jueves, 21 de octubre de 2010

¿Es Europa irreformable?

GEES en Libertad Digital

O se recuperan los principios de la ortodoxia económica, no para ponerlos en un tratado y amenazar con sanciones, sino para aplicarlos, o estaremos condenados a la pobreza por varias generaciones. Y quién sabe si, como coinciden el socialista asesor de Mitterrand, Jacques Attali, y el historiador inglés Niall Ferguson, a la ruina de la civilización occidental y la compra de sus restos arqueológicos por los tenedores de nuestra deuda en el Asia o en el Golfo.

¿Tiene remedio el espíritu de la cheka?

Pío Moa en Libertad Digital

Ofrecen a
Jesús Gómez y a Esperanza Aguirre, con los típicos modales estalinianos, la generosa posibilidad de una "autocrítica", que si no se la hacen los autocriticables se la harán ellos, los marxistas. Tampoco parece muy enterado el señor Gordo cuando niega que se pueda comparar a los nazis con los comunistas, o afirma que el Partido Comunista Español ha sido siempre abanderado de la democracia, la reconciliación nacional, etc. Me parece que al señor Gordo le vendría muy bien leer algunos libros, de César Vidal o míos, por ejemplo, para aprender lo que ha dado de sí el comunismo en general y el PCE en particular. Comprendería entonces que ser comunista no es nada mejor que ser nazi, y entonces podría él mismo "retractarse y rehabilitarse", si le daba por ahí.

Por un auténtico cambio de Gobierno

Juan Ramón Rallo en Libertad Digital

"Es imprescindible un profundo cambio en las relaciones entre el Gobierno y la sociedad a la que hoy somete. No es un problema ni de incorrecta aplicación del intervencionismo socialista (más bien el socialismo es el problema), ni de falta de diligencia política en la implementación de un intervencionismo más sensato de corte popular. Más bien, el socialismo es el problema y la caótica situación política y económica es consecuencia no de haber elegido a los gestores incorrectos, sino de haber acumulado demasiado poder en las manos de cualesquiera gestores. La solución consiste en ir desarmando al Gobierno e ir devolviendo capacidad de gestión propia a la sociedad: a cada individuo y grupo de individuos asociados voluntariamente. En un mundo donde el conocimiento es cada vez más específico, especializado y descentralizado es suicida concentrarlo cada vez en menos manos (sea en la Administración central o sus sosias autonómicos y municipales)."

Cuando Rubalcaba es la renovación

Pablo Molina en Libertad Digital

Gran tipo, este Alfredo Pérez Rubalcaba, perejil de todas las salsas y co-protagonista de los acontecimientos políticos más bizarros a que ha debido enfrentarse con gran bochorno la sociedad española, desde el GAL hasta el Faisán, pasando por el 11-M. Superviviente nato, tuvo la habilidad de salir del fárrago del felipismo sin tener que lamentar daños de importancia, cosa que no se presentaba a priori nada fácil en un tiempo en que los escándalos de todo tipo salpicaban a diario al gobierno del que era portavoz. Oiga, pues ni un arañazo, cosa que pueden decir muy pocos compañeros suyos de la época en que el PSOE jugaba a la gallinita ciega a las puertas de Alcalá Meco.

Zapatero asegura que su nuevo Ejecutivo forma un gabinete "renovado" (sic), y para demostrarlo no sólo mantiene a Rubalcaba sino que lo convierte en el personaje de mayor peso político del Consejo de Ministros. Se conoce que la negociación final con la ETA no está nada clara y en el terreno de la incertidumbre es donde con más brillantez se desenvuelve D. Alfredo, pues recursos para ello no le faltan.

Y para confirmar este aire fresco que Zapatero ha querido insuflar a su equipo de ministros, y probablemente para que un bisoño Rubalcaba no se sienta sólo, aquí tenemos también al gestor de las cooperativas de viviendas de la UGT en la época de la PSV, al vicelehendakari vasco en los años ochenta, a una comunista irredenta que encontró en la casa común un cargo público a la altura de sus merecimientos y a la última gran promesa del socialismo, la "señorita Trini", felipista de pro y recién recuperada de un batacazo en las primarias madrileñas como para haberse quedado en el sitio políticamente hablando.

Zapatero les ha elegido a todos ellos no precisamente para la gloria, sino para administrar la hecatombe que heredan de sus antecesores, evitando que la figura del presidente acabe disolviéndose en el ácido del desprecio colectivo de una sociedad que ya no lo soporta. Un ramillete de auténticos triunfadores, estos miembros y miembras, a los que sólo les falta una alfombra roja para desfilar bajo una lluvia de flashes el día de su toma de posesión, saludando al respetable con la mejor de sus sonrisas y firmando algún que otro autógrafo. ¿No es una pena que no permitan la presencia del público?

Emergencia socialista

Cristina Losada en Libertad Digital

Cualquier primer ministro piensa en las elecciones que vienen, pero éste no piensa en otra cosa. No hace un Gobierno para la emergencia nacional, sino para la emergencia socialista. ¿Sucesión? Supervivencia.

Todo el poder a los soviets de Fouché

Hermann Tertsch en ABC

Pérez Rubalcaba, es ya el todopoderoso vicepresidente de este Gobierno —como ya lo llamaban ayer sus socios periodistas—. Será el encargado de utilizar todos los resortes del aparato del Estado para derrotar a la oposición e impedir —como sea— la alternancia. No es descabellado el temor a que se haya dado la puntilla a la ya malherida seguridad jurídica en España. El PP y su líder Rajoy deberían entender que se han acabado las bromas. Y que la parsimonia de su líder y sus políticos funcionarios ya no vale. Que no esperen a que el cadáver del Gobierno pase por delante de Génova, porque el moribundo sólo ha cogido fuerzas para ir a por ellos. Este gobierno no va a resolver ninguno de los problemas reales de los españoles. No está hecho para eso. Es un zombie diseñado para destruir la alternativa. Con alguna cara amable para vender al público la guerra política implacable que comienza.

Recarte cabalga de nuevo

César Vidal en La Razón

La crisis económica no ha causado el desgaste político. Es el malhacer de los partidos –y de otras instituciones– el responsable de la penuria que vivimos y, peor aún, que nos espera.

De mayo del 68 a octubre del 2010

Pilar Rahola en La Vanguardia

De aquella alegría que alzaba la imaginación al poder no nació un mundo nuevo, sino un caos mental considerable que aún confunde cada protesta ciudadana con el inicio de una revolución.