La Constitución incluyó un sistema autonómico no porque la mayoría de los españoles lo deseara, sino para intentar, ingenua y noblemente, integrar a ETA y a los pocos nacionalistas vascos –catalanes había todavía menos– en la nueva democracia. De no haber sido así, hubiéramos seguido un saludable modelo jacobino con una prudente y eficaz descentralización y nos hubiéramos ahorrado mucho dinero y no menos disgustos.
domingo, 6 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario