viernes, 14 de enero de 2011

El vídeo sobre Jerusalén censurado por TVE

¡A Bután!

Nos cuenta Quim Monzó en La Vanguardia que Bután "es el primer Estado del mundo en el que la venta de tabaco está prohibida". Y remata su artículo con su "peculiar" sentido del humor: "Si yo fuese jefe de Viajes El Corte Inglés, o de cualquier otra agencia similar, hoy mismo empezaría a organizar viajes a Bután –para la próxima Semana Santa, por ejemplo: avión en clase turista, alojamiento en hoteles de primera (en habitaciones dobles, con baño privado) y visitas y excursiones por concretar–, para que los fumadores que aquí afirman estar tan y tan molestos con la ley que entró en vigor el 2 de enero puedan disfrutar de la experiencia incomparable de sentirse de verdad agraviados y perseguidos. Hala, chicos, a disfrutar." Ante lo cual sólo queda decirle, en lo que podría considerarse un homenaje a Fernán Gómez, que en gloria esté: ¡Váyase USTED a... Bután, señor Monzó".

Este artículo es un buen ejemplo del totalitarismo orgulloso, tan en boga desde que el actual inquilino de La Moncloa nos gobierna. Totalitarismo orgulloso y leguminoso. Son lentejas, si las quieres las tomas y si no... a Bután.

Monstruos

Cristina L. Schlichting en La Razón

No hay como la carencia de algo para valorarlo. Cuando volvía de Albania o de Kosovo, en mis tiempos de reportera, me sorprendía que nadie disparase, que hubiese asfalto en los caminos y los niños no mendigasen. Creo que nunca he comprendido mejor la brutalidad de ETA que cuando mataba después de aquellos viajes, porque me hacía comprender que nos retrotraía al subdesarrollo moral de los países donde limpiar las calles o respetar la vida ajena ni se plantea. La Razón daba ayer la impresionante noticia de una mujer detenida en Extremadura adonde había huido tras haber asesinado a su bebé recién nacido en Alemania. No hace mucho ocurrió también que una señora de Mallorca mató a su hijo y lo enterró en una maleta para seguir viviendo una aventura amorosa. Cada vez son más frecuentes los casos de mujeres que tiran bebés a la basura o abandonan a sus niños. Supongo que los que empezaron a teorizar sobre el relativismo nunca imaginaron que realmente todo pudiera ser relativo. Estoy segura de que consideraban imposible que desapareciesen los sentimientos maternales, por ejemplo. De otro modo no se hubiesen atrevido a desmontar los frágiles eslabones que engarzan los amores, respetos, límites que hacen de la vida humana algo bueno. A medida que todo se pone en duda aparecen entre nosotros comportamientos que creíamos erradicados. Canibalismo, esclavitud, persecución religiosa. Cuando regresaba de Kosovo, me parecía imposible que aquel pedazo de tierra evolucionase. Me dicen que en Albania se sigue vendiendo el virgo de las chicas o traficando con bebés. Algún día ocurrirá esto aquí. Me pregunto cómo retrocederemos a la civilización entonces.

Viñeta de Montoro en La Razón

Viñeta de Caín en La Razón

Viñeta de Esteban en La Razón

Esos peligrosos cristianos caseros

Lara Vidal en Libertad Digital

En las dos últimas semanas, las autoridades iraníes han procedido a la detención de unos setenta cristianos. Se me dirá que semejante acción no constituye una novedad y que, dentro del drama que significa la persecución generalizada que sufren los cristianos de cualquier confesión en las naciones islámicas, el episodio no tiene especial relevancia. Craso error.

La acción llevada a cabo por el Gobierno de Ahmadineyah indica que las autoridades islámicas sí que distinguen entre unos cristianos y otros y que además son conscientes de que sus ovejas, por denominarlas de alguna manera, no son impermeables al mensaje del Evangelio. En términos generales, las distintas confesiones cristianas no significan una amenaza para el monopolio islámico. La iglesia católica se conforma –y no es poco– con que le garanticen una situación en la que no quemen sus parroquias ni detengan a sus fieles. Para conseguirlo, ha aceptado en la mayoría de los casos no predicar un mensaje religioso a los musulmanes y limitar sus actividades al terreno asistencial. Eso si no se dedica a cantar las loas de Mahoma para conseguir que no asesinen a alguna monja o golpeen a un sacerdote. La obra social que realiza suele ser encomiable, pero, en términos religiosos, su peso para los musulmanes es similar al de una ONG. Las iglesias orientales – armenios, caldeos, coptos, ortodoxos... – procuran moverse en los estrechos límites que les marcaron hace siglos los gobernantes musulmanes a la espera de que no les pongan bombas como recientemente ha pasado en Irak o Egipto.

La única excepción a esa política de mera supervivencia la plantean las iglesias evangélicas. Éstas no sólo se dedican a proclamar el Evangelio a sus conciudadanos musulmanes sino que además lo están haciendo con eficacia desde hace décadas. A semejante tarea –que implica, literalmente, arriesgar la libertad e incluso la vida– contribuye el hecho de que su mensaje sea sencillo, de que no necesiten iglesias para reunirse, de que sus cultos se centran únicamente en la oración y el estudio de la Biblia y a que pueden reunirse clandestinamente por regla general en domicilios particulares. El crecimiento de los evangélicos en el mundo islámico constituye uno de los grandes fenómenos espirituales de nuestros tiempos y los dirigentes musulmanes no lo han perdido de vista aunque buena parte de la prensa occidental no se haya enterado. En el caso concreto de Irán, ha sido nada más y nada menos que el ayatollah Alí Jamenei, verdadero guardián de las esencias de la revolución islámica, el que hace unos días indicó el peligro que significaban los cristianos que se reunían en las casas y que están logrando que no pocos iraníes abandonen la fe de Mahoma para abrazar el cristianismo.

Semejante circunstancia resulta no poco inquietante porque demuestra, primero, que en un debate real el cristianismo se impone a las consignas islámicas en no pocos casos y, segundo, que esa circunstancia tiene lugar incluso cuando el que decide seguir a Jesús se juega, literalmente, la vida. La detención de esos setenta cristianos no es un aviso a navegantes sino parte de una campaña contra un enemigo al que se ve formidable. Desde luego es para mover a reflexión que, junto al poderío militar de Estados Unidos o la perseverancia nacional de Israel, el régimen de los ayatollahs crea que existe una amenaza formidable, la que constituyen los evangélicos que se reúnen en domicilios particulares. Sin embargo, no debería extrañarnos. El mismo imperio romano sabía también en el s. I lo peligrosos que podían resultar los cristianos que se congregaban en las casas.

El hombre nuevo

Agapito Maestre en Libertad Digital

Reconozco que el asunto Álvarez Cascos da un poco de vidilla al actual sistema de desgobierno que vive España. Pero, por otro lado, revela lo más podrido del sistema político. Muestra que el verdadero Rajoy no se entiende sin Zapatero. Uno y otro son intercambiables, porque los dos actúan implacablemente a la hora de eliminar al discrepante. Quien trate de salirse del pacto de las oligarquías entre partidos es eliminado. Rajoy incluso se expresa como el político más estalinista entre los estalinistas: sólo se interesa por el futuro. La prueba está a la vista en su declaración sobre la cuestión de Álvarez Cascos: "Yo, en este asunto, ya estoy en el futuro". Es lo mismo que contestaba Stalin al campesino: "El comunismo está en el futuro". A Rajoy le gusta la expresión sobre el futuro, de lo contrario no la habría dicho. Ay, amigos, el lenguaje siempre nos delata.

Rajoy posiblemente será el nuevo presidente del Gobierno, quizá gestione mejor los asuntos económicos que Zapatero, e incluso conseguirá que no se legisle contra la mitad de la población, pero no esperemos mucho más. ¿El PP es alternancia? Sin duda. Pero no tiene alternativa. Comparto, por lo tanto, la opinión de quienes consideran que la actual etapa histórica de España no corresponde a un régimen político, pues que eso significaría que existe algún orden político, sino a una extraña situación política, que ya es histórica, cuya razón fundamental es un sistema de desgobierno, organizado por una casta política para infantilizar y enajenar a lo que queda de Nación.

El consenso político entre las oligarquías de los partidos políticos al margen de la sociedad, e incluso de sus propios discrepantes, es la base de un sistema absolutamente corrupto. ¡Qué más da quien sea más corrupto! Como dijo Bentham al criticar la oligarquía inglesa de su época, ya sólo cabe distinguir entre partidos opresores y partidos depredadores. Pues eso, el PSOE es el partido opresor por excelencia, y el PP, especialmente a través de Rajoy, no deja títere con cabeza en su entorno. Captura y devora más, incluso quizá con más saña, que el todopoderoso Zapatero. Es absolutamente absurdo y cruel prescindir de alguien que llevaba toda la vida en el partido, independientemente de que él aplicara los mismos métodos. Pero es todavía más cruel y totalitario tratar de engañarnos con el futuro: el mito del hombre nuevo –"yo ya estoy en el futuro", es la frase más repetida de Rajoy desde el Congreso de Valencia– es una manera fina de acabar con cualquier idea plausible de presente, es decir, de política para aquí y ahora. Terrible. La democracia, en España, ya es sólo una aspiración de futuro.

Ser Alemania

Ignacio Camacho en ABC

No somos un país capaz de crecer por encima del tres por ciento cuando nosotros mantenemos crecimiento negativo (eufemismo piadoso: eso es decrecer). No somos una nación federal capaz de reconducir el peso de sus poderes territoriales. No tenemos una clase dirigente dispuesta a formar un gobierno de coalición de partidos mayoritarios para abordar reformas de interés público. No tenemos un siete por ciento de paro, y bajando. No compramos deuda sino que la vendemos. Y no lideramos nada en Europa salvo las estadísticas de desempleo. No, definitivamente, no somos Alemania.

Al enemigo, ni agua

Hermann Tertsch en ABC

Los judíos tienen que ser como los presentan los dibujantes antisemitas de los diarios españoles de izquierdas. Con nariz aguileña, levita y tirabuzones. O militares con cruces gamadas. Los españoles que viven allí podrían ser educados y hasta atractivos. Y no organizan flotillas con los terroristas de Hamás. Sospechosos. Y encima, muchos judíos. Judíos españoles, simpáticos, hablando bien de Jerusalén e Israel. ¿Adónde vamos a ir a parar? Al enemigo ni agua. ¡Fuera programa! Ayer, Televisión Española —donde los toros son la peor obscenidad y todos los curas, fascistas y maricones— anunció que retiraba el programa. Lo consigue el periodiquillo del zapaterismo juvenil y 170 protestas de amigos de Hamás. ¡Qué sensibilidad la de RTVE! Si tuviera la misma cuando protestan quienes están hartos de insultos a la religión católica o de aquelarres sectarios y revanchistas.