sábado, 6 de noviembre de 2010

Lágrimas al Danubio

Hermann Tertsch en ABC

Hay ceremonias que nos hacen recuperar nuestra maltratada fe en la calidad humana. La que se celebró el miércoles ante el memorial de Ovcara en Vukovar fue una de ellas. Y viene a tener para las relaciones entre Serbia y Croacia la misma gravedad y grandeza de la caída de rodillas de Willy Brandt ante el monumento a las víctimas del guetto de Varsovia. Porque casi veinte años después de aquello ha sido posible que lloraran allí juntos serbios y croatas. Lágrimas para el Danubio por tantas vidas allí rotas. Cuando tantos problemas de diversa índole parecen asfixiarnos en Europa, es bueno que recordemos que nada de lo que hoy nos aturde puede compararse a lo que Europa ha visto durante siglos. Hace muy poco en Vukovar.

Vieja Europa

Juan Manuel de Prada en ABC

Aquella vieja Europa que invocaba Juan Pablo II ha apagado su faro civilizador; y el único «estímulo de progreso» que la mueve es un frenesí suicida de autodestrucción, propio de las organizaciones humanas agotadas. La desesperación pagana —con su bullanga de alegrías marchitas— se ha infiltrado en sus órganos vitales, como una gangrena que niega el legado cristiano, que es tanto como negar su propia identidad.

A la pata coja

Ignacio Ruiz Quintano en ABC

Es regocijante el fervorín del periodismo carpetovetónico hacia la figura del huero, chirle y hebén Obama, que en sus editoriales regaña unánimemente a los votantes estadounidenses, por fachas. Desde los días del periodismo falangista no se había visto una cosa igual.

(...)

Es lo malo de la democracia: los pobres nunca se enteran de lo bueno que los tíos como Obama (¡y las tías como la cursi de Nancy Pelosi, por Dios!) hacen por ellos.

El Tea Party progre

Edurne Uriarte en ABC

Todo ello con una burda manipulación del contenido clave del Tea Party americano que no es otro que la movilización contra el exceso de Estado y de impuestos. Y de eso, en España, no sólo no hay Tea Pary alguno en la derecha que es tan pro gran Estado del Bienestar como la izquierda sino que el único Tea Party realmente fuerte es el que se halla en las filas progres. En el otro lado de la balanza, por supuesto, en el de la defensa fanática del Estado inmenso y la demonización de todos aquellos que protestan contra el brutal volumen de impuestos al que los somete dicho Estado.

Hacia la incompetencia

M. Martín Ferrand en ABC

Cabalgando siempre tras la propia y total incompetencia, un supervicepresidente ubicuo y sesgado releva en sus funciones a una vicepresidenta desertora que, por los síntomas, ya encontró el pórtico de su incompetencia en el Consejo de Estado, en donde tendrá oportunidad de destejer alguno de los mantos que tejió en el Gobierno. Más limpio parece lo de Esteban: hace el ridículo, pero ella sola y frente al resto del mundo. Sin recurrir al Presupuesto.

Chorrada igualitaria

Alfonso Ussía en La Razón

El ministro Caamaño, responsable máximo de la chuminada, ha descubierto que la primacía del apellido paterno sobre el materno no es constitucional. Un poco tardío el descubrimiento, a mi humilde entender. La igualdad humillada por la necedad. Esa igualdad obsesiva y enfermiza que demanda la progresía botarate. Ahí tenemos al candidato a la alcaldía de Sevilla, que puede hacer bueno a Monteseirín, o como se llame. Lo ha dicho en serio, lo cual asusta: «Quiero hacer de Sevilla capital metropolitana de la nueva economía sostenible de la igualdad». Que me aten esa mosca por el rabo.

De vuelta a los apellidos. ¿Acaso las letras del abecedario no tienen derecho a la igualdad? ¿Por qué la «a» cuenta con más posibilidades de sobrevivir que la «z»? En el «Diccionario de Apellidos Vascos» de Isaac López Mendizábal, los últimos de la lista son Zuzcuduy, Zuzua, Zuzuarregui, Zuzueta, Zuzuetabeiti y Zuzuetagoiti. Cierra la relación Zuzunaga. El ministro Caamaño ha condenado a los Zuzunaga. Y al mismo tiempo, obliga a los varones Zuzcuduy y compañía a contraer matrimonio con una Zuzunaga con el fin de que no se pierda su apellido. ¿Existen suficientes zuzunagas en España para garantizar el futuro de los zuzuetas, zuzuetabeitis y zuzuetagoitis? Mucho me temo que no.

Tenemos crisis para largo

Emilio J. González en Libertad Digital

La solución a este complicado puzzle pasa por lo que hasta ahora no quiere hacer Zapatero, que es porque se produzca de una vez por todas el ajuste de la vivienda, le cueste lo que le cueste tanto al sector de la construcción como a las cajas de ahorros, de la misma forma que pasa también porque se deje de tirar el dinero a mansalva en todos los niveles de la Administración con el fin, en primer lugar, de reducir el déficit público y, en segundo, de poder recortar los impuestos para que las familias puedan ganar poder adquisitivo y para que las empresas puedan crear empleo. Es decir, por menos Estado y más mercado. Por desgracia, el presidente del Gobierno no lo entiende así, con lo cual, a las tendencias de fondo, que hablan de crisis para rato, tenemos que sumar las consecuencias de que él lleve en el poder seis años y pueda seguir detentando el mismo durante otros dos años más. La que nos ha caído.

Algo pasa con Mariano

Maite Nolla en Libertad Digital

Con una súper población de abogados del Estado y otros funcionarios licenciados en Derecho, el PP va a presentar recursos, no porque los dichosos reglamentos sean contrarios a la Constitución o a sentencias precedentes, sino dependiendo de si causan o no problemas. Un criterio jurídico de narices.

Entre la herejía y el humor involuntario

Pablo Molina en Libertad Digital

Lo que ocurre en Cataluña no es normal. No es ya que por gracia de treinta años de nacionalismo rampante con la charlotada tripartita de colofón, la realidad virtual de Cataluña, antes de cierta sofisticación, haya devenido un proyecto sedicentemente independentista de tintes grotescos abanderado por personajes de tan escaso fuste como el presidente-bachiller. Es que, aunque lo intentaran, las instituciones catalanas y sus responsables son ya incapaces de ofrecer una mínima sensación de seriedad en cualquiera de los órdenes.

El ejemplo de la Iglesia catalana no puede ser más ilustrativo del estado de desfonde ético y estético que atenaza a las instituciones controladas por el nacionalismo separatista, valga la redundancia. Martínez Sistasch es, a estos efectos, el paradigma del nacionalista esquizofrénico que debe compatibilizar su fe en dos religiones contrapuestas: la inmanentista que busca sus frutos en la independencia del terruño, y la trascendente, cuyo jefe rinde visita a la zona este fin de semana, con un "libro de estilo" corporativo que condena el totalitarismo nacionalista por ir contra la libertad del ser humano y el espíritu universal de la catolicidad.

El cardenal nacionalista tiene el dudoso honor de ser el prelado que con más intensidad y en menos tiempo ha destrozado a la Iglesia católica en las diócesis bajo su mando. Aupado a los altos escalones de la curia gracias al apoyo de ciertos sectores muy influyentes en la Iglesia, nacionalistas en lo político y heréticos en lo doctrinal, el rebaño pastoreado por Sistasch ha superado ampliamente los disparates más lamentables protagonizados por los progres meapilas desde el Concilio Vaticano II. Gracias a la gestión de este Príncipe de la Iglesia, prácticamente todos seminarios, cenobios y claustros catalanes pueden ser cerrados porque andan vacíos desde hace varios años, al igual que decenas de parroquias desangeladas a cuyas misas ya no acude ni Dios, probablemente porque prefiere el latín al catalán.

El asunto es tan delirante que los protegidos del cardenal arzobispo de Barcelona organizan un boicot a la visita del jefe de la Iglesia a la cual supuestamente pertenecen. Martínez Sistasch calla, tal vez porque ha estado enormemente preocupado intentando convencer a unas centenas de católicos nacionalistas para que actúen como voluntarios durante la visita de Benedicto XVI. Cómo serán de feraces las viñas sistachenses, que el líder espiritual de la Iglesia Catalana (Don Lluís afirma sin que el solideo le salga disparado que esta Iglesia existe, aparentemente independiente de la romana), tuvo que remangarse el ropaje talar y salir disparado a la academia de los Mossos de Esquadra para reclutar a mil agentes del comunista Saura con el fin de cubrir las plazas previstas desde un principio, tan desiertas como una Iglesia barcelonesa al mediodía de un domingo cualquiera.

Y dejamos lo mejor para el final; la carta que un grupo muy sistachense de católicos ha enviado al pintoresco "cardenal arquebisbe" solicitando al Papa, válgame Dios, ¡la beatificación de Lluís Companys!, súplica que se formula en atención a su defensa heroica de la fe y los desvelos del líder de la izquierda republicana en el cuidado del rebaño católico en momentos convulsos durante los que, incluso, tuvo que proclamar la República Catalana dando un golpecito de estado para evitar males mayores. Companys, sí, el sicópata que se jactaba de no poder detener a ningún cura o monja a finales de la guerra porque en Cataluña no había dejado ni uno vivo, que los sistachitos más desnortados quieren elevar a los altares. Sólo espero que Montilla se sume a la petición y ofrezca para su buen fin el sacrificio de caminar de rodillas detrás de Ratzhinger mientras dure su visita a Cataluña. San Lluís Companys merece contemplar esa escena. Nosotros también.

No más mentiras

Editorial de Libertad Digital

Este cese de oposición a los enjuagues entre el Gobierno y la banda terrorista se completará este sábado, cuando las víctimas se manifesten una vez más por su dignidad y la de toda la nación, con la sonada ausencia del PP.

Podrá ser un final decepcionante para su honroso historial de lucha contra el terrorismo, pero en todo caso será un epitafio consecuente para toda una clase política que, como la española, concibe su labor pública como la combinación óptima de falsedades, manipulaciones y traiciones necesarias para alcanzar y permanecer en el poder.

Pero precisamente por ello, los ciudadanos de bien, los que nos preocupamos por la nación, los que no vacilamos a la hora de expresar nuestra infinita gratitud a las víctimas, debemos estar hoy, a las 12, en la Plaza Colón. Por fortuna, para gritar bien alto "no más mentiras" no necesitamos a ningún político; precisamente ellos deben ser los objetivos de ese clamor popular.

Error tras error

Pilar Rahola en La Vanguardia

Perdonen, pero ¿estamos locos? ¿Saben lo que significa que la administración valide a los líderes de los movimientos fanáticos islamistas? En fin, lo digo con pena. No sé si me da más miedo el activo, financiado y bien organizado fundamentalismo que tenemos en casa o el buenismo tontuno, irresponsable y suicida de nuestros políticos. No es que durmamos con nuestro enemigo. ¡Es que le hacemos la cama!