sábado, 24 de enero de 2009

Los nacionalsocialistas de Euskal Herria

Proetarras cuelgan carteles en Andoain que tachan a Rosa Díez de nazi y "fascista"

Las embajaditas

Alfonso Ussía en La Razón

Los falóforos de Obama

Juan Manuel de Prada en ABC

La violencia como política de Estado

Robert Bottome y Norka Parra en Libertad Digital

Internet por la libertad


La red se ha convertido en un instrumento fundamental en cualquier estrategia de comunicación política y movilización social de todo tipo. Aunque en España estemos a una distancia abismal de lo que se hace en otros países, en especial de Estados Unidos, aquí también se ven cosas que merecen la pena; y lo mejor no viene –no podría ser de otro modo– de los partidos políticos. Si hace algo más de medio año la Asociación de Solidaridad España-Israel (ASEI) sorprendía a los internautas españoles con su campaña País de mierda, ahora son la Asociación Española Cuba en Transición y la Asociación de Iberoamericanos por la Libertad quienes han puesto en marcha la no tan impactante pero sí muy buena iniciativa web Cuba. Medio siglo sin libertad.

Se trata de una web de una apariencia muy limpia y, al mismo tiempo, ingeniosa. Se ha puesto en marcha para generar un efecto viral que movilice a internautas de cara a la concentración que se celebrará en el próximo 1 de febrero con el objetivo de reclamar la libertad para Cuba. El mecanismo de preguntas-respuestas, que ofrece un contenido diferente según la contestación seleccionada, resulta ingenioso y eficaz como método tanto de movilización como de divulgación de la realidad cubana. Y es de agradecer que el código para insertar el banner de la campaña en la bitácora de cada uno sea tan fácil de localizar.

Además de su calidad, debe destacarse también su objetivo: animar a participar en una concentración contra una dictadura que se prolonga ya durante medio siglo y que somete a millones de seres humanos a todo tipo de sufrimientos. Merece la pena asistir por muchos motivos. Las que dan los responsables de la campaña son suficientes, pero hay más. En ese país, lejano en lo geográfico pero cercano en lo emocional y lo cultural, los ciudadanos no pueden ser llamados tales (puesto que no gozan de derechos y libertades frente al todopoderoso Estado) y viven en una situación difícil de imaginar desde España.

En Cuba, cualquiera puede sumarse a los miles de encarcelados –incluidos más de doscientos presos políticos– por molestar al Gobierno. Y hacer esto último no es nada complicado: basta con expresar tu opinión en voz alta (incluso dentro de tu propia casa), ser católico practicante, homosexual, activista pro derechos humanos, sindicalista, masón o cantante de punk, entre muchas otras cosas. Basta con leer libros que no sean del gusto del régimen, escuchar emisoras extranjeras con una radio de onda corta (prohibidas), ver cadenas de televisión foráneas o simplemente conectarse a internet sin permiso del Gobierno.

La falta de libertad y la locura dirigista del régimen ha condenado al exilio a dos millones de cubanos y sometido a la miseria a muchos millones más (incluidos todos aquellos que quieren irse pero a los que el castrismo prohíbe salir de la Isla). El paraíso socialista caribeño no es más que el infierno en la tierra.

Por todo ello, merece la pena participar en la difusión de la campaña Cuba. Medio siglo sin libertad y, por supuesto, acudir el mediodía del próximo 1 de febrero a la Puerta del Sol de Madrid.

La respuesta de Mayor Oreja

Pero sólo al 29,16%


Uno de los argumentos recurrentes para desactivar el presumible trasvase de votos de las listas de Rajoy a las de Rosa Díez en las próximas citas electorales es que mientras que el PP es contrario al aborto UPyD está a favor y, por lo tanto, todos los que defendemos el derecho a la vida de los no nacidos debemos votar al partido de D. Mariano Rajoy Brey si no queremos ser inconsecuentes.

Bien, ésta es la teoría, pero para confirmarla hay que conocer su expresión práctica y, mire usted por dónde, los europarlamentarios del PP han hecho a los votantes el espléndido favor de mostrarnos hasta qué punto es cierta esa leyenda urbana de que el Partido Popular es contrario al aborto. De los veinticuatro eurodiputados de Rajoy, tan sólo siete (un poco menos del treinta por ciento) votaron el pasado día 14 en contra de una resolución del Parlamento Europeo que considera el aborto y la eutanasia como "derechos fundamentales".

En los anuncios de colutorios y pastas de dientes, la publicidad afirma que nueve de cada diez dentistas recomienda esa marca. Nosotros podemos afirmar también que "siete de cada diez políticos del PP son partidarios del aborto" y no mentiríamos.

Vaya por delante que no voy a dar mi voto a Rosa Díez, ni en las europeas ni en otras elecciones, porque jamás he votado a la izquierda y no voy a cambiar a la vejez, lo que no es obstáculo para reconocer que, en términos morales, da exactamente lo mismo votar UPyD que PP. Por lo tanto, si los genoveses quieren convencer a sus simpatizantes de que no sólo no se marchen el día de las elecciones a la playa o al campo, como vamos a hacer muchos, sino que acudan al colegio electoral y les renueven su confianza, deberán ofrecer algún argumento de mayor peso específico, porque la trola sobre el aborto, desde el pasado 14 de enero ya no cuela. Aún si el partido hubiera sancionado a los proabortistas por votar en contra del (supuesto) ideario de la formación, podrían mantener la ficción de que el PP defiende el derecho a la vida, pero nada de eso ha ocurrido. De hecho, de producirse alguna reprimenda la recibirían los Siete Magníficos que votaron en contra del aborto como "derecho fundamental", por oponerse a una medida tan progresista. En cambio, los dos pobres diputados murcianos en las cortes españolas que votaron en contra de la admisión a trámite del muy inconstitucional estatuto castellano-manchego pergeñado por Mariloli de Cospedal y Barreda, sí tuvieron que pagar la multa y aguantar una catilinaria en el despacho de la Playmate de enero de diario El Mundo.

Desnortados hasta lo ridículo, los dirigentes de Génova insisten en que el PP no es favorable al aborto, pero el hecho es que cuando hay que votar y retratarse se produce la desbandada general. También añaden que llevarán al Tribunal Constitucional la ley de ampliación de plazos cuando el Gobierno la sancione, y con eso dan el asunto por zanjado. Joder qué héroes, ¿no?

En caída libre

Editorial de Libertad Digital