martes, 14 de diciembre de 2010

Todos locos

Hermann Tertsch en ABC

Como no van a remitir los temores a que repitan o reincidan los controladores, ya animados al ver que las chapuzas jurídicas del Gobierno con la cacareada militarización pueden dejarlos impunes, podemos tranquilamente convencer a la sociedad para que aplauda un Estado de alarma indefinido. Al fin y al cabo, no afecta a las personas decentes, como se solía decir de la «Ley de vagos y maleantes», antes de que naciera nuestro presidente. Pero quizás habría que advertir a algunos, por eso del decoro, que quizás estén ellos en colectivos de otros enemigos del pueblo que tengan que recibir el merecido escarmiento del poder. Porque como molesten más de la cuenta o dañen a la economía nacional, el Gobierno podría verse obligado a pararles los pies con las nuevas armas que se ha mercado. O si se ponen muy bordes, con otras nuevas, porque ahí están el Estado de emergencia y el Estado de sitio.

(...)

¿Alguien se atreve a descartar que nuestro Gran Timonel se vea obligado en este futuro agónico inmediato a darle otra vuelta de tuerca a sus necesidades de control ante la catástrofe que, lejos de paliarse, se agudiza según se acercan las próximas elecciones? ¿Están todos tan tranquilos ante la perspectiva de un estado permanente de excepción en el que gobierne no ya el naufragado adolescente sino el amo de las sombras y la doblez? Fouche Rubalcaba, implicado como responsable de interior en el caso Faisan, en el presunto delito de alta traición más grave desde la llegada de Tejero a las Cortes, va a ser previsiblemente el jefe de toda esta operación cuyo fin último es impedir la alternancia política en España. Si estamos tranquilos es que ya, definitivamente, han logrado enloquecernos.

No hay comentarios: