Ángela Vallvey en La Razón
Veo un vídeo grabado en el Metro de Madrid. Un hombre pierde el equilibrio en un andén y cae a las vías. Los demás pasajeros tratan de avisar al conductor del convoy que está entrando. De repente, otro hombre –un policía de paisano, creo– salta a las vías y logra arrastrar el cuerpo del accidentado. Le salva la vida dos segundos antes de que el tren, que no consigue detenerse, lo arrolle. Viendo esas imágenes, el corazón me da un vuelco y tengo la certeza de que ese héroe anónimo no sólo acaba de salvar una vida sino que ha salvado el mundo para mí. Y siento que aún hay esperanzas porque cada día se producen los milagros.
domingo, 5 de diciembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario