jueves, 28 de enero de 2010

Ocho es poco

Ángela Vallvey en La Razón

En los países que son, o quieren aparentar ser, democráticos, el periodo en que un solo hombre (siempre son hombres) puede sentarse en el sillón presidencial está limitado, por lo general a dos legislaturas. En España, no hay acotación ni lindera. Cualquier payo puede perpetuarse en el cargo hasta el día previo a sus exequias, que aprovechará para firmar unos decretos antes de diñarla. ¡Y luego, vamos dando lecciones de democracia…! Y es que, en España, ocho años para que alguien mande desde su poderoso sillón autócrata nos parecen pocos: Franco nos acostumbró a un mínimo de 36.

La transfiguración de Rubalcaba

Iñaki Ezkerra en La Razón

Yo entiendo que a quien no quiere pensar en elecciones anticipadas se le haga duro el desierto de una Legislatura que ha conseguido que seamos el único país que no ha salido de la recesión. Entiendo que necesite creer en algo y que, después de la fallida multiplicación zapateril de los panes y los peces, esté dispuesto a ver a Rubalcaba transfigurándose envuelto en un resplandor sobrenatural. Pero a mí con Rubalcaba me pasa como al ateo del chiste: ¿cómo voy a creer en Buda ni en el Guru Maharaji si no creo en el catolicismo, que es la religión verdadera?