viernes, 21 de noviembre de 2008

"Transgénicos", por Mónica Fernández-Aceytuno en ABC

Volaba en el avión, estaba en las nubes, cuando di un respingo al leer lo que una periodista francesa ha escrito en un libro, en el que concluye que la ingesta de transgénicos podría desencadenar graves enfermedades.
Que yo sepa, que yo haya estudiado, los genes no se transmiten por vía oral. Pero esto, aunque sea verdad, qué importancia tiene.
Pienso en los cultivos transgénicos que crecen junto a mi casa. Maizales que, he de confesar, no me gustan nada, porque son demasiado perfectos. Me gustaban más aquéllos otros maizales raquíticos, despeinados, tristes y pobres a partes iguales. Empero reconozco que desde que se cultiva el maíz transgénico ya no se ven esos sacos que contenían puro veneno, fertilizantes y herbicidas que necesitaba el maíz más pobre para dar algo y que perjudicaba a las nidadas y mataba al animal que lo probaba. Es un maizal más feo el que tenemos ahora, pero más sano. Y no veo que afecte a los jabalíes que tumban sus tallos para comer las mazorcas. Bueno, el domingo apareció un jabalí nadando en el mar, cosa que no es rara; lo extraño fue cuando otros seis se apostaron junto a una sucursal bancaria, pero esto tiene más que ver con las batidas de los cazadores que con los maizales transgénicos.
Francamente, hacen menos daño al campo. Pero vivimos unos tiempos en los que la verdad científica ya no importa. La Tendencia ha llegado a la Ciencia. Y no se tiene en cuenta la observación, el experimento, la prueba. Lo que importa es si se lleva o no se lleva aseverar algo. Y después, vender lo que sea, un libro, una conferencia, un negocio para el futuro.
Tanto saber acumulado para llegar a esto.

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