sábado, 9 de enero de 2010

Burka

Alfonso Ussía en La Razón

Y las feministas profesionales mudas. Para ellas, el burka es sinónimo de tolerancia y modernidad. Protestan por un par de tetas en un anuncio y callan ante la humillación de una norma que impide a la mujer mostrar su rostro. Le sobra razón al Cardenal Miroslav Vik, Arzobispo de Praga, cuando afirma que la renuncia a defender las raíces cristianas en Europa nos está llevando a una imparable islamización. A ellos no les importan nuestras tradiciones, y menos aún, nuestras leyes. Les importan las suyas y no esconden su objetivo de imposición.

Calendarios riojanos

Juan Manuel de Prada en ABC

Los alcaldes de progreso podrán confiscar el calendario, como tienen confiscado el callejero; pero las fiestas siempre se les escaparán por la gatera del alma, que no cree en la posteridad ni adora el Progreso. Y nunca está ociosa.

¿Cristofobia, dictadura o ambas cosas?

GEES en Libertad Digital

Hay más españoles que se declaran católicos que españoles que participan en las elecciones generales: y más aún de los que votan a alguno de los partidos políticos, si descontamos abstención y votos nulos. Y sin embargo, los políticos españoles se creen legitimados para legislar contra esa inmensa mayoría, despreciarla, humillarla: ¿con qué criterio democrático, exactamente?

El maestro Ciruela abre en Europa una escuela

Pablo Molina en Libertad Digital

Zapatero es un personaje irrepetible al que algún día la psiquiatría clínica deberá analizar para provecho de las generaciones futuras de estudiosos de la mente humana. La realidad no tiene para él ningún valor, de hecho no existe en lo que a él respecta, y si en algún caso los hechos contravienen sus predicciones con tozudez, su respuesta es persistir en el error con mayor terquedad. Un tipo cojonudo nuestro presidente.

De joven tuvo que ser absorbido por un vórtice cuántico que le alejó definitivamente del espacio-tiempo en el que se desarrollan los fenómenos físicos, de ahí que a sus cincuenta años siga creyendo sinceramente que sus deseos transforman la realidad y la de los que le rodean. Un tipo así dedicado a la venta ambulante es peligroso; como presidente del Gobierno es letal.

Cuando el proceso rotatorio anunció la llegada de Zapatero a la presidencia de la UE, los medios de comunicación extranjeros soltaron la gran carcajada, mayormente porque La Secta no emite para el resto del continente y, aunque lo hiciera, su audiencia sería previsiblemente igual de lamentable, así que la imagen que el presidente tiene fuera de nuestras fronteras es, a diferencia de España, completamente fidedigna. Ahora bien, después de este primer anuncio de Zapatero sobre lo que pretende hacer con Europa la risa se habrá convertido en un rictus de estupor mezclado con miedo a partes iguales. Este tío va a dejar Europa que no la va a conocer ni la progenitora B que la alumbró (por no seguir las recomendaciones del Gabinete de salud reproductiva). Y si a los ciudadanos europeos les gusta su actual forma de vida peor para ellos.

El problema de Zapatero es que su capacidad destructiva en Europa va a ser mucho más limitada que dentro nuestras fronteras, donde actúa con una patente de corso que nadie le ha expedido, porque también en democracia existe un Estado de Derecho que vincula a los gobernantes; a ellos en primer lugar. Otra cosa es que las instituciones garantes de la legalidad y la leal oposición miren para otro lado a la espera de heredar el país a beneficio de inventario, en cuyo caso no convalidan el delito sino que, sencillamente, se convierten en sus cómplices.
Zapatero es el gobernante que ha provocado en cualquier país la mayor devastación política, económica y social en el menor tiempo posible, lo que no le impide proponer una agenda al resto del continente por una década con sanciones a los que se salgan de sus recetas: envilecimiento de la política, subida de impuestos, derroche presupuestario, legislación contra la propiedad privada y la familia, idiotización de la infancia y la juventud a través del sistema educativo y creación de una casta de pesebristas que agiten las masas a su favor. Si no fuera porque la Unión Europea tiene un presidente permanente desde el pasado uno de diciembre y algunos primeros ministros sensatos, la llegada de Zapatero a la presidencia europea sería un nuevo Lepanto con el resultado invertido. En todo caso, está bien que la izquierda europea conozca de primera mano cómo se las gasta su referente más radical. Hala, a disfrutar el momento, que un semestre pasa volando.

Ni hemos salido de la crisis, ni es insólito hablar del paro

Editorial de Libertad Digital

Habituado como está al coro de halagos que le dedican los medios adictos a la Moncloa, que en España son la práctica totalidad, no tolera que alguien le chafe su campaña electoral permanente. En Europa, sin embargo, las sonrisas, las vaguedades y el humo no son bien recibidos y surge lo que no tiene en casa: el escepticismo y la crítica.