Pío Moa en Libertad Digital
Si no permitimos que quede en un hecho aislado, la convocatoria de Alcaraz puede tener un alcance político decisivo. Ha demostrado a) el carácter de auténtica chusma de la casta política partitocrática, sea de derecha o de izquierda; b) el descontento existente en gran parte de la sociedad española, precisamente la más viva y sensible, hacia el rumbo desintegrador, antidemocrático y corrupto al que quiere llevarnos la casta política; c) la posibilidad de dar cauce a ese descontento a través de un poderoso movimiento cívico al margen de los actuales partidos.
(...)
El objetivo de este movimiento debe ser la garantía de la unidad nacional y la regeneración de nuestra democracia, un objetivo con el que Aznar llegó al poder y que no cumplió, pese a ser su gestión, en términos generales, positiva. Pues, en efecto, nuestra democracia ha sido corrompida y degradada en extremo a lo largo de muchos años, derivando en una partitocracia al margen o en contra de los intereses del pueblo.
Por consiguiente, ese movimiento cívico, tome el nombre que tome, no solo debe oponerse al movimiento partitocrático, sino exponer una alternativa programática clara en torno a unas cuantas cuestiones, como la independencia de la justicia y auténtica separación de poderes; devolución de las competencias de enseñanza y otras que se juzgue preciso al poder central; limitación y control estricto del gasto público, central y de las autonomías.
lunes, 8 de noviembre de 2010
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