domingo, 24 de mayo de 2009

Debates en Libertad: La decadencia de Europa - 23/05/09

Pena de muerte y aborto en campaña

Ahora que el PSOE hace vídeos presentando a la derecha como, entre otras lindezas, defensora de la pena de muerte mientras pretende hacer del aborto un derecho dentro de las primeras catorce semanas de gestación, queda bien patente una de sus contradicciones más flagrantes y sangrantes. ¿Cómo se puede estar contra la pena de muerte y a favor del aborto? ¿Cómo se puede estar en contra de deshacerse físicamente ni siquiera de los más terribles y sanguinarios criminales y legalizar la eliminación indiscriminada de seres inocentes e indefensos sin apenas despeinarse? La pena de muerte tiene poco que ver con el aborto, pero es más fácil moralmente, dentro de unos límites, defenderla. El drama de esta sociedad que estamos construyendo (o destruyendo, más bien) es que sucede exactamente lo contrario: está mejor visto defender la eliminación de inocentes que de culpables. (Por si hubiera alguna duda, yo estoy radicalmente en contra de la pena capital... y no votaré al PSOE.)

La problemática Europa

José Jiménez Lozano en La Razón

Subhumano

César Vidal en La Razón

Nada respetable

Alfonso Ussía en La Razón

Brotes verdes

Ángela Vallvey en La Razón

Defensa de la vida

Jesús Higueras en ABC

La muela del juicio

Manuel Martín Ferrand en ABC

Justicia ciega

Ignacio Camacho en ABC

Vídeo

Jon Juaristi en ABC

Vídeos de miedo

Curri Valenzuela en ABC

La comunión de Andreíta

Antonio Burgos en ABC

Los intereses de la ministra Sinde

Antonio José Chinchetru en Libertad Digital

Mal comienza, muy mal, la ronda de encuentros de González-Sinde para dar con un supuesto "modelo sostenible" en lo relativo a la cultura en la red (léase, las descargas de archivos). La ministra ha dicho comprometerse a "hacer que internet sea compatible con todos los intereses". He ahí el primer problema, el papel del Ejecutivo no debería ser el de proteger los intereses de unos u otros, o hacer que estos colisionen lo menos posible entre sí. El único rol que le debería corresponder al Estado y sus poderes es justo lo contrario: la garantía efectiva de que no se vulneran los derechos de los ciudadanos –que es algo muy diferente a "crearlos"– y la igualdad de estos ante la ley.

Además, la ronda comienza con una tomadura de pelo. Para que resultara más evidente qué intereses quiere proteger en realidad, la ministra podría haberse reunido con las entidades de gestión de derechos de autor (nos referimos a que lo hiciera en público). En privado es más que probable que haya tratado ya con ellas estos temas, ya que al fin y al cabo perteneció a la junta directiva de una, además de haber sido presidenta de la Academia del Cine. Si lo que pretendía era disimular, podría haber comenzado por las organizaciones de internautas. Posiblemente no les hiciera demasiado caso, pero al menos se vería obligada a escuchar argumentos que probablemente no le gusten.

Sin embargo ha decidido empezar con los supuestos representantes de los consumidores y usuarios. Y son tan sólo "supuestos" por un doble motivo. En primer lugar, las organizaciones que se definen de esta manera tan sólo representan a sus miembros, nunca al conjunto de los ciudadanos (todas las personas son usuarias y consumidoras de todo tipo de productos y servicios). En segundo término, por el hecho de que con quien se ha reunido González-Sinde es con el Consejo de Consumidores y Usuarios, una entidad adscrita al Ministerio de Sanidad y Consumo. Es cierto que en él están representadas las principales asociaciones del país y que son ellas quienes eligen al presidente. Pero también es verdad que la elección es a propuesta del ministro del ramo.

La actual presidenta de esta entidad es la ex senadora y ex diputada europea Francisca Sauquillo, con lo que su función política es más que evidente. No se puede pretender que una ex legisladora del PSOE nombrada para su actual cargo a propuesta del Gobierno tenga algo parecido que ver con la independencia. Así, la ronda de contactos de González-Sinde ha comenzado con una gran mascarada. El Gobierno se ha reunido consigo mismo y nos tratan de hacer creer que lo ha hecho con los usuarios. La guionista metida a ministra habla de "todos los intereses", pero resulta evidente que tan sólo le preocupan los del Ejecutivo y los de sus palmeros del autodenominado "mundo de la cultura". Y, casualidades de la política, estos se corresponden con los suyos propios.

El error de cálculo de Zapatero

Emilio J. González en Libertad Digital

España frente a Plotino

Joan Valls en Libertad Digital

Ideas...

José T. Raga en Libertad Digital

La batalla de nuestros días

GEES en Libertad Digital

El acoso a la libertad

Alberto Acereda en Libertad Digital

La derecha nihilista

José María Marco en Libertad Digital

Alternativa al vermú

Maite Nolla en Libertad Digital

Los orígenes de la Guerra Civil

Pío Moa en Libertad Digital

El felpudo de Wyoming

Pablo Molina en Libertad Digital

La cadena del marxistimillonario Jaime Roures, que Zapatero concedió a sus compañeros de basket para que la pluralidad informativa fuera un hecho en este país, entusiasma a los dirigentes del neoPP. Sólo hay que verlos en acción cuando aparece una alcachofa de esa cadena para comprobarlo. Pero si el espacio para el que les piden su participación es uno de los que con más saña atacan a las ideas que comparte mayoritariamente la derecha, el espectáculo es soberbio.

El hecho es que andaba anoche viendo La Secta (por motivos estrictamente profesionales, no se preocupen), cuando vi a parecer a D. Jorge Moragas, uno de los principales impulsores del nuevo talante del Partido Popular. ¿Recuerdan ustedes la escena de Gallardón babeando ante una reportera de ese canal mientras hablaban de Wyoming? Pues lo de Moragas fue todavía peor, y además estaba con la misma periodista que recogió para la posteridad aquellas declaraciones del alcalde madrileño, para que no haya suspicacias a la hora de determinar quién es más genuflexo ante los que insultan a diario a los votantes del PP.

Si lo de estos destacados profesionales de la política pepera fuera un rasgo común en su comportamiento con los medios nada habría que objetar, salvo la ausencia de sentido del ridículo. Sin embargo no es eso lo que ocurre. A los comunicadores que atacan, denigran e insultan diariamente a los políticos y votantes de derechas, los moraguianos, sorayenses y gallardonitas les dan las gracias con una sonrisa. En cambio, a los que defienden los principios de esos mismos votantes les llevan a juicio y, de paso, hacen todo lo posible para que se queden sin trabajo.

Treinta segundos después de que Moragas acabara de arrastrarse ante los enemigos jurados del PP, el presentador del programa y presunto maltratador verbal de becarios sacaba unas imágenes de Irak, acusando expresamente a Aznar de ser el responsable directo de las muertes ocurridas en aquel país, que además de ser una falsedad sólo apta para ser creída por retrasados mentales, es algo que a algunos, digamos, nos jode un poquitín. Pero ya saben, es que Wyoming es moooooe bueno. Y los dirigentes actual del PP unos linces. Sólo hay que ver a las dos especies en acción.

Las cuentas de sus señorías

Editorial de Libertad Digital