miércoles, 7 de abril de 2010

Editorial de César Vidal en es-Radio

Los disparates de la "memoria histórica", según César Vidal, en Libertad Digital

En estos años hemos visto como se perdía el dinero en buscar inútilmente el cadáver de Lorca mientras se negaba para exhumar los restos de unos 35 asesinados por el Frente Popular y arrojados al Pozo Camuñas o los de una fosa común cercana a Madrid en la que posiblemente se hallen los restos de Andreu Nin y otros izquierdistas torturados y muertos por los agentes de Stalin en España.

Años treinta

Dijo Alfonso Guerra, allá por 1982, que tras el paso de los socialistas por el gobierno, a España no la iba a conocer ni la madre que la parió. A la España de Rodríguez Zapatero, sin embargo, la reconocerían perfectamente, de vivir, mis abuelos: cada vez se parece más a la España de los años treinta.

Nuestra intimidad, con el culo al aire

Daniel Rodríguez Herrera en Libertad Digital

Perdieron un documento en un aeropuerto con los datos de unos cuantos pasajeros que habían perdido su equipaje. Recientemente, el Supremo les condenó a pagar 361.208 euros. Otros, en cambio, dejaron al descubierto en su web los datos personales de millones de personas. No pagarán ni un duro.

¿A qué se debe esta diferencia entre un caso y otro? Sencillamente, a que el primero es una empresa privada, Iberia, y el segundo un organismo público, el INEM. La Ley Orgánica de Protección de Datos incluye dos regímenes completamente separados de sanciones, uno para empresas y otro para las administraciones públicas. En el primer caso, puede imponer sanciones de hasta un millón de euros. En el segundo, un tirón de orejas.

La lógica detrás de este doble rasero es el llamado criterio de caja única. Dado que todo el dinero que reciben todas las administraciones viene de un mismo bolsillo, el nuestro, no tiene mucho sentido mover la pasta de un departamento a otro. Mejor que se quede donde está y nos ahorramos los costes de transferirlos, rehacer presupuestos, etc. Suena lógico, y hasta cierto punto lo es. Pero crea un incentivo perverso: mientras que las empresas se han ido poniendo las pilas en cuanto a la protección de sus datos, las administraciones se lo toman con una pachorra que pa qué.

Vean si no el caso del INEM. Tenían noticia desde diciembre de 2008 de un error que permitía obtener los datos de todas las personas que hubieran estado alguna vez apuntadas a las listas del paro. Un error, además, que todo el que sepa un poco de programación web sabe que es debido a un descuido y que cuesta bien poco corregirlo. ¿Hicieron algo? Naturalmente que no. Cuando fueron "condenados" por la Agencia Española de Protección de Datos finalmente movieron un dedo, o dos. Y ya está. No se tienen noticias de que nadie haya perdido su trabajo por esto.

De hecho, ni siquiera políticamente han sufrido daño alguno por esto. Resulta que cuando se emitió la resolución, la misma agencia que mueve Roma con Santiago para informarnos de los más mínimos detalles de las reuniones de su director, Artemi Rallo, con la red social de moteros de Cuenca para asegurarse de que los menores de 14 años no pueden entrar en ella no tuvo a bien sacar una nota de prensa para informar a los periodistas, y a través de ellos a los españoles, del caso más grave de desprotección de datos que ha tenido lugar en España. ¿Por qué? No se consideró noticia, parece ser. Yo por mi parte pienso mal. ¿Y ustedes?

Dado que es un problema de incentivos, no es sólo el INEM el que se toma con cierta tranquilidad este problema, naturalmente. Samuel Parra, el mismo experto que descubrió y denunció el caso, ha criticado la inacción de la DGT ante una reciente "condena" de Protección de Datos. Resulta que la web nos permitiría con cierta facilidad averiguar los puntos que tiene en el carnet cualquier conductor que conozcamos. Basta con tener el NIF y la fecha de expedición del primer carnet, y aún sin saber lo segundo la cosa es relativamente fácil, pues no hay límite de intentos, así que puede probar todas las fechas que estimo oportuno automáticamente. Suponga que es usted una compañía de seguros. ¿Verdad que es una noticia como para frotarse las manos?

Pues bien, el responsable de informática de la DGT, un tal Luis de Eusebio, ha dicho que como hasta ahora no han detectado ningún intento de aprovecharse del sistema, pues que no lo cambian. ¡Y que no lo cambian, oiga! Naturalmente, el mes que viene cobrará íntegro su sueldo, y el que viene, y al otro. De nuestro dinero. Luego habrá quien se pregunte por qué soy liberal.

En un lugar de la calle Génova

Pablo Molina en Libertad Digital

María Dolores de Cospedal echó su cuarto a espadas en la promoción de la "progrelingua", variante del castellano utilizada por los políticos para pervertir el lenguaje, cuando respondió a nuestros compañeros de este periódico que Luis Bárcenas no tenía un despacho en la sede del PP, sino un "lugar". ¿En el pasillo? ¿En el cuarto de la limpieza? ¿En el retrete de caballeros? En este último caso las dificultades de su secretaria para acceder al "lugar" del jefe serían notorias y no hay constancia de protestas de las asistentes personales de los altos cargos del partido por hacerles trabajar en condiciones tan peculiares.

Si la secretaria general del PP elude reconocer que uno de los principales implicados en la trama corrupta que afecta a su partido tiene despacho, secretaria y las minutas legales pagadas, debe ser porque le da un poquito de vergüenza admitir la realidad. En caso contrario no sólo lo afirmaría sino que lo pondría como ejemplo de conducta intachable a seguir por todos los cuadros del partido. En todo caso, puesto que el PP mantiene al senador Bárcenas con sus privilegios intactos, es lícito pensar que, o bien la dirección del partido está muy contenta con la gestión del tesorero y su amigo "el bigotes", o estos dos saben algo más de lo que sugieren y los sorayos necesitan mantenerlos callados.

La corrupción en la política española es un fenómeno generalizado, por más que los políticos insistan en que es "muy peligroso" desacreditar a esta casta de privilegiados a costa del bolsillo ajeno. Peligroso será para ellos en todo caso, no para la democracia, que exige representantes honrados y desconcentración del poder. Con el sistema de listas cerradas todo se negocia en las cúpulas de los partidos, de forma que un tesorero y un zascandil con don de gentes, o los presidentes de las comunidades autónomas, como Bono o Matas, acumulan tal poder en sus manos que acaban creyéndose en posesión de un salvoconducto para hacer y deshacer, sin otra responsabilidad que ganar elecciones para que sus jefes en la sede nacional del partido estén contentos.

Es evidente que el PP no es el partido más corrupto de España, porque el primer lugar del escalafón es propiedad del PSOE a gran distancia del resto de participantes. No son los más golfos, cierto, pero el caso Gürtel es como ganar diez partidos seguidos fuera de casa. El PSOE ya nota en la nuca el aliento de su perseguidor y para las próximas elecciones generales todavía faltan dos años. Tiempo más que suficiente para que haya cambios en el liderato. Bienvenidos a la Champions League.

Épica en tiempos prosaicos

Gabriel Albiac en ABC

Torcuato y Juan Ignacio Luca de Tena forjaron la identidad de un ABC confrontado a los huracanes. Sobre Guillermo caía, a final de los setenta, la difícil alquimia de conservar, de resistir la tentación moderna que a tantos otros se fue llevando por delante. Él siempre supo que era más importante la cabecera de su periódico que cualquier cosa. Él incluido. Porque en esa cabecera estaba el arquetipo de la historia española reciente. Porque en esa cabecera había preservado una anímica identidad buena parte de la España devastada por los dos huraños primeros tercios de su siglo XX. Y que sacrificarse para que esas tres letras pervivieran valía la pena. No la valen demasiadas cosas.

El patrón

Alfonso Ussía en La Razón

Con Anson en la dirección y Guillermo en la presidencia de Prensa Española, el ABC enderezó el rumbo y volvió a ser el periódico de referencia liberal y conservador. Abierto a todas las opiniones, libre en sus críticas y leal en su esencia y sus raíces. España, la Corona, la libertad, el humanismo cristiano y la Constitución que aparentemente reconciliaba y unía a todos los españoles. La que hoy está en peligro.