Hay más españoles que se declaran católicos que españoles que participan en las elecciones generales: y más aún de los que votan a alguno de los partidos políticos, si descontamos abstención y votos nulos. Y sin embargo, los políticos españoles se creen legitimados para legislar contra esa inmensa mayoría, despreciarla, humillarla: ¿con qué criterio democrático, exactamente?
sábado, 9 de enero de 2010
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