coraje que desfila cada domingo hasta la tumba de su hijo con el arrojo de quien ya no tiene nada que perder, es un símbolo demasiado poderoso que desarma a sus verdugos: tan humilde, tan del pueblo, tan espontáneo el desgarro en sus procesiones dominicales. No hay nada que hacer frente a su heroica estampa. De ahí la urgencia de los represores por deshacerse de ella y neutralizarla. Qué más habría deseado el Gobierno cubano que engañar a la UE y a Washington con sus trampas y mentiras. Pero como suele suceder con los sistemas totalitarios, les resulta imposible ocultar el eclipse bajo el que vive sumido el pueblo desde hace más de medio siglo.

Más tontiastuto que nunca

Emilio Campmany en Libertad Digital

Lo mejor es lo de González. El publirreportaje que le hace El País no tiene desperdicio y es de lectura obligada para todos, especialmente para los adictos a la ficción. Yo me voy a fijar sólo (me niego a escribirlo sin acento cuando es adverbio) en la recriminación que le hace a Bush por haber combatido el terrorismo con medios ilegales." Así habló el gran hombre: "Ponte en la piel de Obama, con el aparato de seguridad que recibió de Bush... Ese hombre creía que podía resolver Guantánamo en 10 meses. Desde fuera diríamos que no ha cumplido. El asunto es que le va a costar toda la legislatura recuperar el control de los servicios de seguridad como él los querría. Ha habido demasiados vuelos clandestinos, demasiadas cárceles secretas y muchas de las personas que estuvieron en eso forman parte ahora de sus servicios de inteligencia. Incluso en las democracias más consolidadas ha habido siempre una lucha subterránea entre el poder civil y el militar, o el de los servicios". Esto lo dice el tío bajo cuyo mandato se torturó y asesinó a Lasa y Zabala, se secuestró, perdón, se detuvo a Segundo Marey, se montó una organización terrorista y se saquearon los fondos reservados. Y la culpa será de quienes le precedieron.

Violencia y capitalismo

Carlos Rodríguez Braun en Libertad Digital

¿El capitalismo nació recurriendo a la violencia extrema? ¿Y el Imperio Romano? ¿Y la propagación del islam? Y sobre todo: ¿y el socialismo? ¿Cómo nació y se desarrolló el socialismo? ¿No hubo, y hay, cazas de brujas y opresión en los regímenes anticapitalistas desde 1917?

Sin negar los desmanes perpetrados en los países llamados capitalistas, ¿cómo definir el llamado socialismo real, un sistema bajo el cual cien millones de trabajadores fueron asesinados en el último siglo? Si eso no es "violencia extrema" ¿qué es?

¡Por un movimiento cívico español!

Pío Moa en Libertad Digital

Si no permitimos que quede en un hecho aislado, la convocatoria de Alcaraz puede tener un alcance político decisivo. Ha demostrado a) el carácter de auténtica chusma de la casta política partitocrática, sea de derecha o de izquierda; b) el descontento existente en gran parte de la sociedad española, precisamente la más viva y sensible, hacia el rumbo desintegrador, antidemocrático y corrupto al que quiere llevarnos la casta política; c) la posibilidad de dar cauce a ese descontento a través de un poderoso movimiento cívico al margen de los actuales partidos.

(...)

El objetivo de este movimiento debe ser la garantía de la unidad nacional y la regeneración de nuestra democracia, un objetivo con el que Aznar llegó al poder y que no cumplió, pese a ser su gestión, en términos generales, positiva. Pues, en efecto, nuestra democracia ha sido corrompida y degradada en extremo a lo largo de muchos años, derivando en una partitocracia al margen o en contra de los intereses del pueblo.

Por consiguiente, ese movimiento cívico, tome el nombre que tome, no solo debe oponerse al movimiento partitocrático, sino exponer una alternativa programática clara en torno a unas cuantas cuestiones, como la independencia de la justicia y auténtica separación de poderes; devolución de las competencias de enseñanza y otras que se juzgue preciso al poder central; limitación y control estricto del gasto público, central y de las autonomías.

El "laicismo agresivo" de la izquierda

Editorial de Libertad Digital

No por casualidad, a Zapatero le agrada definirse como laicista, que en su lenguaje no equivale a demandar la muy liberal –y muy cristiana– separación entre la Iglesia y el Estado, sino a erradicar cualquier manifestación pública de la fe católica.

A buen seguro, en todo esto estaría pensando Benedicto XVI cuando en su visita a España ha alertado contra el "laicismo agresivo" que se vive en nuestro país; laicismo agresivo que habrá podido comprobar en su propia piel con las muestras de odio de los grupúsculos y lobbies afines al socialismo radical y con el desprecio del mismo Zapatero, quien sólo se ha dignado a dedicarle diez minutos en una visita que ha durado dos días.

(...)

Lo que el laicismo agresivo propone no es que cada cual ejerza su libertad para formar parte de una confesión religiosa o para no hacerlo, sino que se margine y se "reeduque" a quienes eligen la "inconveniente" opción de ser católicos. El Gobierno socialista, con su Educación para la Ciudadanía y su, por el momento, aparcada reforma de la Ley de Libertad Religiosa, algo sabe sobre este asunto. Normal y deseable que Benedicto XVI lo denuncie, aunque sea entre los berridos de quienes desconozcan o quieren desconocer que el ataque a la libertad religiosa constituye la voladura de uno de los últimos diques de contención del totalitarismo.