Alfonso Ussía en La Razón
Vilalta, si aún le queda una resolana de pudor en su piel, una brizna de dignidad, está obligado a renunciar inmediatamente a su escandalosa solicitud. De no hacerlo, irá por la vida marcado por la ignominia. Vilalta y sus compis hicieron oídos sordos a continuas advertencias y, por hacerse los buenos, montaron el lío. España pagó por sus vidas muchos millones de euros. Si Vilalta fuera honesto, y dado que no parece tener problemas económicos, los devolvería. No es el caso. Pero que encima pida más dinero y una consideración social, es de charrán sin plumas.
domingo, 7 de noviembre de 2010
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