jueves, 31 de diciembre de 2009

Hugo o el camino a la tiranía

Alberto Illán Oviedo en Libertad Digital

La democracia es tan débil (o tan fuerte) como lo son los principios morales de la sociedad que la asume. Si los ciudadanos no conciben la separación de poderes como un bien necesario, los poderes se fundirán en uno. Si los ciudadanos no conciben que la igualdad ante la ley es un derecho natural, se crearan castas de privilegiados. Si los ciudadanos buscan líderes que les salven de sus propias miserias, si no los vigilan, ni los controlan, ni los apartan del poder cuando se extralimitan, habrán ayudado a crear un monstruo, a su próximo carcelero.

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