lunes, 7 de junio de 2010

Califato en Turquía

Gabriel Albiac en ABC

Los 493 años de Califato conocen una interrupción de sólo 79: los de la revolución laica de los Jóvenes Turcos de Ata-Turk. La victoria de los islamistas de Erdogan, en 2003, cierra el paréntesis. Turquía vuelve a ser tierra de Islam. Y germen a partir de cual el yihadismo juzga hoy factible restablecer el Califato. La batalla contra Israel es movimiento sobre ese tablero. En su búsqueda de una reconocida jefatura por parte de la Comunidad de los Creyentes, el islamismo turco debe asumir una vanguardia guerrera que le disputa Teherán. La jugada de Erdogan para chocar con el bloqueo de Gaza es hábil. Rompe el último lastre que separaba a Turquía del yihadismo armado. Y la sitúa en su papel de gran base de retaguardia para el terror islámico. El segundo movimiento se inició hace años: la integración turca en la UE volcaría todos los equilibrios sobre los cuales existe aún lo que queda de Europa. La población musulmana sería pronto mayoritaria en la Unión. Y el peso de un régimen como el turco, corrompería cualquier aspiración europea a seguir siendo escaparate de democracia. Una Turquía europea es una Europa turca. No es loco que el Islam lo vea como el nuevo Califato.

¿Quién perdió a Turquía?

GEES en Libertad Digital

Dada la campaña de tergiversaciones, quizás todavía no esté de más recordar que el bloqueo en situaciones de guerra es un acto legal y unilateral, no necesita el permiso de nadie, y los no beligerantes están obligados a respetarlo a riesgo de convertirse en parte del conflicto. Y, por supuesto, se ejerce en alta mar. Hablar de piratería es una broma sectaria y los vídeos e infinidad de testimonios, incluidos los previos acerca de las intenciones, no dejan lugar a dudas sobre quién agredió a quien. Conviene también recordar que así como hay embargos sin bloqueo (el de Estados Unidos respecto a Cuba, que no afecta a terceros), el de Gaza es un bloqueo sin embargo. Una vez controlada, toda la ayuda humanitaria que no sea de doble uso entra en el territorio.

(...)

¿Quién puede querer a una Turquía así en Europa? ¿Estamos perdiendo un valiosísimo aliado o nos hemos librado de introducir en Europa una bomba de relojería islámica? Obama ha echado el resto para calmar a Erdogan, porque sin Turquía a su lado, no digamos en contra, el mundo se vuelva mucho más complicado de lo que ya es: ¿pero de verdad es sólo una cuestión de paños calientes? Por no hablar, de momento, del siempre fluctuante, y casi nunca para bien, Oriente Medio.

Kurdos y judíos

Clifford D. May en Libertad Digital

Hoy parece que los kurdos entienden la ecuación: si no hay lugar para los judíos en Oriente Medio, probablemente tampoco haya lugar para los kurdos. Puede que la limpieza étnica y religiosa en curso del "mundo musulmán" sea la noticia más importante sobre la que los periodistas no están informando, que los líderes políticos no están destacando y por la que los activistas de derechos humanos no están protestando.

Las antiguas comunidades cristianas de Oriente Medio, por ejemplo, coptos, maronitas, caldeos, etc. están bajo ataque, prácticamente impotentes y reduciéndose en número cada día más en Egipto, el Líbano, los territorios palestinos, Pakistán y en otras regiones. (...)

El Kurdistán es único en muchas formas. Aquí se recuerda que Sadam Hussein no sólo tenía armas de destrucción masiva sino que las utilizó. Aquí la llegada de las tropas americanas sí hizo que la gente bailara en las calles. Aquí sí es posible imaginar a musulmanes de Oriente Medio, judíos y cristianos viviendo juntos en paz, con lo improbable que eso es hoy en día.

La correa de transmisión de Hamas

Editorial de Libertad Digital

Negarle a Israel todo derecho de defensa frente a quienes quieren aniquilarlo supone no reconocerlo como una democracia capaz de detectar y castigar la eventual antijuridicidad de sus acciones defensivas o, aún peor, pedirle directamente que deje de defenderse y se suicide, algo que de nuevo los valientes gobiernos occidentales no se atreverían siquiera a sugerirle a ninguno de los regímenes más despóticos de la zona. Bien está, pues, que el Gobierno israelí se haya negado a someter su derecho soberano a la defensa a una comisión de investigación "independiente" dentro de esas Naciones Unidas tan prestas a aceptar a dictadores y asesinos como legítimos representantes de los pueblos a los que someten; las mismas Naciones Unidas, no lo olvidemos, que en un gesto de máxima infamia definieron en 1975 (en la resolución 3379) al sionismo como una "forma de racismo y de discriminación racial".

Alianza fuerte de mujeres

César Vidal en La Razón

Los machistas que se agazapan en los más insólitos rincones podrán objetar que Golda Meir, Margaret Thatcher o Indira Gandhi no se caracterizaron precisamente por ser pacifistas. Cierto, pero es que estaban solas. Si hubieran formado parte de una alianza fuerte de mujeres, ni hubiera habido guerras para defender a Israel, ni guerra de las Malvinas ni guerra contra Pakistán. No les quepa la menor duda. Olvidémonos de la Internacional, de la ONU, del FMI, hasta de Green Peace. Alianza fuerte de mujeres es la consigna. La verdad es que no veo la hora de que Leire Pajín, acompañada de Elena Salgado, María Teresa Fernández de la Vega, Bibiana Aído, Carme Chacón y ZP –ya se sabe: «¡Ista, ista, ista, Zapatero es feminista!»– se marche de España para recorrer esos mundos de Dios dedicada a constituir la alianza fuerte de mujeres.