martes, 14 de diciembre de 2010

Todos locos

Hermann Tertsch en ABC

Como no van a remitir los temores a que repitan o reincidan los controladores, ya animados al ver que las chapuzas jurídicas del Gobierno con la cacareada militarización pueden dejarlos impunes, podemos tranquilamente convencer a la sociedad para que aplauda un Estado de alarma indefinido. Al fin y al cabo, no afecta a las personas decentes, como se solía decir de la «Ley de vagos y maleantes», antes de que naciera nuestro presidente. Pero quizás habría que advertir a algunos, por eso del decoro, que quizás estén ellos en colectivos de otros enemigos del pueblo que tengan que recibir el merecido escarmiento del poder. Porque como molesten más de la cuenta o dañen a la economía nacional, el Gobierno podría verse obligado a pararles los pies con las nuevas armas que se ha mercado. O si se ponen muy bordes, con otras nuevas, porque ahí están el Estado de emergencia y el Estado de sitio.

(...)

¿Alguien se atreve a descartar que nuestro Gran Timonel se vea obligado en este futuro agónico inmediato a darle otra vuelta de tuerca a sus necesidades de control ante la catástrofe que, lejos de paliarse, se agudiza según se acercan las próximas elecciones? ¿Están todos tan tranquilos ante la perspectiva de un estado permanente de excepción en el que gobierne no ya el naufragado adolescente sino el amo de las sombras y la doblez? Fouche Rubalcaba, implicado como responsable de interior en el caso Faisan, en el presunto delito de alta traición más grave desde la llegada de Tejero a las Cortes, va a ser previsiblemente el jefe de toda esta operación cuyo fin último es impedir la alternancia política en España. Si estamos tranquilos es que ya, definitivamente, han logrado enloquecernos.

Los más y los memos

Tomás Cuesta en ABC

A fin de no poner alarma sobre alarma —o albarda sobre albarda, pues de acémilas va el cuento—, don Ángel Gabilondo, supuesta eminencia gris del plomizo gobierno del señor Zapatero, ha lidiado en los medios la alimaña de PISA a base de meter pico (¡menudo pico tiene!) y de falsificar el temple. Según el titular de Educación, la enseñanza en España progresa adecuadamente y, si bien es verdad que en calidad pinchamos, en lo que hace a la equidad damos lecciones a cualquiera. Es decir, que, a la postre, la sociedad sin clases sólo ha echado raíces en el recinto de la escuela. Allí donde nadie es más que nadie; allí donde los más son siempre los memos; allí donde se insiste, suma y sigue, en seguir ampliando la suma de catetos.

Todos somos objetivo

Florentino Portero en ABC

Seremos objetivo de sus acciones terroristas mientras ejerzamos nuestra libertad, porque su posible efecto sobre las sociedades musulmanas es percibido por los islamistas como una amenaza directa a su propia cultura. (...) Para ellos el islam no está al otro lado de nuestras fronteras sino allí donde habita un musulmán. Si además esa tierra fue sede de un califato, mancillada por el cristianismo y el moderno laicismo relativista y multicultural, qué le voy a decir que usted no se imagine.

Rubalcaba: ¿candidato a presi... diario?

Guillermo Dupuy en Libertad Digital

En una democracia digna de tal nombre, en la que el Estado de Derecho no admita intermitencias y en el que todos –incluidos los gobernantes– estuviesen sometidos al imperio de la ley, un escándalo tan grave como el del caso Faisán sólo podría saldarse de dos maneras: o con la dimisión del ministro del Interior como responsable político del chivatazo a ETA, o con el procesamiento penal también del propio ministro del Interior, en el caso de haber sido él quien diera la orden de perpetrar semejante delito de colaboración con banda armada.

(...)

Pero ya ven ustedes. En esta España nuestra, lo único que se está dirimiendo en estos momentos respecto a Rubalcaba no es si su dimisión debería o no ir acompañada de su procesamiento penal, sino si el omnipotente vicepresidente y ministro del Interior va a ser o no el sustituto de Zapatero como nuevo candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno.

Noticias de Qatar

Pilar Rahola en La Vanguardia

A lo largo de la historia Alá ha impuesto sobre los judíos todo tipo de castigos por ser gente maligna y corrupta. Su último castigo fue Hitler, que fue una bendición divina”. “Es necesario atentar contra mujeres israelíes embarazadas porque son el enemigo”. “Los que practican el liwaat (sodomía) o el sihaaq (lesbianismo) sólo pueden tener el mismo castigo que el fornicador: la muerte”. “El máximo anhelo de un palestino debe ser convertirse en una bomba humana”. “El castigo físico a la mujer puede ser necesario. A muchas les gustan las palizas”. Y por el camino de estas lindezas, algunas convertidas en fetuas desde la presidencia del Consejo para la Fetua y la Investigación, el jeque egipcio Yusuf al Qaradawi ha lanzado todo tipo de proclamas: desde prohibir los dibujos de Pokemon porque son “judíos y masónicos y enseñan la evolución de Darwin”, hasta convertir los textos antisemitas más terribles –como los Protocolos de los sabios de Sión– en libros de lectura obligatoria. También ha tenido tiempo de defender a Hasan al Banna, el ideólogo de los Hermanos Musulmanes, de donde cuelgan todos los grupos vinculados a Al Qaeda, además de instigar al boicot a los productos norteamericanos. Tiene vetada la entrada en Estados Unidos y en el Reino Unido y goza de un destacado lugar en la lista de los jeques de la muerte que elaboraron más de dos mil intelectuales musulmanes. Este señor tan simpático es la fuente de inspiración de la Qatar Foundation, que incluso lo homenajea con un premio anual que lleva su nombre.

Sé tú misma

Luis Suárez en La Razón

Europa vive, en estos momentos una crisis depresiva tan grave como la de 1342, y casi tanto como las de 1680 y 1929. (...) En 1342, cuando era ya evidente el tremendo fenómeno de la gran depresión, que obedecía a causas semejantes a las que hoy padecemos, el desgaste de los modos de producción por una parte, y la difusión de la inmoralidad por otra, un Papa de no mucho presti­gio vino a recordar que en la persona humana existen tres derechos que deben ser calificados de «naturales» porque no son consecuencia de ningún contrato social sino que pertenecen a su naturaleza misma: vida, libertad y propiedad. Es precisamente lo que ahora no se respeta: el aborto es el primer paso para la destrucción de la vida, y no sabemos cuáles serán los pasos siguientes en la mentalidad de los políticos, si bien es evidente que cuanto antes mueran los pensionistas mayores serán los recursos del Estado.