jueves, 25 de marzo de 2010

El Gran Hermano audiovisual

Editorial de Libertad Digital

A nadie le gusta que los medios de comunicación fomenten el "odio, el desprecio o la discriminación", pero nunca falta quien apele a esos sentimientos para tratar de censurar opiniones que, simplemente, no les gustan. Por otra parte, para impedir que los medios de comunicación puedan ser vehículo de cualquier cosa que pueda constituir un delito ya están los tribunales de justicia. Pero ése es, precisamente, otro rasgo característico de esta nueva ley mordaza: la ausencia total de la figura del juez, al que ya sólo se podrá recurrir posteriormente en vía contencioso-administrativa, una vez que el daño esté hecho.

Así "progresa" la libertad en Estepaís... 

El desastre sanitario

César Vidal en La Razón

Antes de Obama, los sectores de población por debajo de los 18 años y por encima de los 65 tenían ya un servicio sanitario que nada, absolutamente nada, tiene que envidiar al español. Entre los 18 y los 65, el 85% de la población cuenta con servicios médicos que costean las empresas en las que trabajan. El porcentaje restante corresponde a gente que decide no pagar un seguro de manera voluntaria –generalmente, estudiantes a la busca del primer empleo– o inmigrantes ilegales que temen la expulsión del país. Por si todo lo anterior fuera poco, yo he tenido ocasión de comprobar cómo a la entrada de los hospitales públicos y privados en Estados Unidos cuelga un cartel (a veces en inglés y español porque no es Cataluña) donde se informa de que los que no tengan medios recibirán asistencia gratis. Afirmar que en Estados Unidos no hay servicios médicos para todos es, pues, una burda mentira.

Thatcher: todo liderazgo

Ignacio Villa en La Razón

Su estilo de hacer política se ha mantenido en el Reino Unido, sus lecciones no se han olvidado. Primero con un John Major, efímero en el cargo, pero que fue capaz de ganar unas elecciones generales subido en una caja de Coca-Cola cuando nadie daba un duro por un él. Y luego, más tarde, con Tony Blair, primer ministro británico durante diez años, que nunca ocultó su admiración por Thatcher y de quien se decía que su gran éxito político fue ése precisamente: ser un nuevo laborista con políticas conservadoras. Blair se convirtió en el mejor guardián del más puro thatcherismo. Una buena lección para lo que tenemos ahora en España.