jueves, 19 de mayo de 2011

Que la UEFA le juzgue

Ignacio Ruiz Quintano en ABC

El socialismo castizo ha enviado a uno de sus cómicos retirados a soltar el chascarrillo en Vallecas:

—No hay nada más tonto que un trabajador de derechas… —dijo allí Juanito Barranco.

Y los aplausos le impidieron concluir el pensamiento: «… pudiendo ser un parado de izquierdas».

El discurso izquierdista de que viene la derecha y los va a poner a trabajar ha calado en los jóvenes, que están en la Puerta del Sol exhibiendo su indignación.

La misma indignación que impulsó a Juvenal a escribir sátiras, impulsa a la juventud a proferir en el Kilómetro Cero frases de camiseta, con el apoyo moral de Toledo, el Cary Grant español, y de Cayo Lara, ese monstruo del marxismo científico que sumió en la estupefacción al Consejo Político del Partido con una cita falsa de «El Capital» que nunca ha leído:

—Los propietarios del capital estimularán a la clase trabajadora para que compre más y más bienes, casas, tecnología cara, empujándoles a contraer deudas más y más caras hasta que la deuda se haga insoportable. La deuda impagada llevará a la bancarrota de los bancos, los cuales tendrán que ser nacionalizados.

Leche de tigre.

Con eso, Cayo Lara se granjeó el respeto del periódico global en español, a cuya reportera decían (era 2009) los comunistas: «¡Si es que ya lo dijimos nosotros… hace 142 años!»

Ciento cuarenta y cuatro años después están en la Puerta del Sol jugando a la indignación «modelo revuelta árabe», pero sin «Tomahawks» autografiados por Zetapé cayéndote en el lomo.

—Por cierto, ¿cómo llevamos la guerra libia? No olvidamos la frase histórica de Méndez, el Largo de Badajoz, para justificar los bombazos: «En este momento, los segundos son preciosos.»

Todo indica que las urnas de Gadafi tendrán que esperar: los dos promotores de la democracia en las Sirtes, Sarkozy y Zapatero, andarán devanándose los sesos para liberar con un comando al bravo de Dominique de las mazmorras yanquis: Sarkozy, porque Dominique es francés («Dominique-nique-nique s'en allait tout simplement…»), y Zapatero, porque Dominique es socialista, no un «tonto de los cojones», que dirían el Besteiro de Getafe y Juanito Barranco.

Dominique tampoco es un cura, como François Houtart, ni un facha como Paul Wolfowitz, que subió el sueldo a su novia. Por no ser, ni siquiera es un personaje fascinante, como Mourinho, contra quien las fuerzas de progreso han soltado a los intelectuales de la piojera.

El caso de Dominique debería juzgarlo la Uefa, cuyo modelo de justicia, inspirado en el «No juzguéis» de san Lucas, es lo que se impone en Europa:

—Las cosas que suceden en el campo han de quedar en el campo.

Que ésta es, entre nosotros, la corrección que el Constitucional de Pascual hizo al Supremo en el zorzico del Norte, Maitechu mía, Maitechu mía, calla y no llores más.

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